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76 JUAN F. GONZALEZ
Pero el precepto no fija un término para la publicación,
de modo que éste debe quedar al arbitrio del juez. Si
la injuria o la calumnia por ejemplo se ha propagado por
medio de una larga campaña periodística, no es justo, ni
equitativo, que la sentencia condenatoria o la satisfacción
dada se publique una sola vez. Es por esto que sostenemos
un criterio amplio al respecto y pensamos que es el juez
quien debe fijar el número de publicaciones de acuerdo a
su sereno criterio, como la forma de la misma, teniendo en
cuenta que ésta responde sólo a la reparación de la ofensa,
la que debe ser en un todo de acuerdo a la forma de la
publicación del escrito injurioso.
y digo esto, porque un periódico tiene diferentes secciones
de más o menos importancia y entonces, de acuerdo
a la importancia que se le haya dado al escrito injurioso,
debe ser también la publicación de la sentencia.
* * •
Delitos de imprenta. - El agregado del artículo viene
a resolver una vieja cuestión sostenida con ilustración
por ambas partes: ella se refiere a la injuria y a la calumnia
que se propaga por medio de la prensa, denominada con
el nombre general de delitos de imprenta. Cuestión ésta que
se ha desarrollado alrededor de la interpretación del artículo
32 de la Constitución Nacional.
Los menos sostenían que el Congreso de la Nación estaba
impedido para dietar leyes que restrinjan la libertad
de imprenta; pero de aquí no se deduce que no esté facultado
para legislar sobre abusos de imprenta. Tesis que se ha
discutido ampliamente llevada hasta los estrados de la Suprema
Corte de la Nación, la que en mi entender ha sentado
de una manera incuestionable la verdadera doctrina,
sosteniendo la prohibición constitucional sobre la legislación
general de los delitos de imprenta, desde que es exclusivamente
del orden del resorte de la soberanía provincial, la
que puede reprimir esta clase de delitos, ya que éstos forman
un delito sui-géneris, que afecta tan solo a la sociedad
local donde se cometen.