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09. Preludio a la Fundación

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

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galáctica.<br />

—Y yo estoy seguro de que tardaron generaciones, no semanas. Tuvo que haber un momento en que<br />

<strong>la</strong> física parecería una masa de observaciones desconectadas entre sí, antes de que <strong>la</strong>s leyes<br />

naturales centrales fueran descubiertas y eso llevó generaciones... ¿Y qué te parecen los Tisalver?<br />

—¿Qué? Me parecen muy simpáticos<br />

—Los encuentro muy curiosos.<br />

—Es cierto, aunque, ¿no lo serías tú de hal<strong>la</strong>rte en su lugar?<br />

—¿Crees que sólo se trata de curiosidad? Demuestran un voraz interés en mi entrevista con el<br />

Emperador.<br />

—Otra vez... —Dors pareció impacientarse—. Es sólo natural. ¿No lo estarías tú..., si <strong>la</strong> situación<br />

fuera a <strong>la</strong> inversa?<br />

—Me ponen nervioso.<br />

—Hummin nos trajo aquí.<br />

—Sí, pero él no es perfecto. Me llevó a <strong>la</strong> Universidad y me atrajeron a Arriba. Nos llevó junto<br />

a Amo del Sol Catorce, que nos tendió una trampa. Sabes que así fue. Gato escaldado, ya<br />

sabes... Estoy cansado de que me interroguen.<br />

—Entonces, dale <strong>la</strong> vuelta, Hari. ¿No te interesa Dahl?<br />

—Por supuesto que me interesa. ¿Qué sabes tú de este lugar?<br />

—Nada. Es uno más de los ochocientos Sectores y llevo en Trantor poco más de dos años.<br />

—Eso es. Y hay veinticinco millones de otros mundos, y yo estoy metido en este problema desde<br />

hace sólo dos meses... Te voy a decir algo: quiero volver a Helicón y dedicarme al estudio de <strong>la</strong>s<br />

matemáticas de <strong>la</strong> turbulencia que era mi tesis doctoral y olvidar que vi, o creí ver, que <strong>la</strong><br />

turbulencia me ofrecía una visión interna de <strong>la</strong> sociedad humana.<br />

Pero aquel<strong>la</strong> noche habló con Tisalver.<br />

—Mr. Tisalver, nunca me ha dicho qué hace usted, cuál es <strong>la</strong> naturaleza de su trabajo.<br />

—¿Yo? —Tisalver apoyó los dedos sobre su camiseta sin mangas, b<strong>la</strong>nca y sencil<strong>la</strong>, bajo <strong>la</strong> que no<br />

llevaba nada, y que parecía ser el uniforme masculino de Dahl—. Poca cosa. Trabajo en <strong>la</strong><br />

estación local de holovisión como programador. Es muy aburrido, pero así me gano <strong>la</strong> vida.<br />

—Y es honorable —corroboró Mrs. Tisalver—. Quiero decir, que no tiene que trabajar en los<br />

hoyos de calor.<br />

—¿Hoyos de calor? —repitió Dors, levantando <strong>la</strong>s cejas al tiempo que simu<strong>la</strong>ba una enorme<br />

fascinación.<br />

—Bueno —explicó Tisalver—, Dahl es conocido por ello. No se crean que es gran cosa pero<br />

cuarenta millones de personas en Trantor necesitan energía y nosotros les proporcionamos <strong>la</strong><br />

mayor parte. No nos lo agradecen y a mí me gustaría ver qué harían sin el<strong>la</strong> los Sectores más<br />

elegantes.<br />

Seldon pareció confuso.<br />

—¿Es que Trantor no obtiene su energía de <strong>la</strong>s estaciones so<strong>la</strong>res en órbita?<br />

—Parte de el<strong>la</strong> —respondió Tisalver—, y algo de <strong>la</strong>s estaciones de fusión nuclear situadas en <strong>la</strong>s<br />

is<strong>la</strong>s, como también de los motores de microfusión, y de estaciones eólicas en Arriba, pero <strong>la</strong><br />

mitad. —Alzó un dedo con gesto enfático y su rostro adquirió una expresión de inusitada<br />

gravedad—. La mitad he dicho, procede de los hoyos de calor. Hay hoyos de calor en muchos<br />

sitios, pero ninguno, ninguno de ellos es tan rico como los de Dahl. ¿Dice en serio que no estaba<br />

enterado de los hoyos de calor? Aquí sentado y mirándome fijamente.<br />

—Recuerde que somos forasteros —se apresuró Dors a explicar (por poco se le escapa «tribales»,<br />

pero calló a tiempo)—. Sobre todo el doctor Seldon, que sólo lleva un par de meses en Trantor.<br />

—¿De veras? —se asombró Mrs. Tisalver. Era un poquito más baja que su marido, llenita, sin<br />

estar gorda, llevaba el cabello negro tirante, sujeto en un moño, y tenía hermosos ojos oscuros. Lo<br />

mismo que su marido, parecía estar en <strong>la</strong> treintena.<br />

Después de <strong>la</strong> temporada pasada en Mycogen, no <strong>la</strong>rga pero sí muy intensa, a Dors le parecía raro<br />

que una mujer interviniera en <strong>la</strong> conversación cuando quisiera. «Cuan rápidamente se establecen<br />

los modos y maneras», pensó. Tomó nota mental de comentarlo con Seldon...; un dato más<br />

para su psicohistoria.<br />

—Oh, sí —respondió Dors—. El doctor Seldon procede de Helicón.<br />

Mrs. Tisalver mostró ignorancia.<br />

—¿Y dónde se encuentra eso?<br />

—Pues... —empezó Dors, y volviéndose a Hari—: ¿Dónde está, Hari?

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