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242 JUAN F. GONZALEZ
un verdadero atentado al pudor individual y entran en la esfera
de la responsabilidad criminal.
No podemos hablar aquí de un atentado a la libertad
sexual, porque son manifestaciones anormales de la líbido
que aspiran a la satisfacción de la lujuria con exclusión del
acceso carnal; y este es precisamente uno de los elementos
diferenciales que los separa de la violación. Por tal causa
pensamos que estas manifestaciones obscenas constituyen
sólo un atentado al pudor individual, e importan siempre
un hecho menos grave que la propia violación.
De acuerdo a los requisitos que exige el artículo 127
que estudiamos, para establecer la sanción penal podríamos
afirmar que: los que ilegítimamente, por medio del fraude
o la violencia efectiva o presunta, someten a su víctima a
cualquier aeto de lascivia, que independientemente del acceso
carnal, tiendan a la satisfacción o excitación de su propia
líbido, cometen el delito de atentado violento al pudor.
Tal es el concepto que dentro de la doctrina, debemos
técnicamente aplicar a nuestro artículo cuando nos habla del
abuso deshonesto.
* * *
Elementos del atentado. - Vamos a desarrollar la definición
anterior para perfilar mejor los elementos que
constituyen el delito. Los que ilegítimamente: no identificamos
el sexo del sujeto activo del delito, por cuanto tratándose
de actos externos para excitar su propia lascivia,
ellos pueden ser cometidos indiferentemente por el hombre
o la mujer, de modo que ambos pueden llegar a ser reos
del delito.
La ilegitimidad del acto lesivo del pudor ajeno, es necesaria
para la existencia del delito, porque tratándose de
un atentado doloso, la ilegitimidad debe caracterizarlo. La
conducta del médico que en cumplimiento de su deber produce
frotaciones en las partes íntimas con el propósito de hacer
reaccionar una enferma, por ejemplo, no puede considerarse
como delictuosa, ya que tales actos legítimos aunque
produzcan una excitación a la lascivia, son hechos en