o_19koohlu11ggm1joh6p01pp51fe93b.pdf
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
108 Echarán Fuera Demonios<br />
se encontraba en el servicio del Señor cuando nos casamos en 1978, pero<br />
tenía una continua batalla con el rechazo hasta que el demonio fue identifi~<br />
cado y expulsado. Incluso hoy en día tiene que estar en guardia no vaya ser<br />
que el mismo la asalte en un momento de debilidad.<br />
3. Presiones al principio de la niñez<br />
En Santiago 3:16 se nos advierte: "Porque donde hay celos y contención,<br />
allí hay perturbación y toda obra perversa".<br />
Hogares rotos y abatidos por los conflictos, en los cuales los padres se<br />
encuentran en un conflicto amargo el uno contra el otro y/o tienen poco<br />
tiempo con sus hijos, proporcionan una atmósfera que invita la presencia y<br />
la actividad de los demonios. La mayoría de los niños carecen de las defensas<br />
emocionales y espirituales necesarias para sobrellevar tal presión demo~<br />
níaca. Mi observación personal (como he dicho) es que la mayor parte de<br />
los problemas demoníacos empiezan en la niñez.<br />
En familias en las cuales el padre ha sido un alcohólico, o cruel y dominador,<br />
o violento y abusivo, las niñas frecuentemente desarrollan un inten~<br />
so odio por los hombres, 10 cual abre la puerta al demonio del odio. Esto<br />
es particularmente cierto si el padre ha abusado de sus hijas sexualmente.<br />
Con frecuencia he especulado que esta es la raíz de los problemas de Esther<br />
(descritos en el capítulo 6). Sería el responsable por la atadura poderosa<br />
que el demonio de odio tenía sobre ella.<br />
Otros demonios que comúnmente explotan a niños como esos son el<br />
rechazo, la ira, el miedo (o temor), la rebelión, la amargura, la soledad, la depresión<br />
y algunas veces el suicidio. En el Occidente ha habido un incremento<br />
alarmante en el número de suicidios en la adolescencia. En los Estados<br />
Unidos, de 1952 a 1992, la incidencia de suicidios entre los adolescentes y<br />
jóvenes adultos casi se ha triplicado. En 1992, más adolescentes y jóvenes<br />
murieron por el suicidio que el número combinado de muertes por cáncer,<br />
enfermedades del corazón, el SIDA, defectos del nacimiento, ataques del<br />
corazón, neumonía, influenza y enfermedades crónicas del pulmón. En casi<br />
todos estos casos, según mi diagnóstico, el demonio de rechazo abrió la<br />
puerta para el demonio de suicidio.