09. Preludio a la Fundación
La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.
La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.
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—Tengo una cita para cenar.<br />
—¡Le he dicho vida o muerte, y lo digo en serio!<br />
—No veo... —empezó Benastra, pero calló ante <strong>la</strong> mirada de Dors. Se secó el rostro, dejó un<br />
pequeño mensaje y se puso una camisa.<br />
Fueron medio corriendo (impulsados por una Dors sin piedad) al pequeño Edificio de Sismología.<br />
Dors, que no entendía nada, preguntó:<br />
—¿Hacia abajo? ¿Por qué descendemos?<br />
—Vamos a ir por debajo de los niveles habitados. C<strong>la</strong>ro. El sismógrafo debe estar fijado a <strong>la</strong><br />
roca, lejos del c<strong>la</strong>mor y <strong>la</strong> vibración de los niveles de <strong>la</strong> ciudad.<br />
—Pero, ¿cómo puede indicar lo que ocurre en Arriba desde aquí?<br />
—El sismógrafo está conectado por cable a unos transductores de presión colocados en el<br />
espesor de <strong>la</strong> cúpu<strong>la</strong>. El impacto de un grano de arena mandará cruzar <strong>la</strong> pantal<strong>la</strong> al indicador.<br />
Podemos detectar el efecto ap<strong>la</strong>stante de un vendaval contra <strong>la</strong> cúpu<strong>la</strong>, podemos...<br />
—Sí, sí —exc<strong>la</strong>mó Dors, impaciente. No había acudido a él para que le diera una conferencia<br />
sobre <strong>la</strong>s virtudes y el refinamiento de los instrumentos—. ¿Puede detectar pisadas humanas?<br />
—¿Pisadas humanas? Arriba no es probable —respondió, y parecía desconcertado.<br />
—C<strong>la</strong>ro que es probable. Esta tarde había un grupo de meteorólogos Arriba.<br />
—Oh, bien, pero los pasos casi no se notarían.<br />
—Se notarían si usted se fijara bien en ellos y eso es lo que quiero que haga.<br />
La firme nota de autoridad en <strong>la</strong> voz de Dors pudo haber molestado a Benastra, pero, si<br />
ocurrió así, no dijo nada. Apretó un botón, y <strong>la</strong> pantal<strong>la</strong> de <strong>la</strong> computadora despertó.<br />
En el extremo derecho del centro podía observarse un rápido punto de luz del que salía una línea<br />
horizontal que llegaba hasta el límite izquierdo de <strong>la</strong> pantal<strong>la</strong>. Había un ligero temblor en el<strong>la</strong>,<br />
una serie de pequeños sobresaltos al azar, que se movían, con firmeza, hacia <strong>la</strong> izquierda. Su<br />
efecto sobre Dors era casi hipnótico.<br />
—Hay <strong>la</strong> máxima tranquilidad que puede haber —comentó Benastra—. Cualquier cosa que<br />
vea es el resultado, por arriba, del cambio de presión del aire, de gotas de lluvia quizás, el<br />
zumbido distante de motores. Arriba no hay nada fuera de lo normal.<br />
—Está bien, ¿y hace unas horas? Compruebe lo marcado a <strong>la</strong>s quince de hoy, por ejemplo. Seguro<br />
que debe de haber algún dato.<br />
Benastra dio <strong>la</strong>s correspondientes instrucciones a <strong>la</strong> computadora y el caos más absoluto se hizo en<br />
<strong>la</strong> pantal<strong>la</strong> durante unos segundos. Luego, todo movimiento cesó, y <strong>la</strong> línea horizontal volvió a<br />
aparecer.<br />
—La sensibilizaré al máximo —murmuró Benastra. Ahora se notaban sacudidas pronunciadas que,<br />
mientras desaparecían a trompicones hacia <strong>la</strong> izquierda, cambiaron marcadamente de forma.<br />
—¿Qué es eso? —preguntó Dors—. Explíquemelo.<br />
—Como me ha dicho que hubo gente arriba, Venabili, yo diría que son pasos..., el<br />
desp<strong>la</strong>zamiento de un peso, el impacto de unos zapatos. No sé lo que yo hubiera supuesto de no<br />
haber sabido lo de <strong>la</strong> gente que ha subido hoy. Es lo que solemos l<strong>la</strong>mar una vibración benigna,<br />
no asociada con algo que sabemos que es peligroso.<br />
—¿Puede decirme cuántas personas había?<br />
—Desde luego, no a primera vista. Verá, lo que obtenemos aquí es el resultado de todos los<br />
impactos.<br />
—Ha dicho: «no a primera vista». ¿Puede analizarse el resultado en componentes por medio de <strong>la</strong><br />
computadora?<br />
—Lo dudo. Éstos son efectos mínimos y hay que contar con el ruido inevitable. Los resultados no<br />
serían fiables.<br />
—Bien. Ade<strong>la</strong>nte, hasta que <strong>la</strong>s indicaciones de pasos cesen. ¿Puede usted forzar el «avance», por<br />
decirlo de alguna manera?<br />
—Si lo hago, el tipo de avance de que me hab<strong>la</strong> resultará un borrón que pasará a formar una<br />
línea recta con una ligera sombra por encima y por debajo. Lo que puedo hacer es avanzar hacia<br />
de<strong>la</strong>nte por etapas de quince minutos y estudiar los resultados rápidamente, antes de que<br />
desaparezcan.<br />
—Bien. ¡Hágalo!<br />
Ambos contemp<strong>la</strong>ron <strong>la</strong> pantal<strong>la</strong>.<br />
—Ya no hay nada, ahora. ¿Lo ve? —comentó Benastra.<br />
Volvía a aparecer una línea con sólo pequeños sobresaltos de ruido.