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Desafiado en mi propio púlpito 59<br />

Luego levantó sus brazos y empezó a alabar a Dios por su liberación. Por 10<br />

que he podido percibir, Sharon había sido totalmente liberada.<br />

Con todo, el resultado final fue triste. Sharon nunca volvió a nuestra<br />

iglesia. Estaba demasiado avergonzada por haber sido vista porlas personas<br />

que habían presenciado su conducta aquella mañana de domingo. Para mí,<br />

eso parecía una condenación de nuestra iglesia. Éramos tan "respetables"<br />

que las personas que realmente tenían problemas no venían a nosotros.<br />

Esto me llevó a examinar mi alma. ¿Qué estaba pastoreando, un club<br />

social de clase media alta que se reunía las mañanas de domingo, o un lugar<br />

adonde la gente con necesidades reales podía acudir en busca de ayudar<br />

La decisión que tomé determinó mi futuro. No podía, en sana con~<br />

ciencia, dedicar el resto de mi vida a pastorear un club social de clase media<br />

alta. Decidí que debía dedicar las habilidades que Dios me había dado a<br />

ayudar a las personas que más necesitaban mi ayuda, incluso si eso signifi~<br />

caba dejar las normas aceptadas del comportamiento religioso.<br />

Pero yo no sabía en qué dirección esta decisión me había de llevar.<br />

El chapoteo y el murmullo<br />

Los acontecimientos de aquella mañana de domingo fueron como una<br />

piedra tirada en el medio de una laguna. Primero hubo un ruidoso chapo~<br />

teo, pero luego las pequeñas olas se movieron hasta que alcanzaron la orilla<br />

de la laguna. El chapoteo tuvo lugar cuando el demonio arrojó a Sharon al<br />

suelo delante de mi púlpito. En la semana siguiente, Lydia y yo empeza~<br />

mos a sentir el efecto de las olas. Las personas acudían a nosotros de todas<br />

partes, a la mayor parte de ellas no las había visto nunca antes. Venían<br />

principalmente a nuestra casa, no a la iglesia. No tengo ni idea de cómo<br />

nos encontraron, pero semana tras semana aconsejábamos y orábamos con<br />

personas en nuestra casa por liberación de demonios. Raramente nos acos~<br />

tábamos antes de las dos o tres de la madrugada.<br />

Después de un tiempo mi fuerza física empezó a resquebrajarse.<br />

Aprendí una importante lección: Si no cuido de mi propia salud física y es~<br />

piritual, no estaré en condiciones de ayudar a los demás a liberarse. En rea~<br />

lidad, yo mismo podría necesitar ayuda. Percibí que una persona que está<br />

exhausta física y espiritualmente es vulnerable a los ataques demoníacos.

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