Bitácora Rumbo y Travesía - Scouts del Perú

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22.06.2015 Views

Ayudo a mi patrulla en los compromisos que tomamos Un 29 de mayo de 1953, el neocelandés Edmund Hillary y el sherpa nepalés Tenzin Norgay alcanzaron por primera vez la cima más alta del planeta, el Monte Everest de 8848 metros de altura. Pero Hillary y Tenzin no estaban solos, eran parte de una gran expedición, un equipo formado por personas preparadas para escalar la montaña más alta del mundo. De hecho, fueron otros miembros de la expedición los que intentaron llegar a la cumbre primero, pero la fatiga o la falta de oxígeno los obligó a desistir cuando estaban a metros de lograrlo. En un segundo intento, fueron Hillary y Tenzin quienes conquistaron la cumbre. “Trabajábamos en equipo, abríamos nuevas rutas y superábamos la mayoría de los problemas cuando se presentaban. Escalábamos encordados, porque pensábamos que ése era un método más seguro y responsable...” 248

Luego de muchas noches de campamento juntas, nos propusimos un nuevo desafío; queríamos acampar llevando la menor cantidad de elementos posibles. No llevaríamos carpa, improvisaríamos refugios; no contaríamos con cocinilla ni con cacerolas, haríamos cocina rústica. Nuestra Guía de patrulla expuso la idea en el Consejo de Unidad y a los otros Guías le pareció que no estábamos preparadas. Luego de una larga discusión nos autorizaron a hacer la experiencia. Cuando Julieta, nuestra Guía de Patrulla, nos contó qué había sucedido en el Consejo de Unidad, nos alegramos pero a la vez sentimos que todas debíamos comprometernos para superar el desafío que nos habíamos planteado. Fue así que cada una de nosotras se comprometió con alguna tarea: Julieta con Belén, nuestra subguía, investigaron los mejores lugares para realizar el campamento (un lugar seguro, con abundante leña y agua potable), además organizaron con nuestra responsable de Unidad la forma de transporte y seleccionaron a la persona que nos acompañaría. Con Zoe, la cocinera de la patrulla, aprendimos nuevas recetas de cocina sin utensilios y preparamos un menú lo más variado, económico y nutritivo posible. Marina y Lucía le pidieron ayuda a un Equipo de Caminantes que les enseñó a improvisar refugios para pasar la noche... 249

Luego de muchas noches de campamento juntas, nos<br />

propusimos un nuevo desafío; queríamos acampar<br />

llevando la menor cantidad de elementos posibles.<br />

No llevaríamos carpa, improvisaríamos refugios; no<br />

contaríamos con cocinilla ni con cacerolas, haríamos<br />

cocina rústica.<br />

Nuestra Guía de patrulla expuso la idea en el Consejo<br />

de Unidad y a los otros Guías le pareció que no<br />

estábamos preparadas. Luego de una larga discusión<br />

nos autorizaron a hacer la experiencia.<br />

Cuando Julieta, nuestra Guía de Patrulla, nos contó<br />

qué había sucedido en el Consejo de Unidad, nos<br />

alegramos pero a la vez sentimos que todas debíamos<br />

comprometernos para superar el desafío que nos<br />

habíamos planteado.<br />

Fue así que cada una de nosotras se comprometió<br />

con alguna tarea: Julieta con Belén, nuestra subguía,<br />

investigaron los mejores lugares para realizar el<br />

campamento (un lugar seguro, con abundante leña<br />

y agua potable), además organizaron con nuestra<br />

responsable de Unidad la forma de transporte y<br />

seleccionaron a la persona que nos acompañaría. Con<br />

Zoe, la cocinera de la patrulla, aprendimos nuevas<br />

recetas de cocina sin utensilios y preparamos un menú<br />

lo más variado, económico y nutritivo posible. Marina y<br />

Lucía le pidieron ayuda a un Equipo de Caminantes que<br />

les enseñó a improvisar refugios para pasar la noche...<br />

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