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366 JUAN F. GONZALEZ
2° El efecto jurídico. - Este elemento del delito está
representado por la suposición o supresión del estado civil
o ambas cosas a la vez.
Ya establecimos la diferencia que hay entre suposición
de un estado civil, que equivale a la creación, y la supresión,
que significa el desconocimiento y la negación del
estado legal. Es necesario entonces que el hecho adquiera los
relieves de una realidad tangible para que podamos admitir
la consumación del delito y mientras no exista ni la suposición,
ni la supresión, o ambas cosas simultáneamente, no
es lógico hablar de un delito consumado.
La suposición y supresión de un estado civil denuncian
la existencia de un derecho y en consecuencia señalan la
pre-existencia del titular del mismo. De modo que, donde
no existe verdaderamente un estado civil que pueda alterarse,
suprimirse o sustituirse, no podemos lógicamente hablar
de la existencia del delito.
Así tenemos que en nuestra legislación civil la existencia
de las personas comienza desde la concepción en el
seno materno y pueden adquirir derechos como si ya hubiesen
nacido, derechos sujetos a la condición de que nazcan
con vida. Tenemos entonces que si la madre hiciera la
denuncia ante el registro civil de que había nacido muerto
el hijo sustituido o sustraido, no podemos hablar de la
existencia del delito.
No se descubre en el presente caso la lesión de derecho,
ni la existencia del titular del mismo. El niño que nace
sin vida se considera por una ficción legal como si jamás
hubiera existido; luego, carece de estado civil, y en consecuencia
no puede haber legalmente un atentado contra ese
estado inexistente.
En cuanto a la filiación, existe en nuestro derecho la
legítima, la natural y la adulterina; y entonces cabe preguntar
si la protección legal se extiende a todas ellas. Creo
con el sentir de la doctrina Italiana, que la filiación aduleerina
está fuera de la protección legal, porque sabemos que
esta clase de hijos carecen de estado civil, y en consecuencia
no pueden ser víctimas de un atentado de .esta naturaleza.
Ahora, en las legislaciones como la Uruguaya, donde los