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CRISTALES DE NIEVE EN LOS CRISTALES

Cristales de nieve que dibujan laberintos familiares, como estados ya vividos. No hay destino ni tampoco camino. La meta es andar.

Cristales de nieve que dibujan laberintos familiares, como estados ya vividos. No hay destino ni tampoco camino. La meta es andar.

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Periódico del IES "Aravalle"<br />

Número 15:: IINVIIERNO de 2015..<br />

Cristales de nieve en los cristales.<br />

Ex iignorantiia ad sapiientiiam; ex lluce ad tenebras.<br />

Depósito legal: AV 80­2013.<br />

ISSN: 2341­3662.<br />

Ediciones digital e impresa de libre difusión.<br />

V<strong>EN</strong>TANA<br />

Sagrariio Rollllán<br />

Estallllara lla niieve<br />

en llos pullsos rotos de lla espera<br />

que alliimenta mii cansanciio.<br />

Hostiill bllancura de tu ausenciia<br />

estallllara vertiicall<br />

en ígneos mares<br />

haciia ell llllanto tan ceñiido<br />

que aún arreciia llas iinfanciias.<br />

Y lla lluz dell deseo,<br />

concebiida en tu memoriia iinviiollada,<br />

estallllara muda<br />

haciia ell verdor dell tacto.<br />

En tii, en tu pecho,<br />

rediimiido ell fuego arborescente<br />

de miis senos sellllando Priimaveras.<br />

Por sii lla muerte<br />

nunca nos abrasa.<br />

Criistalles de niieve en llos criistalles<br />

Págiina 11


CASI INVIERNO<br />

Estamos esperando que caiga la nieve,<br />

blancura intacta, o el perdón,<br />

la infancia redimida.<br />

Estamos esperando que se espeje<br />

la blanca luz que nada desea,<br />

paciencia infinita,<br />

fortaleza en la sangre<br />

que eternice las horas<br />

y nos despoje del ruido.<br />

Sagrario Rollán<br />

AJUAR <strong>DE</strong> INVIERNO<br />

Entre sus deberes cotidianos<br />

ella había ahijado un perro blanco,<br />

la sombra de una ausencia,<br />

el rastro inverosímil de la nieve.<br />

Entre sus deberes cotidianos<br />

se filtraban nubes, tan sólo nubes<br />

y lluvia cansada de ser lluvia<br />

desde mayo irrevocable.<br />

Un horizonte subrayado de nostalgias<br />

bajo el mapa mudo de las ojeras.<br />

Hoy asoma el dolor tendido a la terraza,<br />

entre sus deberes cotidianos,<br />

ajuar de invierno<br />

por ver si ha oreado el espino.<br />

Sagrario Rollán, cristales de nieve<br />

en retículas de pensamiento<br />

Charo Alonso<br />

Poeta, pintora, profesora de<br />

Filosofía, traductora,<br />

conferenciante, doctora en<br />

Psicología, Sagrario Rollán nace<br />

en Salamanca, sin embargo sus<br />

orígenes están en la tierra de<br />

Ávila y de ahí surge su amor por la<br />

montaña y su conocimiento de la<br />

mística, tema de su tesis doctoral<br />

en la Universidad de Lovaina.<br />

Feroz defensora de su materia de<br />

Filosofía, capaz de manejar el<br />

pensamiento con el acerado<br />

estilete de la inteligencia, la<br />

profesora Rollán no sólo despierta<br />

en sus alumnos del IES<br />

salmantino Mateo Hernández la<br />

capacidad crítica y el amor por el<br />

pensamiento, sino que transmite, a<br />

través de sus artículos<br />

quincenales en el periódico<br />

Salamancartv al día y de sus<br />

conferencias, una forma de ver el<br />

mundo basada en la sensibilidad<br />

artística, el ansia de conocimiento<br />

y una concepción del mundo<br />

heredera de María Zambrano y<br />

Hannah Arendt. Poeta de verso<br />

breve y contundente, pintora de<br />

colores vivos y palpitantes,<br />

Sagrario Rollán es un privilegio<br />

para Arcadia Barcense, una<br />

luminosa pincelada de cielos<br />

azules y cumbres de cristal helado<br />

donde pensar con claridad, la<br />

misma de las aguas, las piedras y<br />

los versos de esta autora que<br />

pertenece a nuestro paisaje de<br />

Gredos, a nuestra página en<br />

blanco de frío ardiente.<br />

Págiina 2


ADIVINANZA <strong>DE</strong> INVIERNO<br />

Alba Miñán Granado<br />

3º de Educación Primaria.<br />

Tres meses son, tres meses,<br />

completitos y enteros,<br />

aunque no lo desees.<br />

Hay copos de nieve,<br />

y también tiene<br />

nubes grises que el cielo sostiene.<br />

La escarcha todo lo cubre,<br />

a veces también hay hielo,<br />

y el tímido sol no alumbra el cielo.<br />

¿Qué estación es?<br />

Una pista te daré,<br />

pues yo ya lo sé.<br />

Empieza por i, termina por o.<br />

¿Ya lo sabes?<br />

¡Es el invierno!<br />

<strong>LOS</strong> ÁNGELES <strong>DE</strong>L HIELO<br />

Noelliia Gonzállez Gutiiérrez<br />

2º de ESO<br />

Los ángelles vuellan,<br />

vuellan allrededor,<br />

jjugando con copos de niieve,<br />

riiendo y baiillando.<br />

Copos grandes y bllancos,<br />

boniitos y de criistall.<br />

Por eso llos llllaman<br />

“Los ángelles dell hiiello”.<br />

Página 3


TERESA <strong>DE</strong> CEPEDA Y AHUMADA, LA MUJER. SANTA TERESA <strong>DE</strong> JESÚS, ESCRITORA, MÍSTICA Y<br />

DOCTORA <strong>DE</strong> LA IGLESIA.<br />

Por María del Carmen Formoso San Segundo<br />

En Miércoles, veinte e ocho días del mes de marzo de quinientos e quince años, nasció Teresa, mi fija, a las cinco<br />

horas de la mañana, media hora más o menos, que fue el dicho Miércoles casi amanecido.<br />

D. Alonso de Cepeda, padre de Teresa.<br />

Qué difícil tarea la de hablar de un ser tan<br />

excepcional, de una figura cultural y religiosa de la<br />

magnitud de Santa Teresa de Jesús, de una mujer que<br />

marcó historia en el misticismo y en la literatura<br />

española en pleno siglo XVI, siglo vetado para las<br />

mujeres. Pero, a la vez, qué fácil me resulta explicar<br />

cómo era Teresa, niña vivaz e inquieta, amante de las<br />

historias de santos y de caballeros, que la llevaron a<br />

los siete años a convencer a su hermano Rodrigo para<br />

que se fugase con ella de casa y se fueran “… a tierra<br />

de moros, buscando el martirio…”.<br />

La religiosidad que vivió marca su infancia y<br />

adolescencia, logrando en ella un carácter enérgico<br />

con voluntad fuerte. La pérdida de su madre, a los<br />

trece años, también contribuyó a que Teresa forjara<br />

una personalidad fuerte y luchadora, y, a la vez, para<br />

que su sentimiento de amor a la Virgen se fuera<br />

fortaleciendo al adoptarla como “…su madre…”. Una<br />

Teresa llena de vida, amor y contradicciones que no<br />

tenía reparos en saltarse aquellas normas de cuya<br />

validez dudaba. En un mundo dominado por los<br />

hombres, defendió el derecho de las mujeres a<br />

desarrollar su propia personalidad. Por ser una mujer<br />

fuerte, fue una mujer libre; libertad que la llevó a<br />

emprender una de las reformas más importantes y<br />

transgresoras de esa Edad Media languideciente que<br />

le tocó vivir.<br />

Teresa ingresó en el Monasterio de La<br />

Encarnación, en Ávila, de la Orden del Carmelo, a los<br />

19 años; pero tuvo que salir de él aquejada de una<br />

grave enfermedad. Volvió a entrar a los 21 años, y<br />

desde ese momento sintió que algo tenía que cambiar,<br />

que algo tenía que hacer ella para cambiar. En aquel<br />

lugar y en aquellos años se gestaría el proyecto de la<br />

reforma del Carmelo. Comprendía ella que en su<br />

convento, aunque no era de los más abiertos, había<br />

mucho que reformar. No se guardaba clausura,<br />

convivían doncellas y criadas con monjas, se daba<br />

excesivo trato con seglares, en detrimento del silencio;<br />

se cocinaba en las celdas, y existían clases sociales de<br />

nobleza y apellido. En definitiva, Teresa buscaba un<br />

modo nuevo de vida religiosa. Quería devolver a la<br />

Orden carmelitana su brillo y esplendor por medio de<br />

su austeridad. No era tarea sencilla, sino dificilísima, y<br />

para la que se requerían unas dotes excepcionales de<br />

virtud e inteligencia. Había que imprimir un nuevo<br />

espíritu, y los estados de ánimo no se imponen. Tuvo<br />

que vencer insuperables obstáculos, en los que se vio<br />

claramente la mano de Dios. Para estas reformas no<br />

valían palabras ni recomendaciones. Valía únicamente,<br />

“… fiarlo todo en Dios…”, andar mucho por esos<br />

campos de España y luchar con un encendido tesón<br />

de iluminada, soportando la burla, la envidia, la<br />

calumnia, la mentira.<br />

Desde su primera fundación, el Convento de<br />

San José (Ávila, 1562), Teresa eligió diecisiete<br />

ciudades por toda España para dejar su huella, su<br />

poesía y su amor. La espiritualidad y la reforma que<br />

emprendió Santa Teresa en el siglo XVI constituyeron si<br />

duda algunos de los principales alicientes para la<br />

evangelización de la sociedad de aquel entonces.<br />

Pero no podemos olvidar a la Teresa escritora, a<br />

la poeta, a la narradora de historias. La obra literaria de<br />

Santa Teresa es extensa, más teniendo en cuenta las<br />

circunstancias en las que escribe. Se trata de una mujer<br />

sin estudios especiales, con carencias y dificultades<br />

–vivió en una sociedad en la que el hombre era el<br />

centro­; pero todo ello se compensaba con una pasión<br />

desmedida por la lectura desde su infancia y<br />

adolescencia. Pocas mujeres de su tiempo han dejado<br />

un legado literario tan cuantioso como el suyo. Su obra<br />

posee y defiende valores universales, y por eso ha sido<br />

y sigue siendo leída por creyentes y no creyentes, por<br />

cristianos y ateos, por filósofos y teólogos, por<br />

psicólogos y artistas de la más diversa índole. Porque<br />

todo en su obra es original, es experiencia vital y mística,<br />

es nuevo, como surgiendo de un inmenso manantial.<br />

Porque su lenguaje no es académico pero tampoco<br />

vulgar; da la impresión de que ella inventa y recrea su<br />

propio lenguaje. Su literatura es, en pocas palabras,<br />

única. La obra de Santa Teresa de Jesús refleja,<br />

simultánea o consecutivamente, las vivencias de un<br />

misticismo ardiente, como el que recorre el ”Castillo<br />

interior” o las “Moradas”, y la dura actividad cotidiana<br />

que muestra el “Libro de la vida”; los éxtasis o<br />

arrobamientos del “Camino de perfección” o<br />

los “Conceptos del amor de Dios”, y la concreción de los<br />

asuntos mundanos del “Libro de las constituciones”, que<br />

también se trasluce en el cerrado organigrama de los<br />

nuevos conventos, recogido en el “Libro de las<br />

fundaciones”.<br />

No quisiera terminar estas consideraciones sin<br />

invitaros a todos a vivir el espíritu y el legado de Santa<br />

Teresa en un año tan importante como éste, en el que<br />

celebramos el V Centenario de su nacimiento. Para que<br />

cada quien descubra a una Teresa dentro de la figura de<br />

Santa Teresa, que cada quien descubra a la mujer, a la<br />

escritora, a la mística religiosa, a la que mejor se adapte<br />

a sus creencias y objetivos personales. Para que, en<br />

definitiva, cada quien utilice su vida, su obra y su mística<br />

para encontrar eso que ella intentó transmitir durante<br />

toda su vida, el amor.<br />

Si en medio de las adversidades<br />

persevera el corazón<br />

con serenidad,<br />

con gozo y con paz,<br />

esto es amor.<br />

Págiina 4


SHACKETLON, UN HEROE <strong>EN</strong> LA ANTÁRTIDA<br />

Por Rosariio­Teresa Bllázquez Gómez<br />

Me preguntto muchas veces sii llos maesttros y<br />

proffesores no esttamos demasiiado ajjenos a llos acaeceres<br />

humanos,, que pueden resullttar sumamentte provechosos –a<br />

veces más que muchos contteniidos prescriittos por ell curríícullo–<br />

para esttiimullar ell conociimiientto,, lla mottiivaciión haciia ell<br />

aprendiizajje y iintteriioriizaciión de vallores que den senttiido a lla<br />

viida de llos allumnos.. Ocurre que cuando voy a susttiittuiir en<br />

allguna cllase –iinclluso llos allumnos de lla míía–,, me<br />

pregunttan......”proffesora,, ¿nos conttarás hoy una hiisttoriia?”.. Los<br />

allumnos esttán áviidos de que se lles cuentte,, de que se lles<br />

esttiimulle lla iimagiinaciión con sucesos pasados,, con epopeyas,,<br />

con lleyendas,, con miittos,, hastta con nottiiciias de lla más rabiiosa<br />

acttualliidad.. Y ese momentto en que llas “hiisttoriias” van salliiendo<br />

no es perder ell ttiiempo;; es ganarllo.. Esa conexiión a ttravés dell<br />

verbo fforma una siimbiiosiis affecttiiva enttre ell que cuentta y llos<br />

que escuchan attenttamentte,, llos que beben de ttus pallabras..<br />

Creo siinceramentte –y me iinclluyo– que por diiversos mottiivos<br />

por ttodos conociidos descuiidamos ell poder poéttiico y mágiico<br />

de lla pallabra.<br />

Estta reffllexiión viiene all caso cuando hace un par de<br />

meses,, dellantte dell pllaniisfferiio,, con miis allumnos y allumnas de<br />

3º de Priimariia,, esttudiiábamos llos conttiinenttes y nos<br />

centtrábamos en lla Anttárttiida,, remotta,, miistteriiosa y hellada.. Me<br />

acordé enttonces de una epopeya magnííffiica que acaeciió a<br />

priinciipiios dell siigllo XX,, en pllena Edad heroiica de lla<br />

explloraciión de lla Anttárttiida.. Y asíí es;; cuando habllamos de<br />

héroes no podemos negar ese rasgo en aquellllos personajjes<br />

iinttrépiidos que surcaban llos mares y océanos aún<br />

iinexpllorados sollo por ell hecho de llllegar más allllá,, más llejjos,,<br />

por ell siimplle y humano affán de conocer.. Estta hiisttoriia de llas<br />

explloraciiones anttárttiicas lla menciioné de pasada a miis<br />

allumnos...... La diichosa ffalltta de ttiiempo,, ell agobiio por iir<br />

avanzando en ell ttemariio,, lla presiión de un curríícullo all que dar<br />

respuestta...... Pero iinttuyo que a ellllos –como a míí,, en su díía–<br />

lles hubiiera apasiionado lla magniiffiicenciia de lla aventtura de<br />

Shacklletton,, uno de llos explloradores más valliienttes,, más<br />

apasiionados,, más románttiicos,, con una iinnatta capaciidad de<br />

lliiderazgo y autor de bellllísiimas pallabras...<br />

“Habíamos viisto a Diios en sus espllendores, oído ell texto que<br />

lla Naturalleza hace. Habíamos llllegado all allma desnuda dell<br />

hombre”<br />

Fotos de Patriick Perrot<br />

Siir Ernestt Shacklletton ffue un hombre,, en verdad,,<br />

magnííffiico.. Naciió en IIrllanda en 1874.. Como buen anglloiirllandés<br />

llllevaba ell mar,, lla mar que diiríía nuesttro poetta Allberttii,,<br />

en llas pupiillas y en ell corazón.. Es un veneno que tte lllleva<br />

hastta ell ffiinall,, no hay un llíímiitte,, o ttodo o nada.. Shacklletton opttó<br />

por ell ttodo,, ell ttodo con mayúscullas hastta ell deffiiniittiivo suspiiro<br />

en su úllttiimo barco,, ell Questt.. Su experiienciia viittall en ell espaciio<br />

de llas regiiones pollares comenzó all llado de ottro héroe,, quiizás<br />

más conociido,, Robertt Fallcon Scotttt,, en lla expediiciión<br />

Diiscovery.. Tras esa priimera ttoma de conttactto,, y ya conttagiiado<br />

por lla ffiiebre bllanca,, ffasciinado por llos espaciios vacííos dell<br />

conttiinentte bllanco,, regresó una segunda vez como llííder de lla<br />

expediiciión Niimrod En esa expediiciión,, éll miismo y ttres de sus<br />

hombres llllegaron all puntto más all sur jjamás piisado por ell<br />

hombre en lla Antártiida, a unos 180 Km. dell Pollo.<br />

Cuándo ffiinallmentte ell noruego Amundsen conquiistta ell<br />

Pollo Sur –sii es que allgo asíí se puede consiiderar “conquiistta”–,,<br />

nuesttro hombre,, una vez más,, deciidiió regresar a llo que éll<br />

consiideraba partte de sii miismo,, su amada Anttárttiida.. Estta vez<br />

se propuso cruzar ell conttiinentte hellado de puntta a puntta,,<br />

pasando a ttravés dell Pollo.. Y esa expediiciión comiienza con un<br />

anunciio en ell The Tiimes llondiinense:<br />

«Se buscan hombres para viiajje pelliigroso. Suelldo escaso.<br />

Frío extremo. Largos meses de complleta oscuriidad. Pelliigro<br />

constante. No se asegura ell regreso. Honor y reconociimiiento<br />

en caso de éxiito».<br />

All anunciio respondiieron más de 5 000 aspiirantes.<br />

(Siigue en lla págiina 8)<br />

Págiina 5


EL BRUJO QUE ODIABA LA PRIMAVERA<br />

Allberto Gonzállez Jiiménez. 3º de Educaciión Priimariia.<br />

Fotos de Javiier Apariiciio<br />

Había una vez un viiejjo brujjo que odiiaba lla diiversiión y<br />

lla priimavera. Viivía en un castiillllo con un preciioso jjardín, y<br />

nadiie podía entrar. Era muy ambiiciioso y egoísta.<br />

Un día deciidiió echar de su jjardín a todas llas<br />

estaciiones excepto all iinviierno. Y, poco a poco, ell iinviierno<br />

llllegó.<br />

Sóllo había niieve, hiiello y frío. Todo estaba lllleno de<br />

escarcha hellada. Ell soll, mediio asustado, se escondiió tras llas<br />

montañas. Reiinaba lla desollaciión: llos niiños, llos aniimalles y llas<br />

pocas pllantas que quedaban estaban triistes, y ell úniico<br />

contento era ell brujjo.<br />

Pero, miientras en casii todo ell jjardín nevaba, en una<br />

esquiina, una fllor crecía.<br />

Pasaron llos días fríos, griises y hellados, y lla fllor<br />

seguía creciiendo y dando semiillllas. Con llas semiillllas naciieron<br />

más fllores.<br />

Ell brujjo, all ver llas fllores, montó en cóllera, y conviirtiió<br />

a una de ellllas en sapo, a otra en rata, y a otra en cullebra.<br />

Pero a una cuarta fllor, lla más pequeñiita, no lla viio.<br />

Ell Diios dell Hiiello, muy enfadado, para castiigar all<br />

brujjo, conviirtiió todo su jjardín en un blloque de hiiello. Ell brujjo,<br />

asustado all ver ell estropiiciio, piidiió all diios que lle perdonara. Y<br />

ell diios lle diijjo: “Esta vez te perdono, brujjo, pero con una<br />

condiiciión: que piidas, por favor, a lla priimavera y a llas otras<br />

estaciiones que regresen, y que no hagas más malldades”.<br />

Ell brujjo aceptó.<br />

Cuando salliió all jjardín viio lla úniica fllor que no había<br />

siido destruiida y lla cogiió para que decorara su pllato de<br />

allubiias, que se zampó en un santiiamén. Después, se acostó.<br />

All día siiguiiente se notaba raro y como más amablle.<br />

Estaba allegre y sonriiente. Comprendiió que ell Diios dell Hiiello<br />

había queriido dejjar esa fllor para usarlla como antídoto con ell<br />

viiejjo brujjo. Desde aquell día, se dediicó a hacer siiempre ell biien<br />

y a cuiidar ell maraviilllloso jjardín que tenía, y que fue desde<br />

entonces ell llugar adonde todos llos habiitantes dell puebllo<br />

acudían siiempre que querían diisfrutar de lla naturalleza,<br />

especiiallmente en priimavera.<br />

Págiina 6


DA ESFORÇADA CAMPAGNA DO PROPHE ET IL SUYO DISCÍPULO<br />

CARAOTA POR MOSTRAR EL <strong>DE</strong>SATINO <strong>DE</strong> LA NEFANDA<br />

TEMPORALIZACIÓN CONTEMPORÁNEA<br />

Prophe:<br />

Caraota:<br />

Prophe:<br />

Caraota:<br />

Prophe:<br />

Caraota:<br />

Prophe:<br />

Caraota:<br />

Prophe:<br />

Caraota:<br />

Prophe:<br />

Caraota:<br />

Prophe:<br />

Caraota:<br />

Prophe:<br />

Caraota:<br />

Prophe:<br />

No día de hoje, Caraota, como ves, nos apropriamos<br />

Deste espaçio muy loado de juglares y de cantos,<br />

Para clamar àqueste cielo por los vuelos dum palabro<br />

Que rechina en las orelhas y confunde com espanto.<br />

¿Qual es la tal entrada del nosso dictionario,<br />

Prophe, que tanto horror produce y clama rei vindicatio?<br />

No es entrada; es salida de los pies del tiesto'e barro<br />

Con palabro mal armado y peor significado.<br />

¿Recuerdas, grano prieto, tus deberes da outra vez?<br />

¿La tarea?<br />

¡Exactamente!<br />

Lo siento, ya olvidé.<br />

Calendario o algo asina tenías que fazer.<br />

¡Ya me lembro, profe amado, eso mesmo es lo que fue!<br />

Lo llamaste con palabro de general aceptaçión.<br />

Oui, monsieur, así la llaman, la “temporalización”.<br />

Caraota muy querida, temporal es que termina,<br />

Con limites muy precisos, terrenal y no divina,<br />

Cosa opuesta a lo eterno que de arriba nos conmina<br />

A decir mejor las coisas sem desidia parlanchina.<br />

Entonces, caro profe, ¿cómo pongo fecha al cuento?<br />

¿Cómo digo que este día se dará real comienzo<br />

Al cuidado proceder que nos lleva al outro extremo?<br />

¿A quién o a qué damos la “ización” si no es al tiempo?<br />

¡Para ya con “izaciones” que irritan las neuronas!<br />

Que hay palabras que ya existen y nos miran muy burlonas<br />

Desde los diccionarios y glosarios juguetonas.<br />

Busca con esmero antes de optar por la inventona.<br />

¡A cronos o calendas, debe el buen hablante acudir,<br />

Cronogramas, calendarios, todos feitos p'ra servir<br />

Aos desejos y a los planes de quem queira construir<br />

Uns programas bien hablados y más fáciles de oír.<br />

No lo tengo yo muy claro, profe amigo y muy loado.<br />

Hazme caso, caraotica, no me sigas malhablado.<br />

Es que en leyes y en libracos el palabro ya está usado.<br />

Que vivimos tiempos duros eso ya te lo he contado.<br />

Procurar que el idioma mantenga una cierta<br />

estabilidad interna es sin duda un empeño<br />

por el que vale la pena hacer algo.<br />

Fernando Lázaro Carreter.<br />

Fotos de Javiier Apariiciio<br />

Págiina 7


SHACKETLON,, UN HEROE <strong>EN</strong> LA ANTÁRTIIDA<br />

(Viiene de lla págiina 5)<br />

Hoy lles habllaba a miis chiicos dell proyectto<br />

que hay para llllegar a Martte y colloniizarllo.. Una<br />

expediiciión siin regreso a nuesttro pllanetta.. Aquellllo<br />

debiió de ser allgo pareciido dado ell cariiz dell anunciio<br />

en cuesttiión.. Pero siiempre hay valliienttes o<br />

desesperados para cuallquiier empresa humana,, y<br />

nuesttro Shacklletton ttuvo que hacer una sellecciión<br />

enttre ttodos llos aspiiranttes a iinmorttalles.. La expediiciión<br />

tteníía un nombre pomposo “IImperiiall Trasanttárttiica”,, y<br />

a elllla concurriieron ffiinallmentte,, a bordo dell iinollviidablle<br />

barco Endurance,, encargado de llllevarlles hastta ell<br />

miismíísiimo corazón bllanco,, 28 hombres,, enttre llos que<br />

habíía mariineros,, un biióllogo,, un expertto en mottores,,<br />

un metteoróllogo,, un ffottógraffo,, un bombero,, y hastta un<br />

piinttor.. Toda lla ttriipullaciión,, all mando de su “Jeffe”,,<br />

como llos mariineros llllamaban a Siir Ernestt,, por sus<br />

dottes de lliiderazgo iincuesttiionablle.. Es curiioso reseñar<br />

ttambiién cómo aparece lla ffiigura jjuveniill y románttiica de<br />

un polliizón de diieciinueve años,, de nombre Percy,, ell<br />

priimero,, por ciiertto,, en poner sus piies hellados en lla<br />

IIslla Elleffantte en ell Océano Anttárttiico..<br />

En lla expediiciión iiban ttambiién 69 perros en<br />

perffectta siimbiiosiis con llos humanos..<br />

¡Ay!!,, pero a veces llos diioses no son<br />

propiiciios a llos héroes,, lles acosan y lles ttiienden miill<br />

ttrampas para hacerlles ffracasar en sus empresas.. La<br />

ttrampa esttaba en ell hiiello,, en ell tterriiblle hiiello de lla<br />

banquiisa que lles rodeaba y que apriisiionó hastta<br />

reventtar all barco Endurence,, un jjuguette en mediio de<br />

llas ttiiniiebllas anttárttiicas.. Fiinallmentte,, ell barco se hundiió<br />

ell 21 de noviiembre de 1914 –hace poco más de ciien<br />

años– antte llos ojjos de lla atterrada ttriipullaciión.. No<br />

pudiieron sallvar casii nada.. Prácttiicamentte se perdiió<br />

ttodo ell equiipo que habíían llllevado,, y para sobreviiviir<br />

ttuviieron que sacriiffiicar a llos perros para poder<br />

alliimenttarse..<br />

Tras miill periipeciias,, aventturas,, proezas<br />

sobrehumanas,, ttomas de deciisiiones exttremas,, y una<br />

ffe ciiega en ell capiittán Shacklletton,, éstte consiiguiió,,<br />

después de dos años de priisiión hellada,, regresar<br />

ffiinallmentte con ttodos sus hombres a IIngllatterra..<br />

Quiizá llos más esttriicttos podríían consiiderar<br />

que estta aventtura,, all ffiin,, ffue un ffracaso,, all no<br />

conseguiir ell objjettiivo previistto.. Siin embargo,, me<br />

gusttaríía pregunttar a miis chiicos,, a llos de llas<br />

“hiisttoriias”,, sii ellllos consiideran a estta gestta un ffracaso..<br />

Esttoy segura de que me diirán que no.. En ttodo caso,,<br />

ell próxiimo díía que ttenga que conttar ottra hiisttoriia se llo<br />

pregunttaré..<br />

Aniimo viivamentte a esos chavalles a que<br />

llean,, buceen,, se enttusiiasmen y beban en llas viidas de<br />

hombres que,, como nuesttro capiittán,, se eriigen en<br />

ejjempllo de esffuerzo,, corajje y humaniidad..<br />

¡Dios mío, cómo pasa el tiempo!<br />

Ya casi se está acabando el curso y<br />

se me ha pasado rapidísimo. Esto<br />

de vivir con los abuelos es un chollo;<br />

te dan todo lo que quieres y nunca<br />

te ponen mala cara. Eso sí, hay que<br />

respetarlos, porque son ya mayores<br />

y las personas que más te quieren<br />

además de tus padres.<br />

Durante este curso, mi abuelo ha<br />

rejuvenecido. Nos vamos los dos<br />

alguno que otro fin de semana al<br />

fútbol, y disfruta una barbaridad. Yo<br />

he aprendido a jugar al “mus” con<br />

sus amiguetes, que son la caña;<br />

tanto, que incluso algunos de mis<br />

compañeros les han pedido que les<br />

enseñen a jugar a ellos también.<br />

Con mis compañeros en el<br />

instituto no he tenido ningún<br />

problema, salvo a principio de curso,<br />

con Pedro, que se pasó, que como<br />

era de fuera, yo tenía que ser un<br />

cateto. Pero como el primer día le<br />

puse las cosas claras, ha terminado<br />

siendo mi mejor amigo. Incluso se<br />

viene al fútbol con nosotros.<br />

En el instituto he tenido de todo,<br />

ratos mejores y peores. Los peores,<br />

las épocas de exámenes, y los<br />

buenos hay muchos. Teníais que<br />

ver la cara de mi abuela cuando<br />

aparecí para el festival de Navidad<br />

con una cresta de colores, una<br />

chupa y unas botas de cuero. Y<br />

ahora explícale que era mi traje de<br />

San José (un San José moderno).<br />

Para que no me viese nadie así, se<br />

montó conmigo en un taxi hasta el<br />

instituto y encima entró preguntando<br />

por la profesora de Religión, para<br />

que le explicara cómo se había<br />

modernizado tanto San José. De<br />

esas me ha liado varias; pero es la<br />

mejor del mundo.<br />

Ahora que está terminando el<br />

curso, estoy temiendo justo lo<br />

contrario que al principio: todo el<br />

verano con mi madre detrás de la<br />

oreja y con mi hermanito colgado de<br />

un brazo. Se me va a hacer eterno,<br />

pero así es la vida, algo que va en<br />

ciclos, y cuando uno termina, otro<br />

empieza.<br />

Marcos Chamorro, 2º de ESO.<br />

Págiina 8


A partiir de lla llectura de Nunca seré tu héroe, de María Menéndez­Ponte, lla refllexiión, lla recreaciión, y un<br />

poco de sumersiión en lla hiistoriia y su conteniido, desde 2º de ESO:<br />

Cinco citas en las que Andrés da su opinión sobre distintos asuntos de la vida<br />

Patriiciia Jiiménez Pallaciios, 2º de ESO.<br />

­ Cómo ven llos profesores a llos allumnos: “Ya está biien de que nos traten como máquiinas de hacer<br />

exámenes, que parece que es llo úniico que lles iimporta. All fiinall somos una nota, se ollviidan de que somos<br />

seres humanos, tronco. Cuallquiier día pasan lliista así: Aprobado Cortés, Suspenso Hernández… No hay<br />

derecho. Todos llos profesores se creen que su asiignatura es lla úniica y nos tiienen machacados…”<br />

­ La diiversiión: “Todos bebían y yo tambiién. Sii no, te quedas fuera dell grupo. Esto forma parte de lla<br />

diiversiión. Luego piierdes ell controll y ya no te enteras de más. Cada uno se llas arreglla como puede.”<br />

­ La triisteza y lla angustiia all recordar a Sara: “Nunca me había parado a pensar en cómo era mii viida; por eso<br />

no me preocupaba. En cambiio ahora… macho, es como tener un cuerpo prestado en ell que apenas me<br />

reconozco. Como tampoco reconozco mii voz. Y enciima mii mente me recuerda que allllí está elllla…”<br />

­ La sociiedad: “[…] una sociiedad que nos educa para ell consumo y nos llanza diirectamente all paro. Una<br />

sociiedad donde siiempre triiunfan llas pellotas y llos que mejjor engañan…”<br />

­ Ell triiunfo y lla fama: “[…] se te diispara lla adrenalliina hasta Marte, ell pullso se te pone a dosciientas<br />

pullsaciiones por miinuto y lla olllla te da vuelltas a lla vellociidad dell soniido. Ya me veía fiirmando autógrafos a lla<br />

entrada dell iinstiituto, con todas llas niiñas rendiidas a miis piies…”<br />

Aprobados, ¿para qué?<br />

Raúll Sollano, 2º de ESO.<br />

Esta es lla hiistoriia de un chavall un poco bobo. Pero no sóllo era un bobo, tambiién era un tío llegall y muy<br />

majjo.<br />

Tenía unos padres que lle querían, pero úlltiimamente estaban diisgustados con éll porque lle habían quedado<br />

tres, sí, has oído biien, ¡TRES! Ell chiico estaba mall porque sabía que llas tenía que recuperar y tambiién sabía<br />

que sería un llargo y duro camiino hasta lla montaña de llos aprobados.<br />

Lllegando ya a miitad de lla montaña se encontró un probllema: ell dragón de lla vaguería, que quería que se<br />

dediicase a hacer ell vago y a jjugar. Pero éll contraatacó, con esquemas de Naturalles y llecturas de Sociialles;<br />

después lle remató con Francés.<br />

Ya jjusto en lla ciima, se encontró con dos pobllados, otra prueba más. Un pobllado era ell de llos estudiiantes,<br />

en ell que había que poner toda lla carne en ell asador, estudiiar y jjugar, y ell otro pobllado, ell de llos vagos,<br />

donde todo era jjugar. Este úlltiimo era tentador; pero ell chiico estaba deciidiido a cambiiar, y elliigiió ell priimero.<br />

Resulltó una iillusiión; camiinó y se encontró con sus tres aprobados.<br />

Cuando despertó de ese sueño, ya era día de iinstiituto. Éll no estaba preocupado porque sabía que iiba a<br />

recuperar llas tres asiignaturas. Iba a ser ell chavall de antes, ell que aprobaba todas y atendía en cllase, ell que<br />

lle daba tiiempo a estudiiar y a jjugar, ell de siiempre.<br />

Libertad<br />

Marcos Chamorro, 2º de ESO.<br />

­ ¡Mamáaaa! ¡Mamáaaa! ¡Juan me quiiere pegar!<br />

Ya está otra vez mii hermano metiiendo caña. Menos mall que no lle tengo que aguantar entre semana.<br />

Me llllamo Juan, y desde lla próxiima semana viiviiré en Madriid con miis abuellos. Esto tiiene sus pros y sus<br />

contras. Por un llado, no voy a tener a mii madre todo ell día enciima de mí: “Juan, ¿qué haces?, Juan, ¿qué<br />

has comiido?, Juan, ¿de dónde viienes?, Juan, ¿con quiién has estado?” Y enciima, cuéntalle allgo, que se te<br />

cae ell pello. Pero, por otro llado, tendré a mii abuelliita todo ell día detrás de mí, porque lla pobre, desde que se<br />

llevanta, sóllo tiienen un pensamiiento en lla mente: COMIDA. Eso en priimer llugar, y en segundo llugar, que se<br />

empeña en que todos llos días lla tengo que acompañar a miisa. ¡Madre mía! Menos mall que con lla excusa<br />

dell estudiio, de esto úlltiimo me voy a poder escaquear.<br />

Por otra parte, está mii abuello. ¡Qué tío más grande! Me apoya en todo; para éll nunca hago nada mallo.<br />

En fiin, que entre semana mii viida será ell paraíso, porque ell fiin de semana me espera lla “iinquiisiiciión” de mii<br />

madre, que ya lla estoy temiiendo, preguntas por todas partes hasta que se quede a gusto. Tambiién vendrán<br />

llas charllas de mii padre, que sii pórtate biien, que sii cuiida de llos abuellos... Y para remate de todo esto, ell<br />

“cansiino” de mii hermano, que lle voy a tener que aguantar durante dos días.<br />

Estoy nerviioso porque empiiezo en un iinstiituto nuevo; aunque ya conozco a allgunos, porque iiré a cllase<br />

con dos priimos míos, que, por ciierto, saben que cuando me pongo nerviioso, tartamudeo; pero ellllos me<br />

ayudarán para que nadiie se dé cuenta.<br />

Págiina 9


DIÁLOGO <strong>DE</strong> <strong>LOS</strong> HOMBRES RANA<br />

Fatema Alonso, 6º de Educación Primaria.<br />

­No podemos permitir que nos sigan viendo<br />

–dijo Nangua.<br />

­Esto no puede seguir así –añadió otro sabio,<br />

Kapo.<br />

­Pero no es justo –protestó uno de los jóvenes­<br />

Por esa carretera apenas pasan coches, y<br />

además me gusta mucho tirarme ahí, te hace<br />

cosquillas en la barriga.<br />

­Pues al final vas a tener un accidente como no<br />

lo controles –contestó Kapo­ No podemos salir<br />

del pantano, en las carreteras hay hombres, y<br />

además, recuerda desde que te pillaron la pata<br />

allí apenas te puedes mover.<br />

­Pero yo… es que…<br />

­No nos vengas con explicaciones –dijo otro de<br />

los sabios­ Sabes de sobra que no debes ir por<br />

allí, y esperemos que eso te quede bien claro.<br />

­Pero, pero, es que… si hasta vosotros sabéis<br />

lo divertido que es ¿Os acordáis de la primera<br />

vez que vieron a Nangua? Esos policías<br />

todavía tienen cara de atontados –dijo riendo.<br />

­Que nada, que no puedes volver allí ¿Nos has<br />

entendido? Es peligroso, pasan muchísimos<br />

coches, y con tu cojera no puedes huir si te<br />

ven. Te quedarás en el pantano ¿De acuerdo?<br />

­Bueno, vale… ­dijo con una sonrisa que a los<br />

sabios les pareció buena, pero que ocultaba su<br />

gran deseo.<br />

A la mañana siguiente, el travieso<br />

hombre rana salió de su escondrijo y se<br />

marchó al lugar que tanto le gustaba en mitad<br />

de la carretera. Hacía tanto tiempo que no se<br />

revolcaba en el asfalto que se le había olvidado<br />

su olor a alquitrán, por eso estuvo rondando<br />

por allí horas y horas. Lo que no se esperaba<br />

es que un policía había decidido recorrer la<br />

carretera con su coche patrulla, un agente que<br />

no sabía que sus compañeros tuvieron un<br />

“encuentro” por allí con uno de los hombres<br />

rana.<br />

Nuestro travieso hombre rana se había<br />

cansado tanto de revolcarse por el asfalto, que<br />

decidió dormir una siesta en la cuneta de la<br />

carretera. De pronto, el coche patrulla se<br />

detuvo y el policía, que había visto un bulto allí,<br />

bajó del coche pensando que se trataba de un<br />

perro atropellado, disponiéndose a apartarlo<br />

para que no molestara a los otros conductores.<br />

El policía se acercó confiado, pero de<br />

inmediato vio que no se trataba de un perro<br />

normal, ni siquiera de otro animal normal. El<br />

cuerpo era el de un hombre, pero el final de<br />

sus extremidades y su cabeza parecían más<br />

propias de un lagarto o una rana que de un<br />

mamífero, y sus ojos saltones y su pequeña<br />

boca sin labios hacían que su aspecto fuera<br />

espeluznante. El policía, se recobró del susto y<br />

sacó su arma dispuesto a defenderse de esta<br />

criatura extraña. Disparó, pero con los nervios<br />

erró el tiro, lo cual hizo que nuestro hombre<br />

rana se despertase de golpe, mirara a todos los<br />

lados asustado y corriese, cojeando, hacia el<br />

pantano. El policía, bastante valiente y<br />

orgulloso, no se lo pensó dos veces, y le siguió<br />

entre los árboles. Entonces el hombre rana<br />

gritó ¡Corred, que viene un hombre, corred!<br />

Ante el peligro de la presencia de un hombre,<br />

los ancianos trazaron un rápido plan para<br />

librarse rápidamente de él.<br />

Se sumergieron en el fango, de manera que no<br />

pudieran ser vistos, y en cuanto pasó corriendo<br />

el policía dando balazos a diestro y siniestro,<br />

¡ZAS!, le arrancaron los pantalones y como por<br />

allí había sanguijuelas, a las que el policía les<br />

tenía pánico, este salío corriendo hacia su<br />

coche como un loco, arrancándoselas de la piel<br />

y olvidando perseguir al hombre rana. Muerto<br />

de miedo, el “valiente” policía aceleró y se<br />

perdió en la carretera.<br />

EL CU<strong>EN</strong>TO PARA JULIÁN, 2007<br />

Fatema Alonso, 6º de Educación Primaria.<br />

Esta es la historia de un extraterrestre<br />

llamado Bip­Bip. En realidad no se llama así, así<br />

es como le ha puesto Fatema, porque en la<br />

lengua del pueblo de Bip­Bip los sonidos no<br />

existen, sólo se piensan. Fatema piensa su<br />

nombre y ya está, pero cuando tiene que<br />

presentarlo a las otras personas dice Bip­Bip, y<br />

todo el mundo le entiende, porque el extraterrestre<br />

tiene una antenota en la cabeza con la que se<br />

comunica con las cosas y dice Bip­Bip.<br />

A Bip­Bip se lo encontró Fatema al otro<br />

lado de su ventana. Al principio pensó que era la<br />

cigüeña blanca y negra que viene a verla y que<br />

hace con su pico rojo largo Clap­Clap muy rápido,<br />

mucho, mucho… pero después de mirarlo bien se<br />

dio cuenta de que este lindo ser no tenía pico<br />

largo y rojo, ni ojitos de canica, ni andaba con<br />

tacones como la señora cigüeña de largas alas,<br />

que cuando se despliegan, casi casi tapan al<br />

sol… No. Aquel ser que brilla no es un pájaro<br />

porque no tiene alas ni da saltitos breves como los<br />

gorriones, ni largas zancadas rojas como la<br />

cigüeña patitacones. No. Es un bichito de b oca<br />

triangular y orejas romboides que lo mira todo<br />

muy atentamente moviendo su antena, Bip­Bip. Y<br />

eso que el extraterrestre está muy, muy<br />

confundido. Primero por este campo verde,<br />

porque allá donde vive todo es piedra lunar de<br />

color plata, y después porque este pueblecito<br />

pequeño le hace mucha gracia, con tantas<br />

cuestas y casitas pequeñas.<br />

A Bip­Bip todo le gusta aquí, y cuando se<br />

hace amigo de Fatema mucho más. Aprende<br />

entonces que hay otros niños además de ella,<br />

otros niños que también se levantan a las ocho de<br />

la mañana, toman su desayuno viendo dibujos en<br />

una cosa llamada tele, se lavan la cara a<br />

regañadientes y se van a la escuela, un edificio<br />

alto donde van muchas personitas, unas grandes<br />

y otras chiquitas, y donde se sientan ella y sus<br />

amigos con el maestro Julián, un señor que<br />

siempre sonríe y que le enseña a Bip­Bip a<br />

diferenciar grande y pequeño, arriba y abajo. Y<br />

eso que Bip­Bip flota y no tiene mucho problema<br />

para estar en un sitio o en otro. Pero en este<br />

pueblito sí es importante eso de estar arriba o<br />

abajo, porque si estás abajo estás en la iglesia o<br />

en las piscinas, pero si subes arriba arriba te vas a<br />

la escuela o al nido de las señoras cigueñas. Todo<br />

eso lo aprende Bip­Bip cuando va al colegio con la<br />

niña Fatema y juega en la arena con Lucía, con<br />

Daniel, con Inma… con todos los niños del pasillo<br />

más alegre del cole.<br />

¡Pero se hace tarde y Bip­Bip debe<br />

regresar a su planeta… Por eso le da un besito a<br />

todos y le dice muchas veces muchas gracias al<br />

maestro Julián, que le ha enseñado arriba y abajo.<br />

Todos los niños están tristes y le dicen adiós,<br />

adiós con la manita… Ay, y Fatema se queda un<br />

poco triste, y desde entonces mira muchas veces<br />

por la ventana esperando que vuelva otra vez de<br />

su paisaje lunar con piedras de plata flotando y<br />

haciendo Bip­Bip sin que nadie le oiga su nombre;<br />

nadie más que ella.<br />

Págiina 110


MONÓLOGO <strong>DE</strong> ANDRÉS ELOY BLANCO:<br />

LA CUESTIÓN ALIRIANA, <strong>LOS</strong> JAZMINES Y CARM<strong>EN</strong> ANGELINA<br />

Carolina Gallardo España<br />

Escuchar durante la lectura:<br />

Eartha Kitt: Angelitos Negros<br />

https://www.youtube.com/watch?v=WRo­wv9BlYo<br />

Quizá porque los jazmines de Cumaná tienen todo el aroma posible; tanto,<br />

que puedes anticipar la existencia de uno en flor a varias cuadras, sobre todo de<br />

noche ­claro que eso no lo sabían los cumaneses de mi tiempo; quizá ahora si lo<br />

saben­, será por eso que los jazmines y Carmen Angelina sean acaso lo mismo para<br />

mí, no lo sé. Ella apareció una noche de jazmines de esos que parecían más bien<br />

cumaneses, una noche perfumada de algo que no era el mar, como pocas había en<br />

Margarita, la isla de mi infancia. Simplemente ella apareció allí, en medio de ese olor<br />

hermoso en la sala de la casa mis padres, casi muda del susto. Yo era un niño de<br />

siete años y pensé que esa niña no era humana, por causa de sus ojos, que no<br />

podían pertenecer a la raza humana; tampoco sus pestañas, tan largas, que de<br />

seguro podía hacerse a la mar y pescar con ellas róbalos, pargos, lo que ella quisiera;<br />

porque Carmen Angelina no era un angelito blanco ni era un angelito negro; un<br />

angelito, quizá; pero, solo ahora lo comprendo, de una raza extraterrestre que se<br />

había hibridado con la raza humana mucho antes de que los guaiqueríes llegaran a la<br />

Isla. O tal vez era una recién llegada de un universo paralelo... Perdón, pero no puedo<br />

evitar sonreír al pensar en esa frase: universo paralelo. ¿Será que los sabios<br />

solitarios... los solitarios sabios, no se toman en serio a Edgar Allan Poe? ¿Acaso no<br />

son los lugares olvidados de la mente universos asombrosamente autónomos?<br />

Carmen Angelina... Carmen Angelina; sus ojos no eran ámbar ni marrones, no<br />

eran verdes ni mucho menos negros, pero eran todo eso junto de forma intermitente, y<br />

a sus creo que catorce años no era mujer pero tampoco niña del todo, lo que<br />

acentuaba su apariencia extraterrestre. ¿Era lacio su cabello? Nunca lo sabré; la<br />

moda de la época imponía a las madres peinar a sus hijas con bucles rigurosos; así<br />

que nadie sabía como era el cabello de las niñas; pero... si su madre estaba tan<br />

enferma, ¿quién elaboraba tan perfectamente los bucles de ella?<br />

Llegaba siempre por la noche muy asustada durante todas esas semanas a<br />

buscar a mi madre; la de ella estaba enferma, grave, según..., y con el pasar de los<br />

días o más bien de las noches, y a medida que el olor de los jazmines se volvía más y<br />

más nítido, mi pasión por ella cobraba la misma nitidez. Le regalé un grillo que<br />

cantaba entre las ramas de un semeruco, y lo alzó, lo beso, le habló en un idioma que<br />

no entendí y luego lo puso sobre el pequeño muro del patio central; le cantó una<br />

canción que no recuerdo ya, y el grillo, para mi asombró, bailó al compás de la<br />

canción, hasta alzaba la pata delantera y daba la vuelta; jamás en mi vida había visto<br />

a nadie hacer eso y por supuesto nunca más vi a nadie hacerlo. Esa fue para mi la<br />

prueba irrefutable de la condición no tan humana de Carmen Angelina.<br />

Yo quería besar sus rodillas, yo quería irme a vivir con ella, yo quería<br />

consolarla por la enfermedad de su madre... yo quería... yo quería... yo quería, yo<br />

quería ser el padre de muchos alienígenas.<br />

Una noche, mermaba ya el olor de los jazmines y ella no llegó; vino otra mujer<br />

y se llevó a mi madre con mucha prisa. No pudo ocurrírseme que ella no vendría más;<br />

pero así fue; nunca más regresó. Luego de lo que para un niño fue un siglo de sufrir<br />

en silencio su ausencia, pregunté a mis padres, y sólo dijeron que su madre había<br />

fallecido y que su padre se la había llevado a Cumaná. Dos veces creí verla allá frente<br />

al mar ­ahora, mucho más grande­; pero definitivamente no era ella; no eran sus ojos.<br />

Luego, en 1908, nos fuimos a Caracas, donde conocí muchas muchachas<br />

hermosas y de este mundo. Algunos años después, en unas vacaciones en la Isla,<br />

apoyaba yo a una gran amiga dramaturga que estrenaba su primera obra. Cada<br />

amigo tenía asignado un papel. Éramos tan jóvenes, la noche era sedosa y el cielo del<br />

trópico estaba luminosamente negro y escarchado de millones de estrellas pintadas<br />

por artistas venidos del futuro; un futuro donde todos los angelitos eran amados y<br />

admirados por igual y retratados con igual interés y maestría, como en un bello sueño<br />

de Langston Hughes cantado por Eartha Kitt, ceñida su verdadera e inolvidable piel,<br />

su vestuario de Gatúbela. Esa noche los jazmines tenían de nuevo ese marcado<br />

acento cumanés; para ser exacto, todo olía a jazmines; hasta los canapés que<br />

sirvieron las hermanas del prometido de mi amiga sabían a jazmín. Y fue así como<br />

esa noche inevitable regresó a mi lado Carmen Angelina, sentada en una nube de<br />

jazmín y tan nítida como antaño, justo antes de quedarse huérfana.<br />

La imaginé tan bella como casada; una bella señora casada de unos siete<br />

años más que yo, y con niños de ojos de mil colores. Pensé ir a buscarla para contarle<br />

de mi pasión infantil... de mi infantil pasión; quizá eso la conmoviera hasta hacer<br />

cambiar de color sus ojos una y otra vez, y me revelara que ella ya lo sabía. Quizá el<br />

relato de mi temprana pasión por ella me diera una oportunidad aunque fuera furtiva;<br />

por eso decidí preguntar a los amigos y familia entre el público, y así me enteré de lo<br />

peor.<br />

Mi amor de la infancia era una monja. No pude evitar pensar que había un<br />

convento con una monja alienígena dentro.<br />

(Continuará...)<br />

Págiina 1111


ANIMAL HERIDO, ANIMAL DORMIDO<br />

Sagrariio Rollllán<br />

Yo se que ell aniimall heriido<br />

duerme ahora bajjo lla escarcha,<br />

arropado de niieve y lluna fría,<br />

en un sueño voraz y sagrado.<br />

Mas temo ell despertar<br />

fúllgiido y cruell de priimavera,<br />

ell zarpazo iinviicto<br />

de su dollor en mii costado,<br />

lla heriida sangrante y sollar<br />

que alliimenta ell árboll negro.<br />

Me acongojja ell tembllor<br />

de lluz iinfante o torrentera<br />

feroz sobre piiell tan bllanca,<br />

y en llos llabiios mudos,<br />

abatiiendo lla raíz<br />

que llo ha engendrado.<br />

Ex<br />

ignorantia<br />

ad<br />

Ex<br />

luce<br />

ad<br />

sapientiam<br />

tenebras<br />

<strong>EN</strong> ESTE NÚMERO <strong>DE</strong> ARCADIA BARC<strong>EN</strong>SE<br />

COLABORAN:<br />

TEXTOS.<br />

Sagrario Rollán. Poeta invitada.<br />

IES "Mateo Hernández".<br />

Carolina Gallardo España.<br />

Colaboradora. Venezuela.<br />

Rosario Teresa Blázquez Gómez.<br />

CEIP "Juan Arrabal".<br />

Charo Alonso.<br />

IES "Mateo Hernández".<br />

María del Carmen Formoso San Segundo.<br />

IES "Aravalle".<br />

Alba Miñán Granado.<br />

CEIP “Juan Arrabal”.<br />

Alberto González Jiménez.<br />

CEIP “Juan Arrabal”.<br />

Fatema E. Alonso.<br />

CEIP “Rufino Blanco”.<br />

Raúl Solano. IES "Aravalle".<br />

Patricia Jiménez Palacios. IES “Aravalle”.<br />

Marcos Chamorro. IES "Aravalle".<br />

Noelia González Gutiérrez. IES "Aravalle".<br />

FOTOGRAFÍA<br />

Javier Aparicio. IES "Aravalle".<br />

Patrick Perrot. Fotógrafo y viajero. Francia.<br />

Carlos Ferreira. EOE "General Gredos".<br />

DIBUJOS:<br />

Fatema Alonso. CEIP “Rufino Blanco”.<br />

DISEÑO GRÁFICO:<br />

Carlos Ferreira. EOE "General Gredos".<br />

ANAGRAMA <strong>DE</strong> ARCADIA BARC<strong>EN</strong>SE<br />

Carlos González Díaz. IES "Hermenegildo<br />

Martín Borro".<br />

Depósito legal: AV 80­2013.<br />

ISSN: 2341­3662<br />

Págiina 112

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