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la revolución mexicana: una aproximación sociohistórica

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Revista de Estudios Geopolíticos ALTEPETL<br />

REVISTA DE ESTUDIOS GEOPOLÍTICOS<br />

ALTEPETL<br />

PUBLICACIÓN PERIODICA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES<br />

U N I V E R S I D A D N A C I O N A L A U T Ó N O M A D E M É X I C O<br />

LA REVOLUCION MEXICANA: UNA APROXIMACIÓN SOCIOHISTORICA.<br />

Reseña de Javier García Diego por Josué González Torres.<br />

El estallido de <strong>la</strong> Revolución Mexicana fue el<br />

resultado de varios factores: <strong>la</strong> específica<br />

conformación sociohistórica del país; <strong>la</strong> crisis<br />

generalizada del Estado porfiriano; el fracaso de<br />

<strong>una</strong> solución pacífica a <strong>la</strong> sucesión de 1910; <strong>la</strong>s<br />

aspiraciones de <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses medias popu<strong>la</strong>res<br />

contrarias al régimen oligárquico, y el complejo<br />

contexto internacional de aquellos días.<br />

El régimen de Díaz dio inicio con el triunfo de <strong>la</strong><br />

rebelión de Tuxtepec y pasó por tres etapas. La<br />

primera se extendió hasta finales de <strong>la</strong> década de<br />

1880 y principios de los noventa, se caracterizó<br />

por ser el periodo de su ascenso y consolidación<br />

en el poder bajo los principios positivistas del<br />

orden y progreso social y político. Díaz instituyó<br />

<strong>una</strong> estabilidad inédita confirmada por sus<br />

reelecciones de 1884, 1888 y 1892.<br />

La segunda etapa, que se prolonga hasta inicios<br />

del siglo XX, se distinguió por el<br />

perfeccionamiento de <strong>la</strong> estabilidad política y por<br />

el notable crecimiento económico alcanzado.<br />

Entre otras cosas, se saneó <strong>la</strong> hacienda pública; se<br />

renegoció <strong>la</strong> deuda externa; se modernizó el<br />

sector minero, postal y comercial; y se estableció<br />

el tendido de vías ferroviarias, telefónicas y<br />

telegráficas. Fueron años definidos con el lema de<br />

“poca política y mucha administración”. Durante<br />

esta época, <strong>la</strong> política era excluyente y vertical,<br />

asunto reservado a Díaz y a dos de sus camaril<strong>la</strong>s:<br />

<strong>la</strong> primera, era <strong>la</strong> de los “científicos” que ejercía<br />

funciones en los renglones de economía y<br />

educación; <strong>la</strong> otra era <strong>la</strong> encabezada por<br />

Bernardo Reyes en el noreste del país, <strong>la</strong> cual<br />

contaba con vínculos estrechos en <strong>la</strong> política<br />

interna y el ejército federal.<br />

La tercera etapa fue <strong>la</strong> decadencia. La magnífica<br />

situación de finales del siglo XIX se tornó<br />

dramática a principios del siglo XX, especialmente<br />

por <strong>la</strong> crisis económica que, aunque tenía causas<br />

internacionales y nacionales, cimbró el prestigio<br />

de los científicos. Dicha situación trascendió el<br />

ámbito económico. Hubo <strong>una</strong> crisis social<br />

enmarcada principalmente en los conflictos<br />

obreros de Cananea y Rio B<strong>la</strong>nco, en 1906 y 1907<br />

respectivamente, que fueron reprimidos. Las<br />

re<strong>la</strong>ciones diplomáticas también se vieron<br />

afectadas, pues el régimen de Díaz estableció<br />

nexos económicos y políticos con Europa y Japón,<br />

lo que molestó al país naciente como nueva<br />

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potencia: Estados Unidos. El cual dejó de<br />

considerar a Díaz como el gobernante ideal, lo<br />

que desalentó <strong>la</strong> inversión de aquel país en el<br />

territorio nacional. Finalmente, en el ámbito<br />

cultural el positivismo comenzó a ser<br />

fuertemente cuestionado. Así, <strong>la</strong> situación hacia<br />

finales de <strong>la</strong> primera década del siglo XX era<br />

crítica.<br />

Por otro <strong>la</strong>do, se gestaba <strong>una</strong> creciente oposición<br />

política. En 1900, uno de los principales<br />

antagonistas fue Camilo Arriaga que propulsó el<br />

grupo político l<strong>la</strong>mado “Partido Liberal” con el<br />

objeto de presionar al régimen para que aplicara<br />

principios como el anticlericalismo, <strong>la</strong> libertad de<br />

expresión, <strong>la</strong> democracia electoral, <strong>la</strong> separación<br />

de poderes, <strong>la</strong> adecuada administración y <strong>la</strong><br />

autonomía municipal. Otros destacados<br />

opositores fueron los hermanos Jesús y Ricardo<br />

Flores Magón que publicaban desde 1900 el<br />

periódico Regeneración. A partir de <strong>la</strong><br />

conformación del “Programa del Partido Liberal”<br />

de 1906, el segundo tomó el mando. Ricardo<br />

Flores Magón con su grupo iniciaría <strong>una</strong> evolución<br />

intelectual e ideológica hacia el anarquismo. A<br />

pesar de ser sumamente crítico y de tener un<br />

gran movimiento, él y sus allegados cometieron<br />

graves errores. El mayor de ellos consintió en<br />

convocar a <strong>la</strong>s armas en 1908, decisión que causó<br />

<strong>una</strong> grave crisis al interior de <strong>la</strong> corriente<br />

ideológica y también en <strong>la</strong> sociedad, por ser<br />

considerada <strong>una</strong> medida precipitada después de<br />

<strong>la</strong> entrevista Creelman‐Díaz. En el encuentro con<br />

el periodista norteamericano el mandatario<br />

mexicano había prometido que <strong>la</strong>s elecciones<br />

serían sin su participación, por lo cual el país<br />

había entrado en un auténtico optimismo<br />

democrático.<br />

La c<strong>la</strong>ra preferencia de Díaz por los científicos<br />

sobre el grupo de Bernardo Reyes causó en estos<br />

últimos malestar, incluso oposición. Consciente<br />

de haber perdido el respaldo oficial Reyes buscó<br />

establecer <strong>una</strong> campaña y un programa de<br />

gobierno incluyente para obtener <strong>la</strong> presidencia,<br />

con lo que conformó un gran movimiento. Díaz<br />

preocupado ante tal situación mandó a Reyes<br />

como comisionado a Europa en septiembre de<br />

1909. Al quedar el grupo reyista acéfalo muchos<br />

seguidores cambiaron su filiación a favor de un<br />

movimiento naciente, contrario a <strong>la</strong> reelección y<br />

encabezado por un hacendado y empresario<br />

coahuilense: Francisco I. Madero. Algunos de los<br />

reyistas destacados que se cambiaron al<br />

antirreeleccionismo fueron Venustiano Carranza,<br />

Francisco Vázquez Gómez y Luis Cabrera.<br />

Aunque Madero tenía <strong>una</strong> buena re<strong>la</strong>ción con los<br />

científicos radicalizó su postura y propuso <strong>la</strong><br />

creación de un partido que se opusiera a <strong>la</strong><br />

reelección de Díaz en 1910. Como parte de su<br />

campaña escribió el libro La sucesión presidencial<br />

e inició <strong>una</strong> fuerte campaña a lo <strong>la</strong>rgo de <strong>la</strong><br />

república. Después de tres grandes giras, en abril<br />

del 1910 se llevó a cabo <strong>una</strong> convención nacional<br />

que desembocaría en <strong>la</strong> creación del Partido<br />

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Nacional Antirreeleccionista, donde él fue elegido<br />

candidato presidencial y el exreyista Francisco<br />

Vázquez para <strong>la</strong> vicepresidencia. Con lo cual<br />

Madero pasó de tener un impacto a nivel regional<br />

a uno estatal, y más ade<strong>la</strong>nte a uno nacional.<br />

Desp<strong>la</strong>zó en poco tiempo a movimientos de<br />

mayor tradición, legitimación y experiencia.<br />

Ya como candidato fue aprendido bajo el cargo<br />

de haber incitado a <strong>la</strong> rebelión y fue confinado en<br />

<strong>una</strong> cárcel de San Luis Potosí. Durante su<br />

encarce<strong>la</strong>miento tuvieron lugar <strong>la</strong>s elecciones,<br />

resultando electos Díaz como presidente y Ramón<br />

Corral como vicepresidente. Los<br />

antirreeleccionistas c<strong>la</strong>maron en contra del<br />

fraude sin ser atendidos por <strong>la</strong>s autoridades,<br />

poco después Madero escapó de <strong>la</strong> cárcel hacia a<br />

Estados Unidos, refugiándose en San Antonio,<br />

Texas.<br />

Madero y un pequeño grupo redactaron el P<strong>la</strong>n<br />

de San Luis Potosí donde convocaban a <strong>la</strong> lucha<br />

armada el 20 de noviembre del 1910. Como era<br />

previsible, el l<strong>la</strong>mado a <strong>la</strong>s armas no fue<br />

secundado por sus seguidores<br />

antirreeleccionistas, pues no reunían <strong>la</strong>s<br />

condiciones adecuadas para <strong>una</strong> aventura de tal<br />

envergadura. A diferencia de <strong>la</strong> etapa electoral<br />

faltó organización para iniciar <strong>una</strong> lucha. Sin<br />

embargo, el l<strong>la</strong>mado tuvo buena acogida en <strong>la</strong><br />

región montañosa del occidente de Chihuahua,<br />

así como en Sonora, Durango y Coahui<strong>la</strong>. En<br />

febrero de 1911 Madero penetró al país para<br />

asumir el liderazgo de <strong>la</strong> lucha, mejorando <strong>la</strong><br />

organización y tamaño del movimiento, y<br />

permitiendo surgir grupos en otras partes del país<br />

como Morelos y Guerrero. Para marzo y abril<br />

había movimientos en numerosos puntos del<br />

país. A causa de <strong>la</strong> fuerte presión por el clima de<br />

inestabilidad y violencia se firmó el Tratado de<br />

Ciudad Juárez, según tal acuerdo Díaz sería<br />

sustituido por su secretario de Re<strong>la</strong>ciones<br />

Exteriores, Francisco León de <strong>la</strong> Barra, quien<br />

tendría como tarea principal el desarme y <strong>la</strong><br />

desmovilización de los grupos rebeldes, así como<br />

el l<strong>la</strong>mado a nuevas elecciones. Sin embargo, no<br />

se logró cumplir el primer punto a cabalidad. En<br />

<strong>la</strong>s elecciones Madero fue elegido como<br />

presidente y José María Pino Suarez como<br />

vicepresidente. El periodo gubernamental,<br />

iniciado a finales de 1911 y concluido en febrero<br />

de 1913, se distinguió por <strong>la</strong>s transformaciones<br />

políticas a <strong>la</strong>s que dio lugar, pues hubo elecciones<br />

libres y libertad de expresión, el Poder Ejecutivo<br />

dejó de dominar al Legis<strong>la</strong>tivo y al Judicial, y el<br />

poder central dejó de imponerse a <strong>la</strong>s<br />

autoridades estatales y locales.<br />

Las propuestas reformistas de Madero dejaron<br />

insatisfecho a casi todos los grupos y c<strong>la</strong>ses<br />

sociales del país, lo mismo que a los diplomáticos<br />

e inversionistas extranjeros. Esa insatisfacción<br />

generalizada se tradujo en críticas abiertas y en<br />

movimientos armados. Fueron cuatro los<br />

principales grupos de oposición, dos encabezados<br />

por antiguos porfiristas: Bernardo Reyes y Félix<br />

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Díaz, este último sobrino de Porfirio Díaz; y otros<br />

dos encabezados por asiduos antiporfiristas:<br />

Emiliano Zapata y Pascual Orozco.<br />

Los dos primeros no lograron trascender mientras<br />

que <strong>la</strong>s rebeliones popu<strong>la</strong>res de Zapata y Orozco<br />

tuvieron mayor impacto. El movimiento zapatista,<br />

que se había levantado contra Díaz pero que<br />

continuaba activo, argumentó que no depondría<br />

<strong>la</strong>s armas sin <strong>la</strong> previa devolución de <strong>la</strong>s tierras<br />

usurpadas por los hacendados en Morelos. El<br />

movimiento formalizó su lucha con el P<strong>la</strong>n de<br />

Aya<strong>la</strong>, con el que cambió de dimensión y<br />

naturaleza, pasando de <strong>la</strong> lucha regional agrarista<br />

y social, a <strong>la</strong> propuesta de hacer a <strong>la</strong> comunidad<br />

campesina <strong>la</strong> unidad social fundamental del país.<br />

Por su parte, <strong>la</strong> rebelión de Orozco, iniciada en<br />

marzo de 1912, con el P<strong>la</strong>n de <strong>la</strong> Empacadora, fue<br />

<strong>una</strong> lucha multic<strong>la</strong>sista ya que reunía a c<strong>la</strong>ses<br />

popu<strong>la</strong>res, campesinado y c<strong>la</strong>se media. Tuvo<br />

presencia en el norte en zonas como Durango,<br />

Coahui<strong>la</strong>, Sonora, Zacatecas y San Luis Potosí.<br />

Para poder vencer a los orozquistas el gobierno<br />

mandó al general Victoriano Huerta a quien<br />

otorgó numerosos elementos y generosos<br />

recursos por lo que obtuvo un gran poder.<br />

Derrotó a los orozquistas, no obstante, se erigió<br />

como líder de un nuevo movimiento opositor. En<br />

el periodo conocido como <strong>la</strong> “Decena Trágica”<br />

Madero fue depuesto de <strong>la</strong> presidencia, por<br />

medio del Pacto de <strong>la</strong> Ciudade<strong>la</strong>, también<br />

conocido como Pacto de <strong>la</strong> Embajada por haber<br />

sido el lugar donde se firmó.<br />

El gobierno de Huerta que se estableció fue<br />

considerado como usurpador, dictatorial,<br />

restaurador y contrarrevolucionario. Comenzó<br />

siendo <strong>una</strong> amalgama de los grupos<br />

antimaderistas, como por ejemplo: reyistas,<br />

orozquistas, católicos, empresarios, hacendados,<br />

científicos y parte del ejército federal. No<br />

obstante, el ascenso de Huerta revivió <strong>la</strong><br />

movilización de algunos grupos antiporfiristas<br />

que querían mantener los avances obtenidos con<br />

Madero después de <strong>la</strong> caída de Díaz.<br />

La lucha contra Huerta comenzó en 1913 y tuvo<br />

cuatro escenarios importantes. El primer frente<br />

fue Coahui<strong>la</strong> encabezado por el gobernador<br />

Venustiano Carranza, quien convocó a <strong>la</strong> creación<br />

del Ejército Constitucionalista para derrocar al<br />

gobierno que consideraba usurpador. El segundo<br />

fue Sonora con el gobernador José Maytorena,<br />

sin embargo, desde febrero de 1913, el liderazgo<br />

fue tomado por destacados miembros<br />

gubernamentales como Álvaro Obregón, Plutarco<br />

Elías Calles, Manuel Diéguez y Adolfo de <strong>la</strong><br />

Huerta, quienes fueron grandes estrategas<br />

militares. Como tercer frente, en Chihuahua <strong>la</strong><br />

rebelión fue encabezada por miembros de <strong>la</strong><br />

c<strong>la</strong>se media como Abraham González y Pascual<br />

Orozco. Con el asesinato del primero y <strong>la</strong><br />

adhesión del segundo a <strong>la</strong> causa huertista, surgió<br />

<strong>la</strong> figura de Doroteo Arango, mejor conocido<br />

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como Francisco Vil<strong>la</strong>, quien conformó un grupo<br />

armado. Una de <strong>la</strong>s principales aportaciones del<br />

villismo a <strong>la</strong> lucha constitucionalista fue haberle<br />

dado un enorme protagónico al contingente de<br />

origen popu<strong>la</strong>r, como campesinos, rancheros,<br />

mineros, ferrocarrileros y obreros. El cuarto fue el<br />

zapatismo en Morelos que ante <strong>la</strong> llegada de<br />

Huerta al poder cambió <strong>la</strong> naturaleza de su lucha,<br />

aumentando su intensidad. La rebelión<br />

antihuertista involucró a casi todo el norte del<br />

país y sus bases sociales fueron mucho más<br />

heterogéneas y popu<strong>la</strong>res que <strong>la</strong>s maderistas.<br />

En Coahui<strong>la</strong> se promulgó el P<strong>la</strong>n de Guadalupe<br />

que tenía como objetivo el derrocamiento de<br />

Huerta, <strong>la</strong> restauración de <strong>la</strong> legalidad y <strong>la</strong><br />

designación de un líder: Carranza. Éste se movió<br />

hacia el estado de Sonora, aunque también<br />

movilizó a sus ejércitos hacia Nuevo León,<br />

Tamaulipas, Zacatecas y San Luis Potosí. Con lo<br />

que pasó de jefe estatal a jefe regional. La<br />

situación contrastaba hacia el centro y el sur del<br />

país donde eran escasos y débiles los<br />

movimientos de oposición a Huerta.<br />

Hacia marzo de 1914, luego de prepararse<br />

durante un par de meses, los ejércitos norteños<br />

iniciaron su descenso al centro con el objeto de<br />

echar a Huerta de <strong>la</strong> capital del país. Juntos,<br />

Obregón por el occidente, Vil<strong>la</strong> por el centro y<br />

Pablo González por el este, conformaban <strong>una</strong><br />

fuerza arrol<strong>la</strong>dora. La derrota de Huerta era<br />

inevitable e inminente. El exitoso avance obligó a<br />

los huertistas a abandonar sus puestos. En <strong>la</strong><br />

medida en que <strong>la</strong>s fuerzas revolucionarias fueron<br />

avanzando se establecieron pactos con <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses<br />

popu<strong>la</strong>res lugareñas, a favor de <strong>la</strong>s cuales se<br />

hicieron decretos obreristas y agraristas a cambio<br />

de su apoyo.<br />

Así, <strong>la</strong> Revolución <strong>mexicana</strong> inició otra etapa y<br />

tomó un nuevo derrotero. Fue firmado el Tratado<br />

de Teoloyucan en agosto de 1914, con el cual el<br />

movimiento opositor constitucionalista devino en<br />

gobierno y su ejército pasó de rebelde a<br />

pacificador. Fue entonces cuando el<br />

constitucionalismo pasó de ser un movimiento<br />

regional a uno seminacional. Se estableció un<br />

nuevo aparato político‐burocrático apoyado en<br />

militares y políticas constitucionalistas, <strong>la</strong><br />

naciente c<strong>la</strong>se media, y <strong>la</strong> burocracia media y baja<br />

del antiguo régimen capaz de renovarse.<br />

El problema mayor consistía en que, derrotado el<br />

enemigo común –Huerta–, los victoriosos<br />

ejércitos rebeldes habrían de enfrentarse entre sí,<br />

pues tanto constitucionalistas, como villistas y<br />

zapatistas, deseaban imponer su proyecto de<br />

desarrollo al resto del país. Las diferencias eran<br />

insalvables y el conflicto inevitable. Este periodo<br />

entre 1915 y 1916 es conocido como “guerra de<br />

facciones”. Por un <strong>la</strong>do, Carranza marchó a<br />

Veracruz donde empezaría sus preparativos<br />

bélicos, mientras que los obregonistas<br />

permanecieron como subalternos. Por otro <strong>la</strong>do,<br />

<strong>la</strong>s tropas convencionistas, con Vil<strong>la</strong> al mando,<br />

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convergieron con los zapatistas a finales de<br />

noviembre con los que se aliaron en un proyecto<br />

común.<br />

Todo parecía que el ejército popu<strong>la</strong>r de Vil<strong>la</strong> y<br />

Zapata vencería a Carranza y Obregón, pues <strong>la</strong><br />

División del Norte de Vil<strong>la</strong> representaba <strong>una</strong> de<br />

<strong>la</strong>s fuerzas militares más poderosas del país. No<br />

obstante, en menos de un año fueron derrotados<br />

por los carrancistas. Así, mientras este último<br />

grupo llegó a tener un alcance nacional, los otros<br />

dos movimientos se redujeron a un radio de<br />

acción regional.<br />

Sólo después de haber triunfado Carranza<br />

comenzó <strong>la</strong> etapa gubernativa que se dividiría en<br />

dos fases: preconstitucional y constitucional. El<br />

año de 1916 se caracterizó por tener un c<strong>la</strong>ro<br />

proceso institucionalista y por el predominio de<br />

actitudes moderadas en <strong>la</strong> facción vencedora.<br />

Pensando que <strong>la</strong> Constitución de 1857 tenía<br />

pocas pero serias limitaciones –como el déficit de<br />

intereses de c<strong>la</strong>ses y grupos sociales– obligaron a<br />

Carranza y su grupo a optar por <strong>la</strong> redacción de<br />

un nuevo pacto federativo. La constitución de<br />

1917, promulgada en Querétaro en febrero de<br />

ese año, fue <strong>una</strong> propuesta de amplitud<br />

ideológica, legitimidad política y<br />

representatividad socio‐geográfica. La puesta en<br />

marcha de <strong>la</strong> Carta Magna dio inicio también a <strong>la</strong><br />

presidencia constitucional de Carranza.<br />

No obstante, su vigencia atrajo varios problemas.<br />

Por ejemplo, enfrentamientos militares<br />

gubernamentales en contra de aquellos que se<br />

oponían a <strong>la</strong> Constitución, como el caso de Félix<br />

Díaz y Manuel Peláez; <strong>la</strong> puesta en marcha de<br />

prácticas y procedimientos desconocidos en el<br />

país; y <strong>una</strong> sociedad y un Estado seriamente<br />

dañados por <strong>la</strong>s luchas de los últimos años,<br />

situaciones que no permitían su exitosa<br />

aplicación.<br />

Todavía faltaban algunos años para que se<br />

estableciera un gobierno que se pudiera l<strong>la</strong>mar<br />

posrrevolucionario. Ya con Álvaro Obregón electo<br />

presidente en 1920 el gran reto fue el de hacer<br />

Bibliografía<br />

cumplir los principios emanados de <strong>la</strong> Carta<br />

Magna de 1917.<br />

Resumen del texto de Javier García Diego, “La revolución<br />

<strong>mexicana</strong>: <strong>una</strong> aproximación sociohistórica”, en La<br />

revolución <strong>mexicana</strong>. Cronicas, documentos, p<strong>la</strong>nes y<br />

testimonios, México, Universidad Nacional Autónoma de<br />

México, Coordinación de Humanidades, 2003.<br />

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