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documento - Dirección de Estudios Históricos

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Ensayos<br />

sido colonialista hasta 1821, conservadora e imperial<br />

en el siglo xix, contrarrevolucionaria y ultra<strong>de</strong>rechista<br />

en el siglo xx. En 1995, el presi<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong>l episcopado, mons. Sergio Obeso Rivera,<br />

podía quejarse: “it is very unfortunate that we are<br />

always noted as totally negative elements in our<br />

country, because in the official history […] the presence<br />

of the Church in Mexico […] is accursed”. <br />

Se pue<strong>de</strong> comentar este paradigma en esa forma:<br />

la Iglesia católica, <strong>de</strong> cierta manera, sigue siendo<br />

<strong>de</strong> “antiguo régimen” en la medida en que no<br />

se reconoce en ningún partido; por lo mismo situarla<br />

a la <strong>de</strong>recha es un error; pue<strong>de</strong> encontrarse<br />

un tiempo a la <strong>de</strong>recha, un tiempo nada más.<br />

Hay siempre católicos <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha, <strong>de</strong> izquierda y<br />

centristas; “la Iglesia” (¿qué es eso?) se encuentra<br />

en otra parte, en ningún punto <strong>de</strong> la línea que<br />

va <strong>de</strong> la izquierda a la <strong>de</strong>recha, o se pasea sobre<br />

esa línea, yendo y viniendo en ambos sentidos. Si<br />

vemos a la Iglesia como el enemigo histórico, no<br />

lograremos ni la más mínima luci<strong>de</strong>z.<br />

Otro paradigma caracteriza a la Iglesia como<br />

un bloque monolítico, hipercentralizado, totalizado<br />

y totalitario, vertical y monárquico. En<br />

realidad la Iglesia es una <strong>de</strong>mocracia con sus corrientes,<br />

ten<strong>de</strong>ncias, facciones, partidos; y si nos<br />

limitamos a la jerarquía, esa pequeña minoría<br />

dirigente, vemos que las divergencias, cuando<br />

no las oposiciones y contradicciones, son constantes.<br />

Muchos católicos piensan hoy que eso es<br />

una fuerza que explica la longevidad <strong>de</strong> la institución.<br />

Veremos que la lucha por el po<strong>de</strong>r es<br />

muy real a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Iglesia y que el control<br />

<strong>de</strong> las estructuras institucionales no garantiza el<br />

éxito ni la capacidad <strong>de</strong> llevar a<strong>de</strong>lante un <strong>de</strong>terminado<br />

proyecto social o religioso. El po<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />

la jerarquía es real, especialmente en esos años,<br />

pero se diluye en la experiencia cotidiana <strong>de</strong> los<br />

católicos. Un solo botón <strong>de</strong> muestra: entre 1932<br />

y 1938 los obispos, obe<strong>de</strong>ciendo al papa, con<strong>de</strong>naron<br />

más <strong>de</strong> veinte veces la lucha armada católica<br />

y sin embargo miles <strong>de</strong> católicos volvieron<br />

a levantarse en armas; con<strong>de</strong>naron las socieda-<br />

<br />

Ro<strong>de</strong>ric Ai Camp, Crossing Swords: Politics and Religion<br />

in México, Nueva York, Oxford University Press, 1997,<br />

p. 25.<br />

<strong>de</strong>s secretas y los católicos fundaron muchas. La<br />

obediencia/<strong>de</strong>sobediencia me lleva al concepto<br />

weberiano que hago mío, <strong>de</strong> “capellanocracia”.<br />

Al tratar <strong>de</strong> la sola jerarquía, <strong>de</strong> la cúpula institucional,<br />

subrayamos precisamente la vali<strong>de</strong>z<br />

<strong>de</strong>l concepto. Por “capellanocracia” Max Weber<br />

entien<strong>de</strong> el dominio ejercido por los clérigos (los<br />

sacerdotes como ejecutores <strong>de</strong> los proyectos pontificales<br />

y episcopales) sobre los laicos, incluso<br />

sobre los partidos católicos y los sindicatos cristianos,<br />

inevitablemente “asesorados” (dirigidos,<br />

controlados) en su tiempo por “capellanes”. La<br />

Iglesia católica es universal y por la tanto es inevitable<br />

salir <strong>de</strong>l estrecho marco nacional para<br />

situar en perspectivas nada excepcionales las<br />

aventuras y <strong>de</strong>sventuras <strong>de</strong> los católicos políticos<br />

mexicanos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Partido Acción Nacional<br />

(pan) hasta el sinarquismo, pasando por la<br />

Liga y los cristeros. Eso no impi<strong>de</strong> la existencia,<br />

en el seno <strong>de</strong> la Iglesia católica, <strong>de</strong> inconformes<br />

que fundan su <strong>de</strong>sacuerdo en la religión<br />

misma. Como edificio <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, la Iglesia, con el<br />

papa arriba, invoca siempre el principio <strong>de</strong> autoridad<br />

y, <strong>de</strong> mil maneras, pasa compromisos,<br />

“arreglos”, modus vivendi con los Estados, hasta<br />

los más “<strong>de</strong>sagradables” para los católicos. Pero,<br />

como es evangélica, la Iglesia es una comunidad<br />

<strong>de</strong> fieles, laicos y eclesiásticos, entre los cuales<br />

existen no sólo “<strong>de</strong>mócratas” y “monarquistas”,<br />

sino “intransigentes” enemigos mortales <strong>de</strong>l liberalismo<br />

y <strong>de</strong>l socialismo, inmanentistas que<br />

exigen <strong>de</strong> su Iglesia un compromiso inmediato<br />

que, <strong>de</strong> hecho, se transforma en militancia política<br />

en nombre <strong>de</strong> valores religiosos; no faltan<br />

nunca los teólogos <strong>de</strong> la violencia, lejanos <strong>de</strong>scendientes<br />

<strong>de</strong> los anabaptistas, que rechazan ese<br />

mundo malo y juran <strong>de</strong>tener la fe verda<strong>de</strong>ra. Le<br />

cuesta mucho trabajo a la jerarquía, si no doblegar,<br />

por lo menos canalizar y neutralizar esas<br />

energías peligrosas.<br />

Uno tien<strong>de</strong> a situar a la <strong>de</strong>recha a estos últimos,<br />

calificándolos <strong>de</strong> “integristas” (ellos mismos<br />

se llaman así entre 1940 y 1950), pero el<br />

surgimiento <strong>de</strong> la teología <strong>de</strong> la liberación y <strong>de</strong><br />

<br />

Roberto Blancarte, Historia <strong>de</strong> la Iglesia católica en<br />

México, México, fce, 1992.<br />

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