NOTA PRELIMINAR - Centro Nacional de Catequesis

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08.05.2015 Views

94 corazones, y ha sabido de la generosidad y del amor con que han trabajado, quiera recompensarles con el ciento por uno. Algunas recomendaciones importantes La ocasión me es muy propicia para señalar, en forma muy sencilla y humilde, algunos aspectos que me preocupan con relación a la marcha de la catequesis en nuestro país. Debo comenzar por decir que lo positivo en la catequesis costarricense es inmensamente mayor que lo negativo. De eso no nos quepa la menor duda. Deben ustedes sentirse felices de saber que le han permitido a la Iglesia Costarricense presentarse hoy como una de las más avanzadas en el continente latinoamericano en materia de catequesis. Gracias al Señor, que los ha guiado e iluminado, puedo afirmar con toda razón y con toda justicia lo que estoy diciendo: la catequesis en Costa Rica es una de aquellas más avanzadas y mejor organizadas del Continente latinoamericano. Pero quizá por esa misma razón, conscientes de que toda obra humana es susceptible de mejoramiento, es que quisiera hacer algunas observaciones. Procesos catequísticos paralelos La primera observación es en el sentido de evitar el riesgo de procesos catequísticos paralelos, y esto fundamentalmente en la formación de los agentes de catequesis. En estos momentos y siempre, esto tiene una enorme importancia. No nos olvidemos de que el Santo Padre en 1984, desde Santo Domingo, nos ha llamado a una renovada evangelización de nuestro continente, en preparación de los 500 años transcurridos desde el inicio de la evangelización, lo cual celebraremos en 1992. Pero para que esa renovada evangelización pueda darse, necesitamos que haya también, en lo referente a la catequesis, una manifestación evidente de unidad entre todos los sectores de la Iglesia, Pueblo Santo de Dios. Debemos vivir esa unidad, esa comunión fruto de expresión del amor sincero que tiene que unirnos a todos los cristianos, evitando procesos catequísticos paralelos, en los cuales se corre el riesgo de que, rompiendo la unidad, quede gravemente afectada la tarea de la catequesis. Además, no podemos ser ingenuos. El Señor nos dice que tenemos que ser sencillos como las palomas, pero prudentes como las serpientes. Y no hay la menor duda –yo tengo que manifestarlo con toda claridad– que en estos momentos también en la Iglesia hay fuerzas y grupos que tratan de ideologizar y manipular la catequesis, para ponerla –lo que nunca debe ser– al servicio de una ideología, al servicio de sistemas y filosofías inaceptables a la conciencia de un cristiano.

95 Por eso, la fidelidad a las orientaciones de la CONEC es fundamental para que nosotros, aquí en Costa Rica, nos defendamos de ese riesgo que indiscutiblemente aflige y hasta amenaza la unidad interna de la Iglesia en otras latitudes, en otros países muy cercanos al nuestro. En ese sentido, mi ruego muy fervoroso y muy respetuoso, para que ojalá – especialmente en lo que se refiere a la formación de los catequistas– estos procesos catequísticos paralelos se eliminen. Y la manera más eficaz de hacerlo es siguiendo las orientaciones y las directrices de la CONEC, que es la que lleva adelante la solicitud de los Pastores en este campo tan importante. Daremos así una muestra muy edificante de fidelidad a la Iglesia en la persona de nuestros Pastores, de aquellos que conducen, que sirven a nuestra Iglesia y procuran orientar por los caminos de la unidad, de la verdad y del amor. Utilización del catecismo aprobado También quiero llamarles la atención en cuanto a que no se utilicen catecismos no aprobados por nuestra Conferencia Episcopal. Una de las grandes realizaciones de la CONEC, en la cual hay esfuerzos muy generosos de Monseñor Troyo, del Padre Rodrigo Castro y otros, es el Catecismo Nacional. En estos tiempos más recientes también hay esfuerzos de la CONEC en una línea de revisión, de actualización, de apoyo, con material complementario a dicho Catecismo. Mucho de este esfuerzo lo han realizado ustedes las personas que acabo de mencionar, a quienes, dentro del marco de esta Eucaristía, doy de todo corazón las más expresivas gracias, pido al Señor que los bendiga y recompense ese gran servicio que prestaron y siguen prestando a la Iglesia en nuestra Patria. Tenemos un catecismo nacional, un catecismo que, elaborado fundamentalmente con muchos de ustedes, revisado y aprobado por la Conferencia Episcopal, fue presentado, como estaba establecido en el Código de Derecho Canónico anterior y en el actual, a la Santa Sede, vale decir a Pedro, para que con la aprobación del Papa fuera instrumento que nosotros usáramos para sembrar en la mente, en el corazón de nuestra niñez, la semilla de la fe. Es vinculante, es obligatorio el uso de este catecismo, para preparar a los niños a los sacramentos de la iniciación cristiana, y, por lo mismo, recurrir a otros textos, a otros catecismos, nos aparta de lo que es el deseo de nuestra Iglesia, y se le infiere así un gravísimo daño a la causa de la evangelización. Por este motivo les pido a todos ustedes, humilde y respetuosamente, a nombre del Episcopado Costarricense, que vigilen, para que, si se están empleando en algunas Diócesis textos de catecismo que no son aquel texto que hemos convenido (y esto es importante) los Obispos de la Conferencia Episcopal, ustedes se acerquen a sus Obispos y a los más altos responsables de la catequesis en las respectivas Diócesis, para que en todas absolutamente en todas las parroquias y comunidades sea el Catecismo Nacional Al Encuentro con Jesús y su material de apoyo, lo que se use a la hora de preparar, como he dicho, a los niños para la celebración de los sacramentos de la iniciación cristiana.

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corazones, y ha sabido <strong>de</strong> la generosidad y <strong>de</strong>l amor con que han trabajado, quiera<br />

recompensarles con el ciento por uno.<br />

Algunas recomendaciones importantes<br />

La ocasión me es muy propicia para señalar, en forma muy sencilla y humil<strong>de</strong>,<br />

algunos aspectos que me preocupan con relación a la marcha <strong>de</strong> la catequesis en<br />

nuestro país.<br />

Debo comenzar por <strong>de</strong>cir que lo positivo en la catequesis costarricense es<br />

inmensamente mayor que lo negativo. De eso no nos quepa la menor duda. Deben<br />

uste<strong>de</strong>s sentirse felices <strong>de</strong> saber que le han permitido a la Iglesia Costarricense<br />

presentarse hoy como una <strong>de</strong> las más avanzadas en el continente latinoamericano en<br />

materia <strong>de</strong> catequesis.<br />

Gracias al Señor, que los ha guiado e iluminado, puedo afirmar con toda razón y<br />

con toda justicia lo que estoy diciendo: la catequesis en Costa Rica es una <strong>de</strong> aquellas<br />

más avanzadas y mejor organizadas <strong>de</strong>l Continente latinoamericano.<br />

Pero quizá por esa misma razón, conscientes <strong>de</strong> que toda obra humana es<br />

susceptible <strong>de</strong> mejoramiento, es que quisiera hacer algunas observaciones.<br />

Procesos catequísticos paralelos<br />

La primera observación es en el sentido <strong>de</strong> evitar el riesgo <strong>de</strong> procesos<br />

catequísticos paralelos, y esto fundamentalmente en la formación <strong>de</strong> los agentes <strong>de</strong><br />

catequesis. En estos momentos y siempre, esto tiene una enorme importancia.<br />

No nos olvi<strong>de</strong>mos <strong>de</strong> que el Santo Padre en 1984, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Santo Domingo, nos ha<br />

llamado a una renovada evangelización <strong>de</strong> nuestro continente, en preparación <strong>de</strong> los<br />

500 años transcurridos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el inicio <strong>de</strong> la evangelización, lo cual celebraremos en<br />

1992. Pero para que esa renovada evangelización pueda darse, necesitamos que haya<br />

también, en lo referente a la catequesis, una manifestación evi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> unidad entre<br />

todos los sectores <strong>de</strong> la Iglesia, Pueblo Santo <strong>de</strong> Dios.<br />

Debemos vivir esa unidad, esa comunión fruto <strong>de</strong> expresión <strong>de</strong>l amor sincero que<br />

tiene que unirnos a todos los cristianos, evitando procesos catequísticos paralelos, en<br />

los cuales se corre el riesgo <strong>de</strong> que, rompiendo la unidad, que<strong>de</strong> gravemente afectada<br />

la tarea <strong>de</strong> la catequesis.<br />

A<strong>de</strong>más, no po<strong>de</strong>mos ser ingenuos. El Señor nos dice que tenemos que ser<br />

sencillos como las palomas, pero pru<strong>de</strong>ntes como las serpientes. Y no hay la menor<br />

duda –yo tengo que manifestarlo con toda claridad– que en estos momentos también<br />

en la Iglesia hay fuerzas y grupos que tratan <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ologizar y manipular la catequesis,<br />

para ponerla –lo que nunca <strong>de</strong>be ser– al servicio <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>ología, al servicio <strong>de</strong><br />

sistemas y filosofías inaceptables a la conciencia <strong>de</strong> un cristiano.

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