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EL CODICO PENAL y LA JURISPRUDENCIA 127
rentes países, en una misma época, que la importancia que
ha revestido el delito de adulterio y la gravedad, de las penas
con que ha sido reprimido. Desde la legislación de los pueblos
en que el acto era calificado de delito capital y se reprimía
con penas capitales también, hasta nuestros códigos
contemporáneos, en que es o no delito, según la voluntad y
los designios del cónyuge ofendido, y se reprime, con penas
leves, hay una distancia enorme; y, recorriéndola, se vería
como el hecho es cada vez menos incriminado y más benignamente
reprimido". Añádase ahora las dificultades insuperables
que representa la prueba del hecho consumado, pues
jamás existen elementos bastantes de convicción, y se percibirá
cuántos inconvenientes ofrece la incriminación del
adulterio sin proporcionar ninguna ventaja".
Tales son las razones que invocaba la Comisión para
suprimir del Código el capítulo del adulterio. Posteriormente
la ley de Reformas 4189, introdujo en definitiva el
adulterio como delito, criterio que se ha mantenido hasta
el presente.
La Comisión de la Cámara de Diputados en el primer informe,
siguiendo el Proyecto de 1891 mantuvo la supresión
del adulterio como delito, pero en el segundo informe la
misma Comisión, volvió sobre sus pasos y dejó legislado el
delito como estaba en el código que se pretendía reformar.
Ahora bien, en la discusión parlamentaria se introdujo un
artículo nuevo al reformar el 126 del Proyecto, en el que
se ordenaba que no se podrá intentar acción penal mientras
no se declare el divorcio por causa de adulterio. La sentencia
no produciría efecto alguno en la causa criminal.
La enmienda resultó peor que el soneto: la prohibición
de la iniciación del juicio criminal mientras no se declare
por la justicia civil el divorcio por la causal de adulterio,
implica cerrar las puertas a la investigación y sancionar
la impunidad del delincuente.
El Proyecto de 1906, también consideró el adulterio
como delito, pero disminuyó notablemente su penalidad castigándolo
desde un mes a un año de prisión; equiparó en la
represión a ambos esposos, pero hacía el distingo entre ambos
cónyuges, exigiendo la existencia del concubinato den-