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70 Echarán Fuera Demonios<br />
con grupos similares. Luego, las guié en una oración, paso a paso, exactamente<br />
como en otras reuniones similares. Finalmente les dije que clamaran<br />
al Señor de manera individual por liberación, mientras hice una oración<br />
colectiva por todos ellos.<br />
La escena que siguió fue algo caótica. Dos o tres cayeron al suelo y se quedaron<br />
allí contorsionándose y luchando a medida que los demonios salían.<br />
Aun otros salieron corriendo presos del pánico y subieron a sus habitaciones<br />
del hotel, declarando que nunca volverían mientras yo estuviese predicando.<br />
Esta reunión provocó una buena medida de críticas adversas. Sin embargo,<br />
en los años siguientes, con frecuencia encontraba a personas de todos<br />
los Estados Unidos que me decían: "Fui liberado en aquel culto en el<br />
Hotel Conrad Hilton en 1965".<br />
Algunas personas se opusieron a mi ministerio de liberación en que<br />
no 10 hacía tan eficazmente como 10 hacía Jesús. Citaban Mateo 8:16: "y<br />
con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos", dando<br />
a entender que no hubo disturbios ruidosos o falta de orden cuando Jesús<br />
ministraba. Pero, como he dicho en el capítulo 3, eso no es correcto. Otros<br />
pasajes en ese evangelio describen incidentes que fueron a la vez ruidosos<br />
y desordenados.<br />
Además de eso, Mateo registra queJesús no sólo echó fuera los demonios,<br />
sino que también "sanó a todos los enfermos". Como muchos otros<br />
predicadores, yo había orado por los enfermos y no les había visto a todos<br />
curados. Con todo, no recordaba a nadiejamás atacándome por no ministrar<br />
a los enfermos con la misma efectividad que Jesús 10 hizo. ¿Por qué,<br />
entonces, las personas deberían concentrarse solamente en el área del tratamiento<br />
con los demonios?<br />
Una vez más, sabía que no enseñaba tan bien comoJesús, sin embargo<br />
nadie me había criticado por esto o sugerido que este era un motivo por<br />
el cual debiera dejar de enseñar. Además, algunas de las personas que habían<br />
criticado mis reuniones de liberación eran ellas mismas maestros de la<br />
Biblia. Estaba seguro de que también ellos reconocerían que no enseñaban<br />
tan bien comoJesús. Pero a ellos no parecía ocurrírseles el pensamiento de<br />
dejar de enseñar. Así, que, una vez más, ¿por qué se enfocaba la crítica en<br />
este ministerio de liberación?