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¿En algún momento necesitan los cristianos la liberación de demonios? 147<br />

Así es con el nuevo nacimiento. Su potencial, pienso yo, es ilimitado,<br />

pero su desarrollo depende del uso que cada creyente hace de su autoridad<br />

dada por Dios. Una persona puede escoger lo mínimo y sencillamente llegar<br />

a ser un miembro respetable de la iglesia. Otro puede intentar alcanzar<br />

lo máximo y llegar a ser un ganador de almas activo y dedicado (incluso un<br />

predicador que alcanza a multitudes o un intercesor que lleva a muchos al<br />

nacimiento en oración). La diferencia descansa en hasta qué grado cada<br />

uno usa su autoridad dada por Dios.<br />

Una forma específica de autoridad que viene junto con el nuevo nacimiento<br />

es la autoridad para echar fuera demonios, tanto de uno mismo<br />

como de los demás. Cuando los discípulos le dijeron a Jesús: "Señor, aun<br />

los demonios se nos sujetan en tu nombre", Él contestó: "He aquí os doy potestad...sobre<br />

toda fuerza del enemigo" (Lucas 10:17, 19). Esta autoridad es<br />

eficaz, sin embargo, sólo si la utilizamos. Algunas veces los demonios salen<br />

automáticamente, pero normalmente tienen que ser expulsados.<br />

Hay dos tipos diferentes de circunstancias que pueden confrontar a un<br />

cristiano con la necesidad de tratar con los demonios:<br />

L Los demonios ya están en él antes de que llegue a ser cristiano<br />

2. Los demonios entraron en él después de haberse tornado cristiano<br />

Cuando los demonios ya están en la persona<br />

Consideremos primero el caso de una persona que ya tiene demonios<br />

antes de buscar la salvación. No he podido encontrar ningún pasaje en<br />

las Escrituras que sugiriera que los demonios se fueran automáticamente<br />

en esa ocasión. En realidad, el ministerio de Felipe en Samaria sugiere lo<br />

opuesto. Si los demonios se fueran automáticamente cuando las personas<br />

creen y son bautizadas, ¿por qué tendría Felipe que emplear tanto tiempo y<br />

energía echándolos fuera? Podría simplemente haber bautizado a los nuevos<br />

creyentes, yeso habría eliminado a los demonios.<br />

Lógicamente, entonces, si un evangelista no sigue el patrón de Felipe de<br />

predicar el Evangelio y además echar fuera los demonios, muchos creerán<br />

y serán bautizados sin ser liberados de los demonios. Esto podría aplicarse<br />

a muchos cristianos contemporáneos.

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