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Jesus el Cristo - Cumorah.org

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ceremonia misma, y sólo podían deshacerse por medio de un rito de separación semejante a un<br />

divorcio; y esto a pesar de que los esponsales no eran sino una promesa de contraer matrimonio y no<br />

<strong>el</strong> propio acto. Cuando José saludó a su desposada, después de tres meses de ausencia, se afligió en<br />

extremo al notar las manifestaciones de su maternidad futura. La ley judía disponía la canc<strong>el</strong>ación de<br />

los esponsales en una de dos maneras: por medio de un juicio y decreto públicos, o mediante un<br />

arreglo privado, para constancia d<strong>el</strong> cual se redactaba un documento y se firmaba en presencia de<br />

testigos. José era un hombre justo, cumplidor estricto de la ley, pero no extremista severo; además,<br />

amaba a María y le evitaría toda humillación innecesaria, pese a su propia tristeza y sufrimiento. La<br />

publicidad lo llenaba de horror al pensar en María, de manera que se resolvió a anular los esponsales<br />

con toda la discreción que la ley permitiera. Se hallaba afligido y perturbado por causa de lo que<br />

tendría que hacer en <strong>el</strong> asunto, "y pensando él en esto, he aquí un áng<strong>el</strong> d<strong>el</strong> Señor le apareció en<br />

sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas de recibir a María tu mujer, porque lo que en <strong>el</strong>la es<br />

engendrado, d<strong>el</strong> Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará<br />

a su pueblo de sus pecados".<br />

Grande fue <strong>el</strong> alivio que sintió José, y grande también su gozo al entender que la venida d<strong>el</strong><br />

Mesías, por tan largo tiempo anunciada, estaba cerca. Iban a cumplirse las palabras de los profetas:<br />

una virgen, para él la más estimada d<strong>el</strong> mundo, había concebido, y en su tiempo daría a luz ese bendito<br />

Hijo Emanu<strong>el</strong>, "que traducido es: Dios con nosotros". La salutación d<strong>el</strong> áng<strong>el</strong>, "José, hijo de David,"<br />

fue significativa, y la forma en que se dirigió a él, y <strong>el</strong> uso de este título real debe haber sido<br />

indicación para José de que aun cuando era descendiente de reyes, su matrimonio con María no<br />

perjudicaría su posición en la familia. José no vaciló; a fin de proveer a María toda la protección<br />

posible y establecer todo derecho legal como su guardián legítimo, se dio prisa a solemnizar <strong>el</strong><br />

matrimonio e "hizo como <strong>el</strong> áng<strong>el</strong> d<strong>el</strong> Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la<br />

conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS."<br />

La esperanza nacional de un Mesías, basada en las promesas y profecías, se había confundido en <strong>el</strong><br />

pensamiento judío por motivo de la influencia d<strong>el</strong> rabinismo con sus muchas extravagancias y su<br />

"interpretación privada", a la que <strong>el</strong> prestigio artificialmente mantenido de los expositores daba la<br />

apariencia de ser autorizada. Sin embargo, se habían subrayado ciertas condiciones, juzgadas<br />

indispensables aun por los rabinos, y de acuerdo con estas bases esenciales sería juzgada la pretensión<br />

de todo judío que declarase ser Aqu<strong>el</strong> que tanto tiempo habían esperado. Era indiscutible que <strong>el</strong><br />

Mesías habría de nacer dentro de la tribu de Judá, y d<strong>el</strong> linaje de David; y siendo de David, por fuerza<br />

sería de la descendencia de Abraham, mediante cuya posteridad, según <strong>el</strong> convenio, todas las naciones<br />

debían ser bendecidas.<br />

Hallamos en <strong>el</strong> Nuevo Testamento dos genealogías que supuestamente dan <strong>el</strong> linaje de Jesús, una<br />

en <strong>el</strong> primer capítulo d<strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io según Mateo, la otra en <strong>el</strong> tercer capítulo d<strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io según<br />

Lucas. Estas listas de progenitores contienen varias discrepancias aparentes, pero los estudios e<br />

investigaciones de los peritos en materia genealógica las han reconciliado satisfactoriamente. No se<br />

procurará hacer un análisis detallado d<strong>el</strong> asunto aquí; pero debe tenerse presente que <strong>el</strong> criterio de los<br />

investigadores concuerda en que la narración de Mateo establece <strong>el</strong> linaje real y da <strong>el</strong> orden de<br />

sucesión entre los herederos legales d<strong>el</strong> trono de David, mientras que la d<strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io según S. Lucas<br />

es una genealogía personal que indica la descendencia davídica, pero sin considerar la línea de<br />

sucesión legal al trono por medio de la primogenitura o parentesco cercano.<br />

Por otra parte, muchos consideran que la descendencia genealógica escrita por Lucas es la de<br />

María, mientras que la de Mateo es aceptada como la de José. El hecho principal que debemos<br />

recordar es que <strong>el</strong> Niño, prometido por Gabri<strong>el</strong> a María, la virgen desposada de José, habría de nacer<br />

de linaje real. La genealogía personal de José sería esencialmente la misma que la de María, pues los<br />

dos eran primos hermanos. Según Mateo, José era hijo de Jacob; e hijo de Eli, según S. Lucas; pero<br />

Jacob y Eli eran hermanos, y parece que uno de los dos fue <strong>el</strong> padre de José, y <strong>el</strong> otro, <strong>el</strong> padre de<br />

María y, consiguientemente, padre político de José. Muchas Escrituras establecen claramente que<br />

María era de la descendencia de David, pues en vista de que Jesús había de nacer de María, mas no<br />

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