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EL CODIGO PENAL y LA JURISPRUDENCIA 223
delito al sexo femenino como el código de 1886, (art. 132)
y además se le ha puesto al artículo el agregado de u para
satisfacer deseos propios" que no existía en los proyectos
anteriores.
El agregado al artículo, u para satisfacer deseos propios
", incorporando un nuevo elemento para la constitución
del delito, merece estudiarse detenidamente, ya que ni
en el Informe del Proyecto de 1906, de donde fué tomado, ni
tampoco en el informe de la Comisión de la H. Cámara de
Diputados al sancionar la ley, nada se ha dicho para justificar
la razón de esta innovación.
No podemos sostener que haya sido la intención de la
Comisión, crear un nuevo delito contra la honestidad, 'con el
agregado que comentamos. De ser así, no 10hubiera hecho
en silencio y como apéndice a una disposición legal que se
refiere a otro delito perfectamente legislado. El agregado entonces
sólo puede interpretarse con el objeto de completar
mejor el concepto que debemos tener sobre la corrupción.
El mismo redactor Dr. Rodolfo Moreno, al considerar
el agregado de u la satisfacción de los propios deseos" en su
obra, C) se hace eco de la crítica del Dr. Octavio González
Roura, quien citando a Rodolfo Rivarola transcribe un
párrafo de Chauveau et Helie, sobre la satisfacción de los
propios deseos en los delitos de corrupción en cuanto a los
menores se refiere, sosteniendo que, el que seduce una mujer
para sí, podrá ser un inmoral pero no comete delito. Y le
contesta que el Dr. Rodolfo Rivarola, ha sido coautor del
Proyecto de 1906 que introduce el agregado aceptado en el
Código vigente.
Para el Dr. Moreno, no todo el que seduce corrompe:
u Cuando la ley habla del que procede para satisfacer deseos
propios, no se refiere al que seduce. Si ese fuere el concepto
del código no habría reducido el delito de estupro a la seducción
de mujer honesta de más de doce años y menos de quince.
De manera que quien personalmente seduce a una mujer
mayor de quince años, esto es, llega a tener con la misma
(1) iEl Oódigo Penal y sus antecedentes, tomo IV, pág. 284.