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incienso son resinas o gomorresinas aromáticas que proceden de plantas nativas de los países<br />
orientales, y se han usado desde épocas muy antiguas en medicinas y en la confección de perfumes e<br />
inciensos. Se supone que eran productos naturales de los países de donde procedían los magos,<br />
aunque probablemente aun allí eran muy costosos y estimados. Estos, junto con <strong>el</strong> oro, que siempre es<br />
de valor entre todas las naciones, eran dones propios para un rey. Cualquier significado místico que<br />
uno quiera atribuir a estos dones debe considerarse corno su propia suposición o imaginación, pero sin<br />
ningún tundamento en las Escrituras.<br />
5. Los testimonios de los pastores y los magos.—D<strong>el</strong> manual de la Young Men's Mutual<br />
Improvement Association, de 1897-98, se ha tomado la siguiente nota instructiva sobre los testimonios<br />
que se refieren al nacimiento d<strong>el</strong> Mesías, "Se observará que los testimonios con cernientes al<br />
nacimiento d<strong>el</strong> Mesías provienen de dos extremos; los humildes pastores de los campos de<br />
Judea y los sabios magos d<strong>el</strong> lejano oriente. No podemos creer que sea <strong>el</strong> resultado de una simple<br />
casualidad, antes en <strong>el</strong>lo se puede discernir <strong>el</strong> propósito y sabiduría de Dios. Todo Isra<strong>el</strong> esperaba la<br />
venida d<strong>el</strong> Mesías, y en <strong>el</strong> nacimiento de Jesús en B<strong>el</strong>én se realizaba la esperanza de Isra<strong>el</strong>, aunque <strong>el</strong><br />
pueblo no lo sabía. Nació <strong>el</strong> Mesías, de quien <strong>el</strong> profeta había hablado: pero debía haber quienes<br />
pudieran testificar esa verdad. De ahí que fue enviado un áng<strong>el</strong> a ¡os pastores que v<strong>el</strong>aban sus<br />
rebaños de noche, para que les proclamase: "No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo,<br />
que será para todo <strong>el</strong> pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es <strong>Cristo</strong><br />
<strong>el</strong> Señor." Y como ¡>eñaí de la certeza d<strong>el</strong> mensaje, hallarían al niño envu<strong>el</strong>to en pañales, acostado en<br />
un pesebre en B<strong>el</strong>én. Fueron aprisa y hallaron a María y José, y al Niño en <strong>el</strong> pesebre; y en cuanto<br />
hubieron visto, hicieron notorias las cosas que les habían sido dichas concernientes al Niño. Dios se<br />
había levantado testigos de entre <strong>el</strong> pueblo para que testificasen que <strong>el</strong> Mesías había nacido y se había<br />
realizado la esperanza de Isra<strong>el</strong>. Pero había algunas clases sociales entre los judíos, a las cuales los<br />
testimonios de estos humildes pastores no podrían llegar; y aun cuando hubieran podido comunicarse<br />
con <strong>el</strong>los, la historia de la visita d<strong>el</strong> áng<strong>el</strong> y d<strong>el</strong> concurso de áng<strong>el</strong>es que cantaron <strong>el</strong> hermoso himno de<br />
'en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres', indudablemente habría sido tratada como<br />
fábula de gente supersticiosa, engañada por su fértil imaginación o sueños locos. De manera que Dios<br />
preparó otra clase de testigos, los magos d<strong>el</strong> oriente, testigos que podían entrar en <strong>el</strong> palacio real d<strong>el</strong><br />
altivo rey Herodes y preguntar osadamente: '¿Donde está <strong>el</strong> rey de los judíos, que ha nacido? Porque<br />
su estr<strong>el</strong>la hemos visto en <strong>el</strong> oriente, y venimos a adorarle'—testimonio que turbó a Herodes y a toda<br />
Jerusalén con él. De manera que Dios efectivamente levantó testigos para todas las clases y situaciones<br />
de los hombres: <strong>el</strong> testimonio de ios áng<strong>el</strong>es para los pobres y humildes; <strong>el</strong> testimonio de los magos<br />
para <strong>el</strong> soberbio rey y altivos sacerdotes de Judea. De modo que de las cosas r<strong>el</strong>acionadas con <strong>el</strong><br />
nacimiento d<strong>el</strong> Mesías, así como de las que concernían a su muerte y resurrección de los muertos, sus<br />
discípulos pudieron decir: 'No se ha hecho esto en algún rincón.'"<br />
6. La fecha d<strong>el</strong> nacimiento de <strong>Cristo</strong>.—Tratando este asunto, <strong>el</strong> Dr. Charles F. Deems, después<br />
de considerar cuidadosamente las cuentas, cálculos y suposiciones de los hombres que han empleado<br />
muchos medios en sus investigaciones y sólo han llegado a resultados discordantes, <strong>el</strong> autor dice en la<br />
página 28 de su obra, The Light of the Nations: "Causa enfado ver a hombres sabios emplear <strong>el</strong> mismo<br />
método de calcular y llegar a los resultados más diversos. Es una confusión tratar de reconciliar estos<br />
cálculos tan variados." En una nota a lo anterior <strong>el</strong> mismo autor declara: '"Por ejemplo, <strong>el</strong> nacimiento<br />
de nuestro Señor aconteció en <strong>el</strong> año 1 antes de J.C. según Pearson y Hug; 2 a. de J.C. según<br />
Scalinger; 3 a. de J.C. según Baronius y Paulus; 4 a. de J.C. según Beng<strong>el</strong>, Wies<strong>el</strong>er y Gresw<strong>el</strong>l; 5 a.<br />
de J.C. según Usher y Petavius; 6 a. de J.C. según Strong, Luvin y Clark; 7 a. de J.C. según Id<strong>el</strong>er y<br />
San<strong>el</strong>emente."<br />
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