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390 JUAN F. GONZALEZ
ferente a la excarcelación bajo fianza, no reglamentó, ni contempló
las disposiciones que rigen la condena condicional.
y es así que la prohibición procesal de la excarcelación
para los delitos de hurto y robo, se opone a la finalidad perseguida
por la moderna institución penal de la condena condicional.
Por eso nuestra Cámara del Crimen, pasa sobre la
prohibición legal de forma, a fin de no desvirtuar los propósitos
del legislador, concediendo en su nueva jurisprudencia
los beneficios excarcelatorios para toda clase de delitos,
siempre que la sanción penal a imponerse no exceda dellírnite
legal establecido.
La razón es clara; la excarcelación está supeditada a la
apreciación del magistrado teniendo en cuenta la resolución
de la sanción penal que por sentencia definitiva correspondería
al procesado. Ahora bien, si la ley faculta al juez
que dicta la sentencia, a suspender los efectos de la pena
cuando se trata de un delincuente primario, cuya condena
no sobrepase el término de dos años de prisión, ¿en qué razón
nos podemos fundar para negar la excarcelación bajo
fianza en los delitos de robo y hurto, cuando dichos delitos
sean reprimidos en una forma que admitan la condena concional?
Debe primar en consecuencia la ley de fondo que es
la fundamental. y la de más reciente sanción hasta que el Código
de Procedimientos contemple y reglamente las instituciones
introducidas.
El criterio de nuestros jueces sobre el problema de la
excarcelación bajo fianza, es en la actualidad amplio. Sin
detenerse en ninguna prohibición, ni distinguir clases de
delitos, contempla sólo la situación jurídica del procesado
y aplicando las reglas comunes del artículo 41 del Código
Penal para la individualización de las penas, cuando prima
facie la condena no debe sobrepasar del término de tres
años de prisión que es el límite fijado por la ley de forma,
concede el beneficio excarcelatorio.
Es así cómo se ha orientado nuestra jurisprudencia en
el problema de la excarcelación bajo fianza.