Negópolis Edición N° 17

MUNDO
ALREVÉS
Oscar Basurco Reyes
Director General
A
veces hay momentos muy breves que
nos brindan grandes satisfacciones. Para
nosotros, reconocer que falta mucho aún por
mejorar se convierte en un gran reto. Sin embargo,
también surge de esta revisión, que lo poco o
mucho que estamos llevando al emprendedor es
absolutamente valioso.
Al escribir estas líneas recuerdo al poblador de
Cajamarca que cayó abatido en el techo de su
vivienda, defendiendo su hogar. Para ello, tuvo
que enfrentar a más de cien policías. Todos en ese
momento nos indignamos y algunos alzamos
la voz de protesta pidiendo una sanción para
aquellos malos policías.
La historia de fondo es más dramática aún. El
poblador era un emprendedor como muchos
que no pudo cumplir con el pago de sus deudas.
Por ello el acreedor fue al juzgado. El juez ordenó
el pago o, caso contrario, el embargo de los
bienes. El moroso no pagó y el acreedor solicitó
auxilio de la fuerza pública para hacer valer su
sentencia.
En primera instancia, pedimos la cabeza de los
policías que, por exceso y negligencia, mataron
a un poblador. Pero también vemos a un deudor
que no cumple con el pago y tiene que acatar el
mandato judicial. Sin embargo, en su cabeza, eso
no era posible. Se negó a salir y entonces fueron
a sacarlo. Sancionaron a los policías, pero hay un
culpable mayor: el Estado, a quién corresponde no
solo apreciar cómo el Perú se desparrama con las
políticas públicas generadas por algunos “chicos
inteligentes” que retornaron al Perú después de
una o dos maestrías realizadas en el extranjero y
bien intencionados trajeron recetas made in para
aplicarlas a ese paciente llamado Perú.
Lo paradójico es que ellos fueron parte de ese
paciente antes de conseguir sus honores traídos
de afuera. Cuando estaban estudiando, no se
dieron cuenta que San Juan de Lurigancho había
crecido mucho y que años atrás en Tambogrande
dijeron no a Manhattan. Son miles las personas
que diariamente pasan por situaciones como
la del empresario cajamarquino, pero como no
mueren, no pueden competir por un espacio
en los noticieros porque los empresarios que
pierden sus casas por no paga, resultan poco o
nada interesantes.
Hay soluciones: todo radica en la elección de la
actividad empresarial. Si inicias un negocio como
persona natural, estás comprometiendo todos tus
bienes. A diferencia de iniciar un negocio como
persona jurídica, donde solo se compromete el
capital invertido en dicha empresa. Más de millón
y medio de peruanos están haciendo empresa
como personas jurídicas porque así logran
mitigar el riesgo.