Untitled - Biblioteca Digital

338 JUAN F. CONZALEZ
otra tiene su valor jurídico hasta la declaración de su nulidad.
Nuestra ley de matrimonio civil establece que cuando,
los contrayentes de buena fe celebren un matrimonio nulo,
éste debe considerarse válido hasta el día de la declaración
de su nulidad. Esto sentado el problema de la bigamia adquiere
un aspecto interesante.
Si el primer matrimonio está afectado de una causal de
nulidad, ¿la constitución del segundo configura el delito
de bigamia? En mi entender, si el primer matrimonio está
afectado de nulidad, cualquiera que sea ésta no debe configurar
el delito.
Voy a dar las razones que tengo para ello. La presunción
legal de la ley de matrimonio civil en la nulidad relativa,
debe referirse únicamente a los intereses de familia,
a los efectos civiles del matrimonio. Darle mayor extención
a ésta presunción legal hasta invadir el fuero criminal,
sería sancionar más que una injusticia, castigar la buena fe
y premiar el dolo, poniendo en inferioridad de condiciones
al cónyuge inocente.
En efecto: el matrimonio afectado de nulidad y celebrado
de buena fe, de acuerdo a la presunción legal se considera
válido hasta el día de la declaración de su nulidad,
para el cónyuge de buena fe; en cuanto al otro carece de
todo valor el acto jurídico celebrado. El cónyuge de mala fe,
por disposición expresa de la ley, al celebrar el acto nulo
no ha contraido ningún vínculo, y éste no tiene ningún
efecto jurídico respecto de él; para éste la nulidad rige desde
la celebración del acto, en cambio para el de buena fe, la nulidad
rige desde la declaración judicial que la establece. Esta
no puede tener otro "alcance que a los efectos civiles y a
los derechos de familia en favor del cónyuge inocente.
La ley penal exige para la constitución del delito el
matrimonio válido e inatacable, desde que bígamo es el
que está casado a la vez con dos mujeres y quien logra demostrar
la nulidad del primer contrato matrimonial, como la
del segundo por otra causal que no sea la bigamia, de hecho
prueba la inexistencia del doble matrimonio que caracteriza
el delito.