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EL CODlGO PENAL y LA JURISPRUDENCIA 177
jóvenes para ponerlas en disposición de contraer matrimonio.
En el Tibet, como entre los Lapones, las madres ofrecen
sus hijas a los extranjeros, porque la joven que ha sido
desflorada de esta manera, es la preferida. Lo mismo en
Madagascar, cuando son más libres las costumbres de la
mujer, cuando con más facilidad se entregan a los placeres
del amor, es más buscada por esposa.
El reverso de la medalla 10encontramos en los Nubios
y en algunos pueblos africanos y de la Arabia pétrea, donde
se rinde culto a la doncella y se cuida la virginidad de sus
mujeres en tal forma que cuando nacen les hacen una sutura
que sólo deja pasar la emisión de 10orina, siendo necesario
después una intervención quirúrgica a los efectos del
matrimonio. En otros pueblos sustituyen la sutura por un
anillo que uniendo los grandes labios clausura el orificio,
hasta el día del matrimonio en que se procede a la ceremonia
de la ruptura del anillo. Y la casada sustituye el anillo
por un candado cuya llave guarda el marido confiado en la
seguridad inexpugnable de los cerrajeros. e).
En los países Europeos y en América también se rinde
culto a la virginidad de la mujer. Es decir que de acuerdo
a las costumbres de los diferentes pueblos, y a la importancia
social que se le dé a este hecho fisiológico, puede él
llegar a constituir un delito o bien pasar desapercibido como
un hecho sin importancia.
Ahora entrando al terreno científico de la Medicina
Legal, el signo anatómico de la virginidad en la mujer representado
por la membrana tt hímen ", puede destruirse
o no, por medio del acceso carnal.
La creencia de que esta membrana sólo se rompía por
la entrada del miembro viril en la vagina, es hoy rechazada
por la ciencia, ya que puede ello suceder por cualquier accidente
físico, que nada tenga que ver con el delito que comentamos.
Y aún en el supuesto de llegar a constatar esa
ruptura, es difícil establecer cual ha sido el instrumento des-
(1) Medicina Le,;.'.. tomo J, pAgo 372.