lorca
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En medio de la plaza, la luna que no es luna sino galán sin dejar de ser luna, baila coronada de tojos... Madre e hija –como en el diálogo de los Cancioneros– dramatizan la aparición, que desplaza de si un aire arrebatado, mortal, de inconcreta estadea. El poema desarrolla sus espirales sincopadas de danza frenética y envuelve a los protagonistas, como los giros finales de la música en la muerte de Isolda. Un aire de encantamiento céltico, en la frontera entre el ser y no ser, antes nunca alcanzado por nuestra lírica moderna, se desplaza de este poema, verdadero milagro de intuición y de expresión». Texto 2 253 «Este poema alucinante, de algún modo, recuerda el Romance Sonámbulo. Su magia es tan distinta como lo son las del norte y el sur. Hay, desflecado, un coloquio madre-hija, como en la poesía de cancionero, pero en un mundo que es de otro mundo. El tercer ingrediente es la luna-galán-muerte, que baila en la Quintana, que enfría el aire en torno, con su rostro; que busca el corazón con dedos helados, seguros, el galán-luna es la muerte o el muerte, como en las baladas nórdicas. El breve poema va apretando sus giros hasta el final, como las espirales que ahogan a Iseo en la página de Wagner. Sería tema para un ballet fosforescente, tremendo, incorruptible». 253 Preséntase este segundo texto tamén, pois é diferente ó anterior. 202
Eduardo Blanco-Amor, por Luís Seoane. Publicado en Figuraciós, Luís Seoane, Edit. La Voz de Galicia, A Coruña, 1994. 203
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En medio de la plaza, la luna que no es luna sino galán sin<br />
dejar de ser luna, baila coronada de tojos... Madre e hija –como<br />
en el diálogo de los Cancioneros– dramatizan la aparición, que<br />
desplaza de si un aire arrebatado, mortal, de inconcreta estadea.<br />
El poema desarrolla sus espirales sincopadas de danza frenética<br />
y envuelve a los protagonistas, como los giros finales de la<br />
música en la muerte de Isolda.<br />
Un aire de encantamiento céltico, en la frontera entre el ser<br />
y no ser, antes nunca alcanzado por nuestra lírica moderna, se<br />
desplaza de este poema, verdadero milagro de intuición y de expresión».<br />
Texto 2 253<br />
«Este poema alucinante, de algún modo, recuerda el Romance<br />
Sonámbulo. Su magia es tan distinta como lo son las del norte y el<br />
sur. Hay, desflecado, un coloquio madre-hija, como en la poesía<br />
de cancionero, pero en un mundo que es de otro mundo. El tercer<br />
ingrediente es la luna-galán-muerte, que baila en la Quintana,<br />
que enfría el aire en torno, con su rostro; que busca el corazón<br />
con dedos helados, seguros, el galán-luna es la muerte o el muerte,<br />
como en las baladas nórdicas. El breve poema va apretando<br />
sus giros hasta el final, como las espirales que ahogan a Iseo en la<br />
página de Wagner. Sería tema para un ballet fosforescente, tremendo,<br />
incorruptible».<br />
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Preséntase este segundo texto tamén, pois é diferente ó anterior.<br />
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