Untitled - Biblioteca Digital

334 JUAN F. GONZALEZ
Pero al hecho del matrimonio anterior se agrega la
condición de la subsistencia del mismo y su eficacia legal,
para dar vida al delito, desde que si aquél hubiese sido nulo
o disuelto, la celebración del segundo constituiría un acto
legal ya que no existe el impedimento apuntado.
En nuestra legislación únicamente se disuelve por la
muerte de uno de los esposos, pues el divorcio sancionado
por nuestra ley no disuelve el vínculo y se reduce sólo
a una simple separación de cuerpo y de bienes.
Este régimen matrimonial anticuado, si se quiere, ya
que inspirado en el espíritu religioso no admite el divorcio
absoluto, ha traído como lógica consecuencia serias
dificultades, al considerar la celebración del matrimonio bajo
el imperio de legislaciones extranjeras donde se admite
el divorcio como un medio de la disolución del vínculo.
Cuestiones propias del Derecho Internacional Privado, que
han originado jurisprudencias contradictorias, y que son
dignas de tenerlas en cuenta para apreciar la responsabilidad
criminal que pudiera existir en los contrayentes.
El Dr. Alcides Calandrelli, C) profesor de la materia
en la Universidad de Buenos Aires, sostiene: u En los
casos de aplicación del artículo 13 del Tratado de Montevideo,
los jueces orientales no pueden decretar el divorcio
absoluto disolviendo un matrimonio contraído en nuestro
país. Siendo así, es natural consecuencia sostener que los
cónyuges provenientes de ese matrimonio se hallan inhabilitados
para celebrar uno nuevo en la República Oriental. Si
no obstante ello, los jueces disuelven el matrimonio y los
funcionarios del Registro Civil, autorizan el nuevo vínculo,
es indudable que, del punto de vista internacional y ante
la disposición del Tratado, ese matrimonio es ilegal, y la
sanción consiguiente es el desconocimiento del mismo por
los demás países signatarios, en uso del derecho que les
acuerda el artículo 11 del Tratado ".
La solución dada por el profesor es evidentemente clara
ante los términos del artículo 13 del Tratado, que dice:
(1) Cuestiones de Dedecho Internacional Privado, El divorcio.
pá.g. 182.