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30 JUAN F. GONZALEZ
hecho preciso. (Ley de 29 de Julio de 1881, arto 29).
En cuanto a la verdad o falsedad de la misma, la ley
no distingue cuando se trata de particulares; prohibe la
prueba de los hechos difamatorios con una sola excepción:
cuando han sido imputadas a los directores y administradores
de empresas financieras, industriales o comerciales.
Al contrario la prueba se admite siempre cuando la difamación
se ha dirigido contra una persona pública en razón
de sus funciones o de su calidad. (Carpentier, id., N° 59).
6. Los conceptos de difamación y de injuria que así
han prevalecido en el derecho francés para sustituir al de
calumnia, se encuentran en legislaciones de otros idiomas.
El título correspondiente en el código Italiano está precedido
con estas observaciones que fundan las reglas que admite:
(Difamación e injuria).
Todos los delitos que se encuentran en este grupo quedan
comprendidos en dos formas diversas que en la ciencia
se titulan difamación e injuria, prevaleciendo en la primera
la ofensa al honor y la reputación y en la segunda la ofensa
a la dignidad personal. La difamación se informa en dos conceptos
fundamentales, a saber: la imputación de un hecho
determinado que pueda exponer a una persona al desprecio
o alodio público u ofender de otro modo su honor o reputación;
la dolosa divulgación de este hecho. Cualquiera
otra ofensa que no tenga los caracteres de la difamación, es
una injuria cuya noción se hace constituir en el hecho de
quien comunicándose con varias personas reunidas o separadas,
ofende de cualquier modo el honor, la reputación o el
decoro de otra).
Sea con el nombre de calumnia, de difamación o de ultraje,
de la legislación comparada resulta en general la distinción
entre la imputación de un hecho previsto o determinado
y la de un vicio o falta de moralidad o una imputación vaga;
pero el concepto restringido de la calumnia, a la imputación
de un delito que deba acusar el ministerio público (fuera
del caso de la acusación calumniosa) sólo queda subsistente
en la ley española y en las de América española que la
siguen. Así en el código belga se llama calumnia la falsa
imputación de un hecho preciso, cuando la ley admite la