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Lecciones de un ministerio en expansión 67<br />

imaginado que era mía la responsabilidad de salvarlas. Cuando las había<br />

guiado en oración, cada una hizo contacto individual con Aquel que la podía<br />

salvar: Jesucristo, el Salvador. Con el paso de los años había visto a cientos<br />

de personas recibir salvación a través de este sencillo procedimiento.<br />

El mismo Cristo que es el único Salvador, razoné, es el único Libertador.<br />

Sólo Jesús puede romper el poder de la atadura demoníaca en las vidas de<br />

las personas y hacerlas libres. Entonces, yo tenía que ser capaz de presen~<br />

tarlas al Libertador exactamente de la misma manera.<br />

Pedí a aquellos que habían levantado su mano que pasaran al frente,<br />

diciéndoles a los demás que se quedaran y oraran en silencio en sus asientos.<br />

Luego expliqué a los que esperaban liberación que necesitaban hacer<br />

un contacto personal con Cristo, y delineé cuatro condiciones sencillas que<br />

tenían que cumplir:<br />

L Asegúrese de que se haya arrepentido (es decir, dado la espalda a todo<br />

tipo de pecado).<br />

2. Mire sólo aJesús. Él es el único Libertador.<br />

3. Fundamente su ruego sólo en lo queJesús hizo por usted a través de Su<br />

muerte en la cruz, no en ninguna "buena obra" suya.<br />

4. Asegúrese, por un acto voluntario, de que haya perdonado a toda per~<br />

sona que le haya hecho daño o perjudicado.<br />

Finalmente les recordé la promesa por la cual yo mismo había recibido<br />

liberación del demonio de opresión: "y todo aquel que invocare el nombre<br />

deJehová será salvo" Qoel2:32). También cité las palabras deJesús: "En mi<br />

nombre echarán fuera demonios" (Marcos 16:17). Y añadí: "En el nombre de<br />

Jesús tenéis la autoridad de echarlos fuera de vosotros mismos".<br />

Les guié en una oración sencilla, paso a paso, haciendo referencia a las<br />

condiciones que tenían que cumplir, y cerré con: "y ahora, SeñorJesús, renuncio<br />

a todo espíritu maligno que haya ganado el control sobre mí, y reclamo<br />

Tu promesa de liberación. En Tu nombre, SeñorJesús". Luego hice una<br />

oración colectiva por todos ellos, mientras empezaron a recibir liberación.<br />

Lo diez minutos siguientes fueron movidos: gritos, sollozos, tos, tem~<br />

blores. Algunas personas se cayeron al suelo, mientras otras no daban ninguna<br />

indicación externa de que nada estaba teniendo lugar dentro de sí.

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