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09. Preludio a la Fundación

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

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MATEMÁTICO<br />

CLEON I. — ... El último Emperador Galáctico de <strong>la</strong> dinastía Entum. Nació en el año<br />

11988 de <strong>la</strong> Era Galáctica, el mismo año en que lo hizo Hari Seldon. (Se cree que <strong>la</strong><br />

fecha de nacimiento de Seldon, que algunos consideran dudosa, puede haber sido<br />

manipu<strong>la</strong>da para ajustaría a <strong>la</strong> de Cleon, a quien Seldon, poco después de su llegada<br />

a Trantor, se supone que visitó.)<br />

Habiendo accedido al trono Imperial el 12010, a <strong>la</strong> edad de veintidós años, el<br />

reinado de Cleon I representó un curioso intervalo de paz en aquellos tiempos de<br />

agitación. Esto se debió, indudablemente, a <strong>la</strong> habilidad de su Jefe de Estado<br />

Mayor, Eto Demerzel, quien se mantuvo tan cuidadosamente apartado de <strong>la</strong> luz<br />

pública que se sabe muy poco de él.<br />

El propio Cleon...<br />

Enciclopedia Galáctica *<br />

1<br />

—Demerzel —dijo Cleon, disimu<strong>la</strong>ndo un bostezo—, ¿has oído hab<strong>la</strong>r, por casualidad, de un<br />

hombre l<strong>la</strong>mado Hari Seldon?<br />

Cleon llevaba poco más de diez años de Emperador y, en ocasiones, en ceremonias estatales<br />

en <strong>la</strong>s que, vestido con <strong>la</strong> necesaria suntuosidad y luciendo los atributos de soberano, conseguía<br />

parecer majestuoso. Lo parecía, por ejemplo, en su holografía, que se hal<strong>la</strong>ba en una hornacina, a<br />

su espalda. Estaba situada de tal forma que dominaba ampliamente otras que encerraban<br />

holografías. de varios de sus antepasados.<br />

Su holografía no era del todo sincera, porque aunque el cabello de Cleon era de color castaño<br />

c<strong>la</strong>ro, tanto en el holograma como en <strong>la</strong> realidad, resultaba más abundante en <strong>la</strong> holografía.<br />

Tenía un rostro algo asimétrico debido a que el <strong>la</strong>do izquierdo de su <strong>la</strong>bio superior quedaba un<br />

poco más alto que el derecho. Tampoco eso se reflejaba en <strong>la</strong> holografía. Y si se hubiera puesto<br />

en pie junto a ésta se habría visto que medía dos centímetros menos del 1,83 que <strong>la</strong> imagen<br />

reflejaba..., y que, quizás, era un poco más grueso.<br />

Naturalmente, <strong>la</strong> holografía era el retrato oficial de su coronación y, por entonces, contaba<br />

varios años menos. Todavía parecía joven, y bastante guapo también, y cuando no se hal<strong>la</strong>ba<br />

agarrotado por <strong>la</strong>s ceremonias oficiales, su rostro reflejaba cierta bondad.<br />

Demerzel contestó con el tono respetuoso que cuidadosamente cultivaba:<br />

—¿Hari Seldon? No me resulta un nombre familiar, Sire. ¿Debería saber quién es?<br />

—El ministro de Ciencia me lo mencionó anoche. Pensé que podías conocerle.<br />

Demerzel frunció <strong>la</strong> frente ligeramente, pero muy ligeramente, ya que uno no frunce el ceño en<br />

presencia del Emperador.<br />

—El ministro de Ciencia, Sire, debiera haberme hab<strong>la</strong>do a mí, como Jefe de Estado Mayor<br />

de este hombre. Si vais a ser acosado por todas partes...<br />

Cleon alzó <strong>la</strong> mano y Demerzel calló al instante.<br />

—Por favor, Demerzel, uno no puede estar siempre ap<strong>la</strong>stado por el protocolo. Cuando pasé<br />

ante el ministro en <strong>la</strong> recepción de anoche y cambié unas pa<strong>la</strong>bras con él, se desbordó. No<br />

pude negarme a escucharle y me alegré de haberlo hecho, porque resultó interesante.<br />

—¿Interesante, en qué aspecto, Sire?<br />

—Bueno, éstos no son los viejos tiempos en que ciencia y matemáticas estaban de moda.<br />

Todo eso parece haber muerto en cierto modo, quizá debido a los nuevos descubrimientos<br />

llevados a cabo, ¿no crees? No obstante, en apariencia, todavía pueden acaecer hechos interesantes.<br />

Por lo menos, se me aseguró que era interesante.<br />

—¿Os lo dijo el ministro de Ciencia, Sire?<br />

—Sí. Comentó que ese Hari Seldon había asistido a una convención de matemáticos que,<br />

por alguna razón, se celebra aquí, en Trantor, cada diez años, y dijo que había demostrado que uno<br />

podía predecir el futuro de forma matemática.<br />

Demerzel se permitió una pequeña sonrisa.<br />

—O bien el ministro de Ciencia, un hombre de pocas luces, está equivocado, o lo está el<br />

matemático. Seguramente, eso de predecir el futuro, es el sueño mágico de los niños.<br />

—¿De verdad piensas eso Demerzel? La gente cree en esas cosas.<br />

—La gente cree en muchas cosas, Sire.<br />

—Pero cree en tales cosas. Por lo tanto, no importa que <strong>la</strong> predicción del futuro sea cierta<br />

o no. Si un matemático me predijera un <strong>la</strong>rgo y feliz reinado, un tiempo de paz y prosperidad<br />

para el Imperio..., ¿no estaría bien?<br />

—Por supuesto, sería agradable oírlo, pero, ¿qué se conseguiría con ello, Sire?<br />

—Pues, que si <strong>la</strong> gente cree esto, actuaría de acuerdo con su creencia. Muchas profecías,<br />

por el mero hecho de ser creídas, se transforman en hechos. Se trata de «profecías<br />

* Todas <strong>la</strong>s citas de <strong>la</strong> Enciclopedia Galáctica reproducidas aquí proceden de <strong>la</strong> Edición 116,<br />

publicada el 1020 por <strong>la</strong> Enciclopedia Galáctica Publishing Co., Terminus, con permiso de los editores.

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