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86 REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGÍA / VOL 83 SUPLEMENTO 2 / JUNIO 2015 Información clínica Imagen de la válvula Eco-Doppler color cardíaco Integración clínico-ecocardiográfica Fecha del reemplazo valvular Tipo y tamaño de la prótesis Altura, peso y superficie corporal Síntomas y hallazgos clínicos Presión arterial y frecuencia cardíaca Movilidad de las valvas o del oclusor Presencia de calcificación de las valvas, o alteración de la ecodensidad de los componentes Integridad del anillo y movilidad Contorno de la señal de velocidad Velocidad y gradiente pico Gradiente medio de presión Integral velocidad tiempo (IVT) del flujo Índice de velocidad por Doppler Tiempo de hemipresión mitral/tricuspídeo (útil si está muy prolongado) AOE (área del orificio efectivo) por ecuación de continuidad Presencia, localización y gravedad de la regurgitación (Ecocardiograma transtorácico menos sensible en válvula mitral y tricúspide) Tamaño del ventrículo izquierdo y del ventrículo derecho Función e hipertrofia del ventrículo izquierdo y del derecho Enfermedad valvular concomitante Estimación de la presión sistólica pulmonar Comparar con estudios previos Evaluar necesidad de fluroscopia, eco-Doppler transesofágico y/o tomografía multicorte Tabla 2. Parámetros de evaluación de la función valvular protésica – Sangrado. – Embolia sistémica. – Endocarditis. – Anemia hemolítica. – Disfunción ventricular. La incidencia promedio de complicaciones oscila en 2-3%/año. En este sentido, cada prótesis tendrá un perfil hemodinámico y un tipo de complicaciones característicos según diseño, tamaño, posición y factores de riesgo del paciente. (57-60) En un metaanálisis de 5.837 pacientes con reemplazo valvular aórtico con una bioprótesis, la tasa anual de trombosis valvular, tromboembolia, hemorragia y disfunción no estructural fueron del 0,03%, 0,87%, 0,38% y 0,38%, respectivamente. (61) La tasa de endocarditis infecciosa fue del 3,4% durante los primeros 6 meses y luego del 0,68%/ año. La necesidad de nuevo reemplazo o el desarrollo de complicaciones decrece con el aumento de la edad. En una experiencia que incluyó 440 pacientes con reemplazo valvular mitral con prótesis mecánica St Jude seguidos por 19 años, las tasas en porcentaje paciente/ año de tromboembolia, trombosis valvular y hemorragia fueron del 0,7%, 0,2% y 1%, respectivamente. Las tasas de libertad de endocarditis y de reoperación fueron del 99 y 90%, respectivamente. (62) Respecto de las complicaciones relacionadas con las prótesis mecánicas comparadas con las biológicas, existen dos experiencias comparativas publicadas en la década de los noventa. (52, 53) Las prótesis mecánicas tienen una tasa baja de daño estructural, pero tienen las complicaciones inherentes a la anticoagulación crónica y los implantes biológicos se comportan en forma opuesta, habitualmente no requieren anticoagulación pero presentan mayor deterioro estructural. En este aspecto, para evaluar resultados necesitamos seguimientos alejados de prótesis que muchas veces presentan en el tiempo procesos de mejoría en su diseño y/o en su proceso de elaboración. En el estudio Veterans Affair Cooperative Study, 575 pacientes fueron aleatorizados a reemplazo valvular con una prótesis mecánica Bjork-Shilley (actualmente discontinuada) comparada con una bioprótesis, y seguidos durante 11 años; no se hallaron diferencias en la sobrevida (38% vs. 43%, respectivamente), con mayor riesgo de sangrado con los implantes mecánicos (42% vs. 26%) y con mayor deterioro estructural con

CONSENSO DE VALVULOPATÍAS 87 las válvulas biológicas (36% en posición mitral, 15% en posición aórtica y 0% con la válvula monodisco). Alteración estructural Regurgitación (leak) paravalvular: es común la presencia de pequeñas regurgitaciones paravalvulares posprocedimiento. Muchas se observan con el eco- Doppler color cardíaco transesofágico en la sala quirúrgica y desaparecen luego de la reversión del efecto de la heparina en la salida de la bomba extracorpórea. La prevalencia comunicada oscila entre el 18% y el 48%, la mayoría son triviales o leves y no progresan con el tiempo. (63, 64) Las calcificaciones anulares extensas pueden plantear una dificultad en la sutura de la prótesis y requieren una evaluación especial de los resultados. Las regurgitaciones que necesitan un análisis particular del mecanismo, la localización y su gravedad son las de aparición tardía en el contexto de una endocarditis protésica o ante una falla estructural. Actualmente, el ecocardiograma transesofágico tridimensional es de gran utilidad, no solo para el diagnóstico, sino también para guiar la terapéutica en los casos en los que se decida un cierre mediante un dispositivo endovascular. (65) Deterioro estructural: la incidencia del deterioro estructural tardío depende del tipo de prótesis y de la posición. (10) Las prótesis mecánicas actuales tienen una tasa muy baja de daño estructural con una durabilidad esperada de 20-30 años, a excepción de la prótesis Bjork-Shiley convexo-cóncava en desuso (sobre todo con aquellas con apertura de 70°, número ≥ 29 mm y en posición mitral (17) y algunos diseños cuyos discos radiolúcidos se componen de carbón vítreo (Tri technologies, HP Biplus). (66-68) En contraste con estos resultados, en un seguimiento a 10-15 años, un 30-35% de las bioprótesis porcinas y un 10-20% de los homoinjertos aórticos presentan falla estructural. (50, 52, 55-61, 69) Las prótesis de pericardio bovino podrían ser más duraderas que las válvulas porcinas. (70, 71) En este sentido, las válvulas porcinas en posición mitral sufren más deterioro estructural que en posición aórtica (44% vs. 26% a los 15 años). (64) Debido a la mejora en el proceso de fabricación de las bioprótesis actuales, pareciera que las tasas de alteraciones del material serían menores que con las bioprótesis de primera generación. Los factores que contribuyen a la disfunción de las prótesis biológicas incluyen el estrés mecánico, la reacción inmunológica, las infecciones, el daño valvar y la calcificación. En una publicación de la Sociedad de Cirugía Torácica (STS), que incluyó pacientes de entre 65 y 80 años tratados con válvula biológica (n = 24.410) o mecánica (n = 14.789) en posición aórtica, los que recibieron una bioprótesis tuvieron un riesgo semejante ajustado para mortalidad [hazard ratio (HR) 1,04; IC 95% 1,01- 1,07], mayor riesgo de reoperación (HR 2,55; IC 95% 2,14-3,03) y endocarditis (HR 1,60; IC 95% 1,31-1,94) y menor riesgo de accidente cerebrovascular isquémico (HR 0,87; IC 95% 0,82-0,93) y sangrado (HR 0,66; IC 95% 0,62-0,70). En el grupo de pacientes de entre 65 y 69 años, la bioprótesis tuvo un riesgo muy alto de reoperación. (72) La reoperación para reemplazar una prótesis valvular disfuncionante constituye un evento de alto riesgo. A excepción de las situaciones de urgencia donde claramente está indicada la reoperación, en el resto de los casos deben analizarse el estado clínico, los síntomas, el mecanismo y la gravedad de la disfunción, la función ventricular y el conocimiento de la evolución natural de cada diseño protésico. Su indicación puede obedecer a la presencia de disfunción valvular moderada a grave (estructural o no estructural), dehiscencia, endocarditis, tromboembolia recurrente, hemólisis intravascular grave, trombosis protésica o sangrado recurrente grave secundario a la necesidad de anticoagulación. Ante un anillo aórtico pequeño y sobre todo si se utilizó una bioprótesis con stent, la presencia de mismatch paciente-prótesis sintomático grave puede requerir una reoperación. (73-78) Obstrucción valvular La elevación inexplicable de los gradientes transprotésicos al compararlos con estudios previos o con los valores considerados normales (para el tipo, modelo y tamaño de prótesis), en un paciente que comienza a tener síntomas (disnea, insuficiencia cardíaca y/o embolia) debe llevar a la sospecha de la posibilidad de una obstrucción valvular crítica. Las causas determinantes de obstrucción incluyen trombosis, formación de pannus y presencia de una vegetación. En un trabajo que incluyó 112 pacientes con obstrucción de prótesis mecánicas derivados a cirugía, el hallazgo intraoperatorio demostró la presencia de trombos aislados en el 77% de los casos, formación de pannus en el 11% y la combinación de ambos en el 12%. (79) El análisis ecocardiográfico de un aumento de la velocidad de una prótesis valvular requiere la identificación de la presencia de un mismatch paciente-prótesis o la existencia de una regurgitación valvular oculta. Es fundamental tener en cuenta que la ecuación de Bernoulli simplifica el patrón de flujo protésico, que existe el fenómeno de recuperación de presión, que el gradiente se calcula a partir de la velocidad y que esta depende del flujo, que existen artefactos dados por la sombra acústica y que no toda trombosis es obstructiva. La presencia de gradientes elevados no es sinónimo de disfunción protésica. La causa más frecuente de aumento de los gradientes transvalvulares es el mismatch pacienteprótesis. Asimismo, la presencia de gradientes normales es el equivalente a una prótesis normofuncionante. Trombosis valvular El tratamiento anticoagulante reduce la frecuencia de trombosis valvular en las prótesis mecánicas. La incidencia anual oscila entre el 0,03% y el 5,7%, y es mayor en implantes en posición mitral y/o con nivel de anticoagulación subterapéutico (70% de los casos subanticoagulados en el momento de la trombosis).

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las válvulas biológicas (36% en posición mitral, 15% en<br />

posición aórtica y 0% con la válvula monodisco).<br />

Alteración estructural<br />

Regurgitación (leak) paravalvular: es común la<br />

presencia de pequeñas regurgitaciones paravalvulares<br />

posprocedimiento. Muchas se observan con el eco-<br />

Doppler color cardíaco transesofágico en la sala quirúrgica<br />

y desaparecen luego de la reversión del efecto<br />

de la heparina en la salida de la bomba extracorpórea.<br />

La prevalencia comunicada oscila entre el 18% y el<br />

48%, la mayoría son triviales o leves y no progresan<br />

con el tiempo. (63, 64) Las calcificaciones anulares<br />

extensas pueden plantear una dificultad en la sutura<br />

de la prótesis y requieren una evaluación especial de<br />

los resultados. Las regurgitaciones que necesitan un<br />

análisis particular del mecanismo, la localización y su<br />

gravedad son las de aparición tardía en el contexto de<br />

una endocarditis protésica o ante una falla estructural.<br />

Actualmente, el ecocardiograma transesofágico<br />

tridimensional es de gran utilidad, no solo para el<br />

diagnóstico, sino también para guiar la terapéutica en<br />

los casos en los que se decida un cierre mediante un<br />

dispositivo endovascular. (65)<br />

Deterioro estructural: la incidencia del deterioro<br />

estructural tardío depende del tipo de prótesis<br />

y de la posición. (10) Las prótesis mecánicas actuales<br />

tienen una tasa muy baja de daño estructural con una<br />

durabilidad esperada de 20-30 años, a excepción de la<br />

prótesis Bjork-Shiley convexo-cóncava en desuso (sobre<br />

todo con aquellas con apertura de 70°, número ≥ 29<br />

mm y en posición mitral (17) y algunos diseños cuyos<br />

discos radiolúcidos se componen de carbón vítreo (Tri<br />

technologies, HP Biplus). (66-68)<br />

En contraste con estos resultados, en un seguimiento<br />

a 10-15 años, un 30-35% de las bioprótesis porcinas y<br />

un 10-20% de los homoinjertos aórticos presentan falla<br />

estructural. (50, 52, 55-61, 69) Las prótesis de pericardio<br />

bovino podrían ser más duraderas que las válvulas<br />

porcinas. (70, 71) En este sentido, las válvulas porcinas<br />

en posición mitral sufren más deterioro estructural<br />

que en posición aórtica (44% vs. 26% a los 15 años).<br />

(64) Debido a la mejora en el proceso de fabricación<br />

de las bioprótesis actuales, pareciera que las tasas de<br />

alteraciones del material serían menores que con las<br />

bioprótesis de primera generación. Los factores que<br />

contribuyen a la disfunción de las prótesis biológicas<br />

incluyen el estrés mecánico, la reacción inmunológica,<br />

las infecciones, el daño valvar y la calcificación.<br />

En una publicación de la Sociedad de Cirugía Torácica<br />

(STS), que incluyó pacientes de entre 65 y 80 años<br />

tratados con válvula biológica (n = 24.410) o mecánica<br />

(n = 14.789) en posición aórtica, los que recibieron<br />

una bioprótesis tuvieron un riesgo semejante ajustado<br />

para mortalidad [hazard ratio (HR) 1,04; IC 95% 1,01-<br />

1,07], mayor riesgo de reoperación (HR 2,55; IC 95%<br />

2,14-3,03) y endocarditis (HR 1,60; IC 95% 1,31-1,94)<br />

y menor riesgo de accidente cerebrovascular isquémico<br />

(HR 0,87; IC 95% 0,82-0,93) y sangrado (HR 0,66; IC<br />

95% 0,62-0,70). En el grupo de pacientes de entre 65<br />

y 69 años, la bioprótesis tuvo un riesgo muy alto de<br />

reoperación. (72)<br />

La reoperación para reemplazar una prótesis valvular<br />

disfuncionante constituye un evento de alto riesgo.<br />

A excepción de las situaciones de urgencia donde claramente<br />

está indicada la reoperación, en el resto de los<br />

casos deben analizarse el estado clínico, los síntomas,<br />

el mecanismo y la gravedad de la disfunción, la función<br />

ventricular y el conocimiento de la evolución natural de<br />

cada diseño protésico. Su indicación puede obedecer a<br />

la presencia de disfunción valvular moderada a grave<br />

(estructural o no estructural), dehiscencia, endocarditis,<br />

tromboembolia recurrente, hemólisis intravascular<br />

grave, trombosis protésica o sangrado recurrente grave<br />

secundario a la necesidad de anticoagulación. Ante<br />

un anillo aórtico pequeño y sobre todo si se utilizó<br />

una bioprótesis con stent, la presencia de mismatch<br />

paciente-prótesis sintomático grave puede requerir<br />

una reoperación. (73-78)<br />

Obstrucción valvular<br />

La elevación inexplicable de los gradientes transprotésicos<br />

al compararlos con estudios previos o con los<br />

valores considerados normales (para el tipo, modelo<br />

y tamaño de prótesis), en un paciente que comienza<br />

a tener síntomas (disnea, insuficiencia cardíaca y/o<br />

embolia) debe llevar a la sospecha de la posibilidad de<br />

una obstrucción valvular crítica. Las causas determinantes<br />

de obstrucción incluyen trombosis, formación<br />

de pannus y presencia de una vegetación. En un trabajo<br />

que incluyó 112 pacientes con obstrucción de prótesis<br />

mecánicas derivados a cirugía, el hallazgo intraoperatorio<br />

demostró la presencia de trombos aislados en<br />

el 77% de los casos, formación de pannus en el 11% y<br />

la combinación de ambos en el 12%. (79) El análisis<br />

ecocardiográfico de un aumento de la velocidad de una<br />

prótesis valvular requiere la identificación de la presencia<br />

de un mismatch paciente-prótesis o la existencia<br />

de una regurgitación valvular oculta. Es fundamental<br />

tener en cuenta que la ecuación de Bernoulli simplifica<br />

el patrón de flujo protésico, que existe el fenómeno de<br />

recuperación de presión, que el gradiente se calcula<br />

a partir de la velocidad y que esta depende del flujo,<br />

que existen artefactos dados por la sombra acústica<br />

y que no toda trombosis es obstructiva. La presencia<br />

de gradientes elevados no es sinónimo de disfunción<br />

protésica. La causa más frecuente de aumento de los<br />

gradientes transvalvulares es el mismatch pacienteprótesis.<br />

Asimismo, la presencia de gradientes normales<br />

es el equivalente a una prótesis normofuncionante.<br />

Trombosis valvular<br />

El tratamiento anticoagulante reduce la frecuencia<br />

de trombosis valvular en las prótesis mecánicas. La<br />

incidencia anual oscila entre el 0,03% y el 5,7%, y es<br />

mayor en implantes en posición mitral y/o con nivel<br />

de anticoagulación subterapéutico (70% de los casos<br />

subanticoagulados en el momento de la trombosis).

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