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EL TORO DE LIDIA
VISTAHERMOSA (13)
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Don Fermín Bohórquez Escribano se había
casado con doña Mercedes Domecq,
de la familia de este importante apellido
y gran aficionada también al caballo y al
toro de lidia. Fruto del matrimonio fue
don Fermín Bohórquez Domecq, también
caballero rejoneador según ya dijimos
anteriormente, que es el que en los últimos
tiempos, aunque siempre bajo la
mirada atenta de su padre, está gestionando
personalmente la vacada e intentando
que pueda de nuevo dar corridas
a pie, no sólo para rejones, algo a lo que
había quedado reducida a partir de los
años 80, cuando se aumentó el volumen
que se requería en ciertas plazas y se la
sacó de tipo. Para ello, parece que últimamente
ha refrescado con algún ejemplar
del torero Pedro Moya “Niño de la
Capea”, que también cría actualmente
toros de este encaste murubeño. Y parte
muy importante también en la ganadería
es el veterano mayoral Luis Salguero, uno
de los más importantes profesionales del
campo bravo español.
Y así se ha lidiado recientemente una corrida
en la feria de San Isidro de Madrid,
el domingo 19 de mayo de 2013, la conocida
como el domingo de la gran granizada.
Se lidiaron ese día cinco toros de Bohórquez,
muy bien presentados y remendados
por un sobrero de Carmen Segovia
en cuarto lugar. Fueron flojos, sin poder,
mansos, descastados e incapaces de soportar
una mínima suerte de varas, pues
al estar al límite de sus fuerzas se simuló
la suerte, tanto a los murubes titulares de
don Fermín como al remiendo torrestrella
de Carmen Segovia. Los toros de esa
tarde se llamaron Pajarero, Soberano,
Orador (al que el azteca Diego Silveti le
cortó una oreja bajo una enorme granizada),
Lanzavientos (el de Carmen Segovia,
al que el francés Juan Bautista Jalabert
le cortó una oreja), Navajero I (al que el
salmantino Juan del Álamo le cortó otra
oreja) y Navajero Il. Como puede verse,
a pesar de todo lo dicho anteriormente
sobre los toros, lo más importante para
el espectáculo moderno propuesto por
los taurinos es que fueron obedientes
“como perrillos falderos” y eso hizo que
esa tarde se cortasen tres orejas, algo
inusual en Madrid en plena feria de San
Isidro. Se podrá decir que fueron orejas
a “favor de obra”, por el mal tiempo y la
excesiva generosidad del palco, pero el
resultado artístico está ahí. Es lo que se
lleva y parece que van a ser los toros de la
fiesta que en el futuro quieren los nuevos
aficionados, aunque no los antiguos, que
queremos otro tipo de toro y otro tipo de
fiesta que va poco a poco desapareciendo.
Por lo que hemos podido ver ahora,
el trabajo reciente de don Fermín Bohórquez
Domecq comienza a dar sus frutos.
En las reses con el hierro de Fermín Bohórquez,
fieles a su origen murubeño,
suelen predominar los pelajes negros y
castaños, con un brillo especial en sus
capas acorde a su buena alimentación.
Pastan actualmente en “Fuente Rey” en
Jerez, donde está situado el magnífico
cortijo familiar y sede central de la ganadería.
También mantienen reses en las
fincas “Fraja“ en Alcalá de los Gazules y
“Casablanca” en Arcos de la Frontera, todas
en la provincia de Cádiz.
La característica principal de los buenos
toros de Bohórquez es el alegre galope
en sus embestidas, lo que hace que muchos
toreros los aprecien en especial,
pues añade un plus a su labor y sobre
todo hace que el tendido siga con creciente
emoción las faenas de muleta.
Cierto que la mayoría de esos toros adolecen
de mansedumbre y falta de fuerzas
por lo que no suelen ser muy picados,
pero al ser muy encastados gozan
de un elevado estado de movilidad que
hace que sean muy deseados por algunas
figuras.
En cuanto a su fenotipo, podemos decir
que suelen ser hondos, corpulentos
pero bajos de agujas, acarnerados, de
hocico achatado, muy enmorrillados y
de cuernas más bien recogidas, siendo
los cinqueños algo más tocaditos en sus
puntas, pero nunca ofensivos en exceso.
Como predominan en ellos los cuellos
cortos, dicen los expertos que les cuesta
más embestir humillando. Tal vez esta
última característica es la que llevó hace
años a los criadores a comenzar a lidiarlos
para el arte del rejoneo, puesto que
ahí ya no es necesaria la humillación,
pero con el penoso agravante de tener
que mutilarlos reglamentariamente para
adptarlos a la lidia ecuestre. Por eso los
aficionados estamos ilusionados con estos
últimos intentos del más joven de la
familia, don Fermín Bohórquez Domecq,
para intentar volver a verlos en lidias ordinarias
a pie. Eso sí, tendrá que esmerarse
en dotarles de mayor fuerza para
poder soportar adecuadamente una
suerte de varas en condiciones y seleccionando
cuidadosamente para evitar
esa mansedumbre congénita.
Su calidad de buen aficionado le lleva a
asegurar que él no pone ni pondrá nunca
fundas a sus toros, pues quiere que salgan
con toda su naturaleza integral, sin
manipulación alguna. Es algo en lo que
coincide con muchos aficionados como
nosotros, que no estamos de acuerdo
con las fundas, al alterar su crecimiento
y desarrollo natural. Y para terminar diremos
que nunca se debe olvidar que los
toros murubeños han sido protagonistas
en la historia de la tauromaquia de
los dos extremos opuestos en cuanto a
resultados con las figuras del toreo, tanto
en los casos de memorables faenas
como en otras muchas tardes negras,
con broncas monumentales.
Además, debemos decir también que,
en el año 2009, de acuerdo con el artículo
7 de los estatutos de la UCTL, don Fermín
creó una nueva ganadería, de nombre
“Fuente Rey”, con reses de su primo
Santiago Domecq, procedentes de Juan
Pedro Domecq y Díez y otras de origen
Núñez y Torrestrella. El representante de
esta nueva vacada es don Carlos Bohórquez
Domecq y las fincas son la madre
“Fuente Rey” más “Piña” en Jerez y “Casablanca”
en Arcos de la Frontera, todas
en la provincia de Cádiz. Pero esta nueva
vacada nada tiene que ver con las reses
murubeñas que aquí estamos viendo.
Y aquí, con la ilusionante esperanza
de poder recuperar los toros
murubeños para los festejos a pie,
despedimos el seguimiento de esta
vacada. Hasta la próxima entrega de
TERRALIA, amigos.
POR EL COLECTIVO DE LA
ASOCIACION EL TORO DE MADRID
Fotos: Andrés
Dibujos: Facundo
Texto : Joaquín
AÑO XVII • Nº 92 • JUNIO 2013 AÑO XVII • Nº 92 • JUNIO 2013