programa de estudio del evangelio para misioneros - Cumorah.org

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03.05.2015 Views

diferentes lugares. (Liahona, agosto de 1974, pág. 43.) Como resultado del estudio de este tema, usted aprenderá en cuanto a la naturaleza del Espíritu Santo, sobre la función que cumple y referente a la forma en que se comunica con el hombre. Principios del evangelio, capítulo 7 Los Artículos de Fe, capítulo 8. Charlas: 4-10 (F-10). La oración "Toda oración es escuchada y toda oración sincera es respondida. Quienes oran deben saber que Dios siempre responde en el momento y en la manera que más se ajuste a Sus sabios designios. El sabe lo que es bueno para nosotros y nos bendice conforme a ello. El testimonio de millones de personas de que sus oraciones han sido escuchadas es muestra cabal de que Dios escucha y contesta nuestros ruegos. Una oración no estará completa a menos que se exprese agradecimiento por las bendiciones recibidas. Es gracias al poder del Señor que nosotros tenemos vida y nos gozamos en ella. Por estas cosas debemos manifestar nuestro agradecimiento al orar a nuestro Padre Celestial." (John A. Widtsoe, Evidences and Reconciliations, 1:313.) Al estudiar este tema, usted aprenderá a orar, a hacer de sus oraciones experiencias más eficaces y llegará a saber en cuanto a la forma en que el Señor responde nuestras oraciones. Principios del evangelio, capítulo 8. Charlas: 1:8 (C-8) y 4.7 (F-7). Los profetas El presidente J. Reuben Clark, hijo, declaró: "El Presidente de la Iglesia, el Sumo Sacerdote Presidente, es sostenido como Profeta, Vidente y Revelador para toda la Iglesia, teniendo él únicamente el derecho de recibir revelaciones tocantes a la Iglesia, ya sea revelación nueva o enmendatoria, o para dar interpretación autoritativa a las Escrituras, o para modificar en cualquier forma las doctrinas vigentes de la Iglesia. El es el vocero de Dios en la tierra para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la única Iglesia verdadera. El es el único que puede declarar la voluntad de Dios a su pueblo. Ningún otro oficial de iglesia alguna en el mundo posee tan elevado derecho y loable prerrogativa. Así es que cuando cualquier otra persona, sin importar quién ella sea, se otorga a sí misma el derecho de hacer estas cosas, uno puede saber de inmediato que no es 'guiada por el Espíritu Santo,' en tal actitud, a menos que cuente con la autorización especial del Presidente de la Iglesia." (Discurso al personal docente de seminarios e institutos, Universidad Brigham Young, 7 de julio de 1954.) Como resultado del estudio de este tema, usted aprenderá el deber que descansa sobre el Profeta, la razón por la cual el Señor ha llamado o no ha llamado profetas, y por qué es necesario que sigamos el consejo del profeta viviente. Principios del evangelio, capítulo 9. La verdad restaurada, capítulo 5. Charlas: l.l(C-l), 1.5(C-5), 3.KE-1), 3.2(E-2), 3.3(E-3) y 4.12(F-12). Las Escrituras El presidente Spencer W. Kimball declaró en una oportunidad: "Descubro que cuando tomo a la ligera mi relación con la Trinidad, cuando parece que mis oraciones no son escuchadas y no oigo la voz divina, me encuentro muy alejado. Si me amparo en las Escrituras, la distancia disminuye y regresa la espiritualidad." (Guía de estudio para el Sacerdocio de Melquisedec, 4

1977-78, página 42). Al estudiar este tema, usted aprenderá en cuanto al origen de las Escrituras, sobre el contenido general de los libros canónicos, la razón por la cual el Señor nos manda que estudiemos de ellos y la forma de lograr que nuestro estudio de las Escrituras resulte productivo. Principios del evangelio, capítulo 10. Los Artículos de Fe, capítulos 13 y 16. Charlas: 1.3(C-3), 3.3(E-3), 3.4CE-4) y 4.8CF-8). El Cristo mortal El presidente David 0. McKay declaró: "El evangelio nos enseña que Cristo es el Hijo de Dios, el Redentor del mundo. Nadie que se considere un verdadero seguidor del Señor puede conformarse con aceptarle simplemente como a un gran Reformador, como al Maestro ideal, ni siquiera como al único hombre perfecto. El Hombre de Galilea no es un título figurativo, sino literal, el Hijo del Dios viviente." (Gospel Ideáis, pág. 46.) Al estudiar este tema, usted hará un repaso de los aspectos más destacados de la vida del Salvador y de la forma en que su vida es un modelo para la nuestra propia. Principios del evangelio, capítulo 11. Jesús el Cristo, capítulos 5, 6, 7, 8, 17, 18 y 19. Charlas: 6.3 (1-3). La expiación de Cristo "La expiación del Maestro constituye la médula de la historia del mundo. Sin ella, todo el propósito de la creación del mundo y nuestra vida en él sería un fracaso... "...sin la Expiación, ni hombre ni mujer alguna jamás resucitaría... Por tal razón, todo el mundo, tanto creyentes como quienes no creen, están en deuda con el Redentor por su resurrección segura, puesto que la resurrección será tan general como lo fue la caída, la que trajo la muerte a todo el género humano. "Hay otro aspecto de la Expiación que me hace amar al Salvador aún más. Es que además de sacrificarse por la transgresión de Adán, incorporando de tal modo el derecho a resucitar, por medio de Su sufrimiento, el Salvador pagó la deuda por mis propios pecados. También pagó la deuda por sus pecados personales y por los de toda alma viviente que jamás haya habitado en la tierra o que habitará en el futuro. Claro está que todo esto El lo hizo con una condición. Los beneficios de su sufrimiento por nuestras transgresiones personales no los recibimos en forma gratuita de la forma en que recibimos el derecho de la resurrección más allá de lo que hagamos o dejemos de hacer. Si tomamos parte de las bendiciones de la Expiación, en lo que tiene que ver con nuestra transgresiones personales, debemos obedecer la ley." (Marión G. Romney, Conference Report, octubre de 1953, págs. 34-36.) Al estudiar este tema, usted aprenderá en cuanto al significado de la Expiación, cómo aconteció y la manera en que nosotros podemos sacar provecho de sus bendiciones. Principios del evangelio, capítulo 12. Una obra maravillosa y un prodigio, capítulo 22. Jesús el Cristo, capítulos 34, 35 y 37. Artículos de Fe, capítulos 4 y 21. Charlas: 2.3 (D-3), 6.3 (1-3) y 6.4) (1-4). El sacerdocio El presidente Joseph Fielding Smith enseñó: "Cuando uno recibe el sacerdocio, lo hace comprendiendo que lo utilizará para provecho de otras personas. Se trata de una obligación que uno toma sobre sí mismo. De hecho, el sacerdocio nos bendice de dos formas: primero, constituye el medio por el cual se otorga la exaltación a aquellos que lo poseen; 5

1977-78, página 42).<br />

Al estudiar este tema, usted<br />

apren<strong>de</strong>rá en cuanto al origen <strong>de</strong> las<br />

Escrituras, sobre el contenido<br />

general <strong>de</strong> los libros canónicos, la<br />

razón por la cual el Señor nos manda<br />

que estudiemos <strong>de</strong> ellos y la forma <strong>de</strong><br />

lograr que nuestro <strong>estudio</strong> <strong>de</strong> las<br />

Escrituras resulte productivo.<br />

Principios <strong>de</strong>l <strong>evangelio</strong>,<br />

capítulo 10.<br />

Los Artículos <strong>de</strong> Fe, capítulos<br />

13 y 16.<br />

Charlas: 1.3(C-3), 3.3(E-3),<br />

3.4CE-4) y 4.8CF-8).<br />

El Cristo mortal<br />

El presi<strong>de</strong>nte David 0. McKay <strong>de</strong>claró:<br />

"El <strong>evangelio</strong> nos enseña que Cristo<br />

es el Hijo <strong>de</strong> Dios, el Re<strong>de</strong>ntor <strong>de</strong>l<br />

mundo. Nadie que se consi<strong>de</strong>re un<br />

verda<strong>de</strong>ro seguidor <strong>de</strong>l Señor pue<strong>de</strong><br />

conformarse con aceptarle simplemente<br />

como a un gran Reformador, como al<br />

Maestro i<strong>de</strong>al, ni siquiera como al<br />

único hombre perfecto. El Hombre <strong>de</strong><br />

Galilea no es un título figurativo,<br />

sino literal, el Hijo <strong>de</strong>l Dios<br />

viviente." (Gospel I<strong>de</strong>áis, pág. 46.)<br />

Al estudiar este tema, usted<br />

hará un repaso <strong>de</strong> los aspectos más<br />

<strong>de</strong>stacados <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>l Salvador y<br />

<strong>de</strong> la forma en que su vida es un<br />

mo<strong>de</strong>lo <strong>para</strong> la nuestra propia.<br />

Principios <strong>de</strong>l <strong>evangelio</strong>,<br />

capítulo 11.<br />

Jesús el Cristo, capítulos 5, 6,<br />

7, 8, 17, 18 y 19.<br />

Charlas: 6.3 (1-3).<br />

La expiación <strong>de</strong> Cristo<br />

"La expiación <strong>de</strong>l Maestro constituye<br />

la médula <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l mundo.<br />

Sin ella, todo el propósito <strong>de</strong> la<br />

creación <strong>de</strong>l mundo y nuestra vida en<br />

él sería un fracaso...<br />

"...sin la Expiación, ni hombre<br />

ni mujer alguna jamás resucitaría...<br />

Por tal razón, todo el mundo, tanto<br />

creyentes como quienes no creen,<br />

están en <strong>de</strong>uda con el Re<strong>de</strong>ntor por su<br />

resurrección segura, puesto que la<br />

resurrección será tan general como lo<br />

fue la caída, la que trajo la muerte<br />

a todo el género humano.<br />

"Hay otro aspecto <strong>de</strong> la<br />

Expiación que me hace amar al<br />

Salvador aún más. Es que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

sacrificarse por la transgresión <strong>de</strong><br />

Adán, incorporando <strong>de</strong> tal modo el<br />

<strong>de</strong>recho a resucitar, por medio <strong>de</strong> Su<br />

sufrimiento, el Salvador pagó la<br />

<strong>de</strong>uda por mis propios pecados.<br />

También pagó la <strong>de</strong>uda por sus pecados<br />

personales y por los <strong>de</strong> toda alma<br />

viviente que jamás haya habitado en<br />

la tierra o que habitará en el<br />

futuro. Claro está que todo esto El<br />

lo hizo con una condición. Los<br />

beneficios <strong>de</strong> su sufrimiento por<br />

nuestras transgresiones personales no<br />

los recibimos en forma gratuita <strong>de</strong> la<br />

forma en que recibimos el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

la resurrección más allá <strong>de</strong> lo que<br />

hagamos o <strong>de</strong>jemos <strong>de</strong> hacer. Si<br />

tomamos parte <strong>de</strong> las bendiciones <strong>de</strong><br />

la Expiación, en lo que tiene que ver<br />

con nuestra transgresiones<br />

personales, <strong>de</strong>bemos obe<strong>de</strong>cer la ley."<br />

(Marión G. Romney, Conference Report,<br />

octubre <strong>de</strong> 1953, págs. 34-36.)<br />

Al estudiar este tema, usted<br />

apren<strong>de</strong>rá en cuanto al significado <strong>de</strong><br />

la Expiación, cómo aconteció y la<br />

manera en que nosotros po<strong>de</strong>mos sacar<br />

provecho <strong>de</strong> sus bendiciones.<br />

Principios <strong>de</strong>l <strong>evangelio</strong>,<br />

capítulo 12.<br />

Una obra maravillosa y un<br />

prodigio, capítulo 22.<br />

Jesús el Cristo, capítulos 34,<br />

35 y 37.<br />

Artículos <strong>de</strong> Fe, capítulos 4 y<br />

21.<br />

Charlas: 2.3 (D-3), 6.3 (1-3) y<br />

6.4) (1-4).<br />

El sacerdocio<br />

El presi<strong>de</strong>nte Joseph Fielding Smith<br />

enseñó: "Cuando uno recibe el<br />

sacerdocio, lo hace comprendiendo que<br />

lo utilizará <strong>para</strong> provecho <strong>de</strong> otras<br />

personas. Se trata <strong>de</strong> una obligación<br />

que uno toma sobre sí mismo. De<br />

hecho, el sacerdocio nos bendice <strong>de</strong><br />

dos formas: primero, constituye el<br />

medio por el cual se ot<strong>org</strong>a la<br />

exaltación a aquellos que lo poseen;<br />

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