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EL CODlGO PENAL y LA JURISPRUDENCIA 159
pues la ausencia de este consentimiento es lo que caracteriza
el delito.
* * *
La violencia moral. - Habla la ley del acceso carnal
conseguido por medio de la intimación y esta coacción ejercida
sobre la voluntad de la víctima, es lo que constituye la
violencia moral.
Dijimos anteriormente que, para que la violencia física
fuera un elemento constitutivo del delito, debe ser ejercida
directamente sobre la persona de la víctima. En cambio
la coacción que significa la amenaza, bien puede dirigirse
directamente o contra terceras personas, (padres, hermanas,
etc.] como así también sobre las cosas: basta que ella sirva
de suficiente intimidación y el acceso carnal se manifieste
como su consecuencia directa.
De lo dicho se desprende que la amenaza debe ser
grave, y el riesgo que implica debe ser actual e inminente;
pues sólo reuniendo estas condiciones de idoneidad, podemos
afirmar que ella ha servido de causa determinante sobre
la voluntad de la víctima amenazada dando lugar a la
configuración del delito.
La amenaza que no reúna estas condiciones no podemos
aceptarla como un elemento de intimidación.
* * *
La sanción penal. - Prisión o reclusión de seis a quince
años establece la ley. Si bien no se hace distingo entre la
violación de una mujer prostituta y una honesta, como lo
hacía nuestra legislación anterior, que consideraba atenuada
la responsabilidad en el primer caso, el juez al aplicar el precepto
no debe olvidar la honestidad de la víctima a los efectos
de graduar la pena.
Dijimos que era un delito contra la libertad sexual y
que por eso la honestidad o deshonestidad no se tenía en
cuenta para su clasificación técnica, pero si estos factores no
alcanzan a clasificar el delito, por lo menos deben servir
para la dosificación del castigo.
El caso del inciso 10 puede presentarse con la anuen-