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288 JUAN F. GONZALEZ
ríamos, como piensa el Dr. Irureta Goyena, C) frente a
un delito putativo, que en materia penal no es hoy admisible,
aunque antiguamente se hayan considerado las infracciones
que revestían este carácter.
* * *
3 Q. La objetividad ideológica. - El elemento de la
objetividad ideológica o sean los propósitos, la finalidad que
impulsó al agente en el desarrollo de los hechos, cobra una
importancia destacada en esta clase de infracciones. El hech~
de la simple privación de la libertad puede ser causa
común, concurrente en varias infracciones delictuosas. Así,
cuando la privación de la libertad responde a un espíritu
de venganza, constituye un atentado contra la libertad
individual; el mismo hecho con el propósito de procurar el
rescate de la víctima, nos pone en presencia de una extorsión;
y en cambio si la sustracción o retención obedece a
fines deshonestos estaríamos ante la consumación de un
rapto.
Es por esta razón, el porqué, la finalidad que indujo
al agente en la perpetración del atentado cobra su importancia
capital en este delito, ya que como hemos visto nos
sirve para clasificarlo técnicamente.
De aquí se desprende que la intención delictuosa que
constituye el dolo, debe ser general y especial, para configurar
el atentado. Es decir, que no basta la sola privación
voluntaria de la libertad, (dolo general) sino que además
debemos agregar a esa privación los propósitos deshonestos,
(dolo específico) y de esta conjunción surge nítida
e inconfundible la figura del rapto.
En consecuencia el dolo específico nos sirve como hemos
visto para clasificar el delito en la técnica moderna y distinguirlo
de los demás atentados contra la libertad individual.
Debo hacer notar muy especialmente, que no es necesaria
para la consumación del delito, la realización de los
(1) Obras Completas, tomo VI, Pá.g. 63.