también, a mi medida. —¿No les parecerá raro que una mujer compre una kirtle b<strong>la</strong>nca? —C<strong>la</strong>ro que no. Pensarán que <strong>la</strong> estoy comprando para un compañero varón, quien, por casualidad, tiene mis medidas. En realidad, no creo que se molesten en imaginar nada, siempre y cuando mi dinero sea bueno. Seldon esperó, medio temiendo que alguien se le acercara y le saludara como a miembro de tribu o, más probable, lo denunciara como a tal, mas no ocurrió nada de eso. Los que pasaban por su <strong>la</strong>do lo hacían sin mirarle y los que miraban en su dirección seguían sin inmutarse. Las kirtles grises le ponían especialmente nervioso, sobre todo <strong>la</strong>s que circu<strong>la</strong>ban por parejas o, peor aún, <strong>la</strong>s que iban con un hombre. Se <strong>la</strong>s veía cansadas, ignoradas, despreciadas. ¿Cuánto mejor era ganar una pequeña notoriedad aunque sólo fuera chil<strong>la</strong>ndo a <strong>la</strong> vista de un miembro de tribu? Incluso <strong>la</strong>s mujeres pasaban de <strong>la</strong>rgo. «No cuentan con ver a un miembro de <strong>la</strong> tribu —pensó Seldon—, así que no se fijan.» Esto, se dijo, era un buen augurio para su futura invasión del Sacratorium. ¡Qué poco podían esperar ver tribales allí y cuánto más, por consiguiente, dejarían de verles! Cuando salió Dors lo encontró de bastante buen humor. —¿Lo tienes todo? —Todo. —Entonces, volvamos a casa para que puedas cambiarte. La kirtle b<strong>la</strong>nca no le sentaba tan bien como <strong>la</strong> gris. Pero, c<strong>la</strong>ro, no había podido probárse<strong>la</strong> o incluso el comerciante más obtuso se hubiera a<strong>la</strong>rmado. —¿Qué tal estoy, Hari? —Como un muchacho. Ahora, probemos <strong>la</strong>s fajas..., o, mejor dicho, obiahs. Será preferible que me acostumbre a l<strong>la</strong>mar<strong>la</strong>s así. Dors, sin el gorro, sacudía agradecida su melena. Advirtió vivamente: —No te <strong>la</strong> pongas ahora —advirtió el<strong>la</strong>—. No vamos a circu<strong>la</strong>r por todo Mycogen con <strong>la</strong> banda puesta. Lo último que deseamos es l<strong>la</strong>mar <strong>la</strong> atención. —No, no. Sólo quiero ver cómo se pone. —Bien, pero ésta no. La otra es de mejor calidad y más e<strong>la</strong>borada. —Tienes razón, Dors. Tengo que atraer toda <strong>la</strong> atención sobre mí. No quiero que nadie descubra que eres una mujer. —No pensaba en esto, Hari. Sólo quiero que estés guapo. —Un millón de gracias, pero sospecho que eso es imposible. Ahora, veamos..., ¿cómo se pone esto? Juntos, Hari y Dors, practicaron <strong>la</strong> disposición de sus obiahs, quitándose<strong>la</strong>s y poniéndose<strong>la</strong>s, una y otra vez, hasta que pudieron hacerlo en un sólo movimiento natural. Dors enseñó a Hari cómo debía ponérse<strong>la</strong>, tal como había visto hacerlo a un hombre el día anterior, de<strong>la</strong>nte del Sacratorium. Cuando Hari <strong>la</strong> felicitó por sus dotes de observación, el<strong>la</strong> se ruborizó. —No es nada, Hari —murmuró—, sólo me fijé. —Entonces, eres un genio de <strong>la</strong> observación. Satisfechos por fin, se separaron un poco, observándose mutuamente. La obiah de Hari resp<strong>la</strong>ndecía, tenía un dibujo parecido a un dragón de un rojo bril<strong>la</strong>nte sobre un fondo ligeramente más c<strong>la</strong>ro pero del mismo tono. El de Dors era algo menos atrevido, una sencil<strong>la</strong> línea en el centro y de un color algo más c<strong>la</strong>ro. —Bien —suspiró, satisfecha—, lo bastante para demostrar buen gusto. Y se <strong>la</strong> quitó. —Ahora —dijo Seldon—, vamos a dob<strong>la</strong>r<strong>la</strong> y guardar<strong>la</strong> en uno de los bolsillos interiores. Mi tab<strong>la</strong> de crédito (<strong>la</strong> de Hummin, en realidad) y <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ve de <strong>la</strong> casa en este otro bolsillo, y aquí, a este <strong>la</strong>do, el Libro. —¿El Libro? ¿Debes llevártelo? —Sí. Supongo que cualquiera que vaya al Sacratorium debe llevarlo consigo. Puede que entonen cánticos, y tengan lecturas. Si fuera necesario, compartiremos el libro y tal vez nadie se fije. ¿Estás dispuesta? —Nunca lo estaré, pero voy contigo. —Será un trayecto aburrido. ¿Quieres comprobar mi cubrecabeza y asegurarte de que no asoma ni un cabello esta vez? Y no te rasques <strong>la</strong> cabeza.
—No lo haré. Estás muy bien. —Tú también. —Y pareces nervioso. —¿Por qué será? —repuso Seldon, sarcástico. Dors a<strong>la</strong>rgó <strong>la</strong> mano impulsivamente y apretó <strong>la</strong> de Hari, mas <strong>la</strong> retiró al instante como sorprendida por su arrebato. Se miró y enderezó los pliegues de su kirtle. Hari, un poco sorprendido pero curiosamente comp<strong>la</strong>cido, se ac<strong>la</strong>ró <strong>la</strong> garganta y anunció: —Bien, vámonos.
- Page 2 and 3:
I S A A C Preludio a la Fundacion
- Page 4 and 5:
Título original: PRELUDE TO FOUNDA
- Page 6 and 7:
MATEMÁTICO CLEON I. — ... El úl
- Page 8 and 9:
parques, había pasado también a u
- Page 10 and 11:
volvió, y se plantó delante del t
- Page 12 and 13:
—Sire, casi os habéis enfadado
- Page 14 and 15:
Estudió al hombre. Era alto, de an
- Page 16 and 17:
HUIDA TRANTOR. — ...La capital de
- Page 18 and 19:
—No me daban miedo. No son más q
- Page 20 and 21:
Aunque algunos mundos se encuentren
- Page 22 and 23:
podríamos considerar el nivel del
- Page 24 and 25:
similar a un tablero de ajedrez. Hu
- Page 26 and 27:
LA UNIVERSIDAD UNIVERSIDAD DE STREE
- Page 28 and 29:
parte de Trantor. Y no te hará da
- Page 30 and 31:
Y como Seldon había intuido lo que
- Page 32 and 33:
—Allí está —dijo, señalando.
- Page 34 and 35:
LA BIBLIOTECA VENABILI, DORS. — .
- Page 36 and 37:
Tu conoces este mundo. Yo no. —Es
- Page 38 and 39:
devolverme después el dinero... Y
- Page 40 and 41:
Universidad —dijo para enfocar su
- Page 42 and 43:
19 Cleon I había terminado la cena
- Page 44 and 45:
20 Hari Seldon se recostó en el si
- Page 46 and 47:
ARRIBA TRANTOR. —... Casi nunca h
- Page 48 and 49:
—No puedes ver nada en unas pocas
- Page 50 and 51:
Se llevaban un carro de instrumento
- Page 52 and 53:
una cúpula chata y cuando dirigió
- Page 54 and 55:
Era una pequeña mancha oscura, des
- Page 56 and 57:
Claro que podía haber más de una
- Page 58 and 59:
SALVAMENTO LEGGEN, JENARR. — ...
- Page 60 and 61:
—Tengo una cita para cenar. —¡
- Page 62 and 63:
—Pero el crimen, no —declaró D
- Page 64 and 65:
universitaria y, por tanto, expuest
- Page 66 and 67:
—¿Y si no informan? —Entonces,
- Page 68 and 69:
—Como te he dicho, Hummin, me has
- Page 70 and 71: el doctor Leggen mencionó como pos
- Page 72 and 73: —A decir verdad —interpuso Humm
- Page 74 and 75: —Sí, pero lo que yo digo, Dors,
- Page 76 and 77: Entraron en un coche del expreso y
- Page 78 and 79: EL AMO DEL SOL AMO DEL SOL CATORCE.
- Page 80 and 81: de verdadera luz solar. Cuando estu
- Page 82 and 83: —Por la depilación —declaró e
- Page 84 and 85: mayorcitos para superarlo... No soy
- Page 86 and 87: decir que no se le podía molestar.
- Page 88 and 89: fuerais explicando todo con exactit
- Page 90 and 91: —La excusa habitual —murmuró D
- Page 92 and 93: una religión tiene un libro, o lib
- Page 94 and 95: acompañarle en su visita a las mic
- Page 96 and 97: sencillo como limpiar el equipo...;
- Page 98 and 99: La mujer continuó mirándole fijam
- Page 100 and 101: Pero si Mycogen no tiene una religi
- Page 102 and 103: Cuarenta y Tres volvió a llevarse
- Page 104 and 105: el Sector de Jennat, donde pasé un
- Page 106 and 107: —Entra —respondió él, ausente
- Page 108 and 109: —Oh, no. Míralo de esta forma. S
- Page 110 and 111: Sacratorium es como se llama al edi
- Page 112 and 113: —Entonces, lee lo que dice. —Es
- Page 114 and 115: —Es precioso —exclamó el mycog
- Page 116 and 117: —¿Lo sabes? ¿Cómo lo sabes?
- Page 118 and 119: 54 Fue durante el desayuno del día
- Page 122 and 123: AERIE 1 ROBOT. — ... Un término
- Page 124 and 125: En voz baja, que Seldon casi no pod
- Page 126 and 127: Ésta cedió con silenciosa rapidez
- Page 128 and 129: insistencia. Sin embargo, vosotros
- Page 130 and 131: puedo... pasarlo por alto..., una v
- Page 132 and 133: Éste se lo explicó, y Hummin perm
- Page 134 and 135: HOYOS DE CALOR AMARYL, YUGO. —...
- Page 136 and 137: —¡Déjate de títulos! ¿Se neg
- Page 138 and 139: galáctica. —Y yo estoy seguro de
- Page 140 and 141: tardarían en encenderse. La temper
- Page 142 and 143: se desmandarían. Los inspectores f
- Page 144 and 145: piernas. —Bien, joven, ¿para qu
- Page 146 and 147: imposible creer que exista ese inse
- Page 148 and 149: BILLIBOTTON DAHL. -— ... Curiosam
- Page 150 and 151: sentido. —¿Habla alguna vez de T
- Page 152 and 153: —Sí. Si se trata de utilizarla,
- Page 154 and 155: —Vamos, Raych. Aprendes a leer y
- Page 156 and 157: —No del todo, Mamá Rittah —dij
- Page 158 and 159: te caigan de las manos, ¿eh? —Y
- Page 160 and 161: A CUBIERTO DAVAN. — ... En los d
- Page 162 and 163: le sonreirán y se asegurarán de n
- Page 164 and 165: adoptó una postura—. Les doy mi
- Page 166 and 167: —Sólo me cabe suponer —observ
- Page 168 and 169: comida. Un fuerte olor a cebolla pe
- Page 170 and 171:
OFICIALES RAYCH. — ... Según Har
- Page 172 and 173:
dos eran delgados y vestían ropas
- Page 174 and 175:
—No hubo crimen, oficial. Compré
- Page 176 and 177:
Salieron apresuradamente del aparta
- Page 178 and 179:
—En este caso —murmuró Seldon
- Page 180 and 181:
WYE WYE. — ... Un Sector de la ci
- Page 182 and 183:
—Me mandan hacerlo, especie de...
- Page 184 and 185:
con tiras de piedra rosada. Era una
- Page 186 and 187:
cuando el incidente de Arriba. —Q
- Page 188 and 189:
entendáis bien. —No se nos ha oc
- Page 190 and 191:
apoderarse del Imperio en un día.
- Page 192 and 193:
Seldon frunció el ceño. —No ten
- Page 194 and 195:
poner rápidamente en marcha a cuat
- Page 196 and 197:
cooperaran con el Emperador, quien,
- Page 198 and 199:
Hummin: —¿Quién es éste? —Ch
- Page 200 and 201:
—No lo eres. Tu personificación
- Page 202 and 203:
Tierra, fue un héroe, así que deb
- Page 204 and 205:
mismo? —Así es. —Y, por consig
- Page 206 and 207:
—Lo comprendo —dijo éste. —E
- Page 208 and 209:
—¡No! —exclamó Seldon, sombr