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Kurt Vonnegut Pájaro de celda - works

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«Los que suben».<br />

En cualquier caso, era abyectamente leal a ella. Amaba y temía su i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la señora<br />

Graham lo mismo que Larkin Emil amaba y temía su i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Jesucristo. Tenía más suerte<br />

que Larkin en su culto, claro, pues su ser superior e invisible le llamaba por teléfono y le<br />

escribía cartas y le <strong>de</strong>cía lo que tenía que hacer.<br />

Una vez llegó a <strong>de</strong>cirme: «Trabajar para la señora Graham ha sido para mí una<br />

experiencia religiosa. Yo andaba a la <strong>de</strong>riva, pese a todo el dinero que ganaba. Mi vida<br />

carecía <strong>de</strong> objetivo hasta que fui presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la RAMJAC y me puse a su disposición.»<br />

A veces, no tengo más remedio que pensar que toda felicidad es religiosa.<br />

Leen dijo que hablaría con nosotros por separado en su biblioteca.<br />

—La señora Graham no me ha dicho nada sobre sus antece<strong>de</strong>ntes, sobre cuáles<br />

podrían ser sus intereses concretos... así que tendrán que hablarme uste<strong>de</strong>s un poco <strong>de</strong> sí<br />

mismos.<br />

Dijo que entrase primero en la biblioteca Ubriaco, y nos pidió a los <strong>de</strong>más que<br />

esperásemos en el salón.<br />

—¿Quieren que mi mayordomo les traiga alguna bebida? —dijo.<br />

Clewes no quiso nada. E<strong>de</strong>l pidió una cerveza. Yo, que aún tenía la esperanza <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>shacer aquel sueño, pedí un pousse-café, una bebida color arcoiris que nunca había<br />

visto pero que había estudiado cuando hacía el curso <strong>de</strong> doctor en coctelería. Se ponía un<br />

licor muy pesado en el fondo <strong>de</strong>l vaso, sobre el que se echaba a cucharadas otro más<br />

ligero <strong>de</strong> distinto color, y luego otro más ligero aún, y así sucesivamente, sin que cada<br />

capa coloreada se mezclase con la <strong>de</strong> encima ni con la <strong>de</strong> <strong>de</strong>bajo.<br />

A Leen le <strong>de</strong>jó muy impresionado mi petición. Lo repitió, para asegurarse <strong>de</strong> que<br />

había oído bien.<br />

—Si no es problema, claro —dije. No era más problema, sin duda, que construir un<br />

mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> barco completo en una botella, por ejemplo.<br />

—¡No es ningún problema! —dijo Leen. Como pu<strong>de</strong> comprobar con el tiempo, era<br />

una <strong>de</strong> sus expresiones favoritas. Dijo al mayordomo que me trajese en seguida un<br />

pousse-café.<br />

Él y Ubriaco entraron en la biblioteca, y los <strong>de</strong>más pasamos al salón, que tenía<br />

piscina. Era la primera vez que yo veía un salón con piscina. Había oído hablar <strong>de</strong>l<br />

asunto, claro, pero una cosa es oírlo y otra ver tanta agua en un salón.<br />

Me arrodillé junto a la piscina y chapoteé con la mano en el agua, para comprobar la<br />

temperatura, que era tibia. Cuando retiré la mano y consi<strong>de</strong>ré su humedad, hube <strong>de</strong><br />

admitir para mí que aquella humedad no era propia <strong>de</strong>l sueño. Tenía la mano mojada <strong>de</strong><br />

veras y así seguiría algún tiempo, a no ser que me secase.<br />

Todo aquello estaba pasando <strong>de</strong> verdad. Cuando me incorporé, llegaba el mayordomo<br />

con mi pousse-café.<br />

La solución no era la actitud hostil. Tendría que volver a empezar a prestar atención.<br />

—Gracias —le dije al mayordomo.<br />

—De nada, señor —me contestó.<br />

Clewes y E<strong>de</strong>l estaban sentados en el extremo <strong>de</strong> un sofá que era como media<br />

manzana <strong>de</strong> largo, por lo menos. Me uní a ellos, esperando que apreciasen que me había<br />

tranquilizado.<br />

Ellos seguían haciendo cábalas sobre cuándo podría haberles sorprendido la señora<br />

Graham comportándose tan virtuosamente.<br />

Clewes se lamentaba <strong>de</strong> que no había tenido muchas oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ser virtuoso,<br />

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