Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
LA HUIDA A EGIPTO.<br />
Frustróse la perfidia de Herodes—que consistió en dar instrucciones a los magos de volver para<br />
informarle dónde se hallaba <strong>el</strong> Infante real, falsamente declarando que también él deseaba adorarlo,<br />
mientras que en su corazón pensaba arrebatarle la vida—por motivo de la amonestación divina dada a<br />
los magos, como ya hemos indicado. Partidos <strong>el</strong>los, <strong>el</strong> áng<strong>el</strong> d<strong>el</strong> Señor le apareció a José, diciendo:<br />
"Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga;<br />
porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo." y Obedeciendo este mandamiento, José<br />
tomó a María y su Niño, y emprendió de noche <strong>el</strong> viaje a Egipto, donde la familia permaneció hasta<br />
que divinamente le fue mandado que volviera. Cuando <strong>el</strong> Rey quedó convencido de que los magos<br />
habían menospreciado sus órdenes, se enojó en extremo, y calculando la época más temprana en que<br />
pudo haber sucedido <strong>el</strong> nacimiento, según las afirmaciones de los magos sobre la aparición de la<br />
estr<strong>el</strong>la, cru<strong>el</strong>mente ordenó la matanza de "todos los niños menores de dos años que había en B<strong>el</strong>én y<br />
en todos sus alrededores". En este asesinato de los inocentes <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>ista vio <strong>el</strong> cumplimiento de la<br />
palabra d<strong>el</strong> Señor, hablada por boca de Jeremías seis siglos antes, y expresada vigorosamente en<br />
tiempo pasado como si ya se hubiera llevado a cabo: "Voz fue oída en Rama, grande lamentación,<br />
lloro y gemido; Raqu<strong>el</strong> que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque perecieron."<br />
EL NACIMIENTO DE JESÚS ES MANIFESTADO A LOS NEFITAS.<br />
Como anteriormente se ha mostrado, los profetas d<strong>el</strong> hemisferio occidental habían predicho con<br />
amplia claridad <strong>el</strong> advenimiento terrenal d<strong>el</strong> Señor, y señalado en forma particular <strong>el</strong> tiempo, lugar y<br />
circunstancias de su nacimiento.<br />
Al acercarse <strong>el</strong> tiempo, <strong>el</strong> pueblo se vio dividido por opiniones contendientes respecto de la<br />
veracidad de estas profecías, y los incrédulos intolerante y cru<strong>el</strong>mente persiguieron a aqu<strong>el</strong>los que<br />
como Zacarías, Simeón, Ana y otros justos de Palestina, habían conservado con fe y confianza su<br />
esperanza inflexible en la venida d<strong>el</strong> Señor. Samu<strong>el</strong>, un lamanita justo, bendecido con <strong>el</strong> espíritu y<br />
poder proféticos, por motivo de su fid<strong>el</strong>idad y devoción abnegada, intrépidamente proclamó que <strong>el</strong><br />
nacimiento de <strong>Cristo</strong> estaba cerca. "Y les dijo: He aquí, os doy una señal, porque han de pasar cinco<br />
años más, y he aquí entonces vendrá <strong>el</strong> Hijo de Dios para redimir a todos los que creyeren en su<br />
nombre." El profeta habló de muchas señales y maravillas que habrían de señalar <strong>el</strong> gran<br />
acontecimiento. Al pasar estos cinco años, los creyentes se tornaron más firmes y los incrédulos más<br />
violentos, hasta que llegó <strong>el</strong> último día d<strong>el</strong> período especificado; y era <strong>el</strong> que los incrédulos habían<br />
fijado, "en <strong>el</strong> cual se iba a aplicar la pena de muerte a todos los que creyeran en aqu<strong>el</strong>las tradiciones, a<br />
menos que se verificase la señal anunciada por <strong>el</strong> profeta Samu<strong>el</strong>".<br />
Nefi, otro profeta de aqu<strong>el</strong>la época, clamó al Señor con la angustia de su alma por motivo de la<br />
persecución que estaba padeciendo su pueblo. "Y he aquí, la voz d<strong>el</strong> Señor vino a él, diciendo: ¡Alza<br />
la cabeza y regocíjate, pues he aquí, <strong>el</strong> tiempo se acerca; y esta noche se dará la señal, y mañana<br />
vendré al mundo para mostrar a los hombres que he de cumplir todas las cosas que he hecho anunciar<br />
por boca de mis santos profetas! He aquí, vengo a los míos para cumplir todas las cosas que he<br />
manifestado a los hijos de los hombres desde <strong>el</strong> principio d<strong>el</strong> mundo, y para cumplir la voluntad así<br />
d<strong>el</strong> Padre como d<strong>el</strong> Hijo: d<strong>el</strong> Padre por causa de mí, y d<strong>el</strong> Hijo a causa de mi carne. He aquí, <strong>el</strong> tiempo<br />
se acerca y esta noche se dará la señal."<br />
Esa noche se cumplieron las palabras d<strong>el</strong> profeta, pues aunque <strong>el</strong> sol se puso de acuerdo con su<br />
movimiento normal, no hubo obscuridad; y a la mañana siguiente salió <strong>el</strong> sol sobre una tierra que ya<br />
estaba iluminada; un día, una noche y otro día habían sido como un solo día; y ésta no fue sino una de<br />
muchas señales. Apareció una estr<strong>el</strong>la nueva en <strong>el</strong> firmamento d<strong>el</strong> occidente tal como la habían visto<br />
los magos en <strong>el</strong> oriente; y se efectuaron muchas otras manifestaciones maravillosas, de acuerdo con las<br />
60