24.06.2015 Views

09. Preludio a la Fundación

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

puedo... pasarlo por alto..., una vez. Pero no a estos dos.<br />

—¿ Acaso esperas una recompensa del Emperador? ¿Algún favor? ¿Quizás una concesión? ¿Ya te<br />

has puesto en contacto con él o con su Jefe de Estado Mayor, Eto Demerzel?<br />

—Esto no es un tema a discutir.<br />

—Que en sí ya es una confesión. Venga, no voy a preguntarte qué te ha prometido el Emperador,<br />

pero no puede ser gran cosa. En estos días de degeneración, no tiene mucho que dar. Deja que yo<br />

te haga una oferta. ¿Te han dicho estos dos que son eruditos?<br />

—Me lo han dicho.<br />

—Y lo son. No te han mentido. La mujer es historiadora y el hombre matemático. Juntos<br />

tratan de combinar sus talentos para hacer una matemática de <strong>la</strong> Historia; <strong>la</strong> combinación<br />

resultante se l<strong>la</strong>ma «psicohistoria».<br />

—No sé nada de esa psicohistoria —protestó Amo del Sol Catorce—, ni me interesa saberlo.<br />

Así como tampoco me interesa ninguna otra faceta de vuestros conocimientos tribales.<br />

—Sin embargo —cortó Hummin—, te sugiero que me escuches.<br />

Hummin tardó quince minutos, en una concisa explicación, en describir <strong>la</strong> posibilidad de<br />

organizar <strong>la</strong>s leyes naturales de <strong>la</strong> sociedad (algo que siempre mencionaba con audibles puntos de<br />

exc<strong>la</strong>mación en su tono de voz) a fin de hacer posible anticipar el futuro con un grado sustancial<br />

de probabilidad. Cuando hubo terminado, Amo del Sol Catorce, que le había escuchado sin<br />

inmutarse, dejó caer:<br />

—Una especu<strong>la</strong>ción altamente improbable, diría yo.<br />

—Es posible, Gran Anciano, pero el Emperador no lo piensa así. Y al decir Emperador, que de<br />

por sí es un personaje amable, me refiero a Demerzel, sobre cuyas ambiciones no es preciso<br />

instruirte. A ambos les gustaría apoderarse de estos dos eruditos, causa por <strong>la</strong> que les traje<br />

aquí, para ponerles a salvo. No me imaginaba que harías el trabajo de Demerzel, entregando los<br />

eruditos al Emperador.<br />

—Han cometido un crimen que...<br />

—Sí, lo sabemos, Gran Anciano, pero sólo es un crimen porque tú prefieres l<strong>la</strong>marlo así. No han<br />

hecho el menor daño.<br />

—Lo han hecho a nuestras creencias, a nuestro más profundo...<br />

—Pues imagina el daño que se hará si <strong>la</strong> psicohistoria cae en manos de Demerzel. Sí, te concedo<br />

que tal vez nada salga de ello, pero supón, por un momento, que algo aparece y que el Gobierno<br />

Imperial hace uso de ello..., puedo decir lo que va a ocurrir..., puede tomar medidas gracias a<br />

ese preconocimiento que nadie más poseería..., puede tomar medidas, a decir verdad, enfocadas<br />

a encontrar una alternativa de futuro más de acuerdo con los gustos imperiales.<br />

—¿Y bien?<br />

—¿Te cabe <strong>la</strong> duda, Gran Anciano, de que el otro futuro más de acuerdo con los gustos<br />

imperiales sería uno de mayor y más fuerte centralización? Desde hace siglos, como bien sabes, el<br />

Imperio ha ido sufriendo una continuada descentralización. Muchos mundos, ahora, sólo guardan <strong>la</strong>s<br />

formas respecto del Emperador y virtualmente se gobiernan solos. Incluso aquí, en Trantor, hay<br />

descentralización. Mycogen, por citar un ejemplo, está en gran parte libre de injerencia imperial.<br />

Tú gobiernas como Gran Anciano y no hay a tu <strong>la</strong>do ningún funcionario imperial que<br />

inspeccione tus actos y decisiones. ¿Cuánto crees que te va a durar con hombres como Demerzel<br />

adaptando al futuro a su conveniencia?<br />

—Sigue siendo una mera especu<strong>la</strong>ción —insistió Amo del Sol—, pero reconozco que es muy<br />

turbadora.<br />

—Por el contrario, si estos eruditos pueden completar su tarea, un improbable si, como tú dirías,<br />

pero un si... Entonces ten <strong>la</strong> seguridad de que se acordarán que les ha tratado con clemencia<br />

cuando pudiste no hacerlo. Y no sería inconcebible que aprendan a arreg<strong>la</strong>r un futuro, por<br />

ejemplo, que permitiera a Mycogen tener su propio mundo, un mundo que podría ser<br />

terraformado a imagen y semejanza del Mundo Perdido. E incluso si ellos dos olvidan tu bondad,<br />

yo estaré para recordárselo.<br />

—Bien...<br />

—Vamos —dijo Hummin—, no es difícil decidir lo que pasa por Demerzel. Y aunque <strong>la</strong><br />

posibilidad de <strong>la</strong> psicohistoria sea pequeña (si no fuera sincero contigo, no lo admitiría) no es<br />

cero; y si trae el restablecimiento del Mundo Perdido, ¿qué más puedes desear? ¿Qué no serías<br />

capaz de arriesgar para una mínima posibilidad? Vamos..., te lo prometo, y mis promesas no se<br />

hacen a <strong>la</strong> ligera. Libera y estos dos y elige <strong>la</strong> mínima probabilidad de conseguir tu sueño, antes

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!