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58 JUAN F. GONZALEZ
amplia libertad al magistrado para estudiar y considerar los
hechos, ya que se trata de una cuestión de apreciación que
debe examinarse con un criterio ecuánime frente al caso
concreto.
La educación, los hábitos, las costumbres, constituyen
un elemento imprescindible para formar un criterio exacto
en la apreciación de los hechos. Por ejemplo, entre personas
del bajo fondo social donde la grosería, el epíteto hiriente,
y el insulto, son el abecedario de todos los días, no podemos
tomar por injuria un insulto de esta naturaleza, porque es
el lenguaje común que usan en su trato diario. Pero el mismo
insulto entre gente culta que sabe de los protocolos
sociales, y de los deberes y respetos que deben guardarse
los miembros de la comunidad, puede llegar a constituirla.
Por esto, el hecho de negar la mano a una persona de respeto,
o el saludo en público, implica un desprecio que puede
llegar a constituir una injuria.
* * *
El bien jurídico pretegido. - Ya al hablar en tesis general
de los atentados contra el honor, dijimos que las disposiciones
de nuestra ley no se referían al concepto sociológico
sino que el precepto protege ampliamente la dignidad
humana. Es decir que el bien jurídico lo constituye tanto el
concepto público, como el privado, de modo que cualquier
hecho que pueda llegar a menoscabar nuestra dignidad, ya
sea lesionando el concepto público o nuestro amor propio,
debe caer bajo la disposición del artículo.
Nótese que en este delito la disposición legal ampara
el concepto abstracto de la dignidad; de aquí que poco le
interesa la verdad o falsedad de la imputación, desde que
nadie tiene derecho a ofender con la verdad.
* * *
Elementos del delito. - De acuerdo a la disposición
del artículo que estudiamos, dos son los elementos que conjuntamente
deben configurar la injuria: el objetivo y el subjetivo.
.
Primero el elemento objetivo, que debe estar iden-