Jesus el Cristo - Cumorah.org

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03.05.2015 Views

adoran para siempre jamás. Y ahora, después de los muchos testimonios que se han dado de él, este testimonio, el último de todos, es el que nosotros damos de él: |Que vive! Porque lo vimos a la diestra de Dios; y oímos la voz testificar que él es el Unigénito del Padre: que por él, y mediante él y de él los mundos son y fueron creados, y los habitantes de ellos son engendrados hijos e hijas para Dios." De esta visión siguió información adicional, visible asi como audible; y el Señor manifestó a sus siervos y proclamó en alta voz el destino de los inicuos y los rasgos característicos de los varios grados de gloria que se han dispuesto para las almas de los hombres en la otra vida. Se revelaron las distintas condiciones de honor y exaltación graduadas, correspondientes a los reinos telestial, terrestre y celestial, y la nueva luz de la sencillez y literalidad iluminó las antiguas Escrituras relacionadas con el tema." Antes que pasaran tres años y medio de su organización, la Iglesia inició la construcción del primer templo de la época moderna en Kirtland, Estado de Ohio. Se emprendió la obra para cumplir una revelación en la que el Señor exigió esta obra a su pueblo. El número de los miembros de la Iglesia era pequeño; y la gente, además de ser pobre, pasaba por una época de oposición resuelta y persecución implacable.' APARICIÓN PERSONAL DEL SEÑOR JESUCRISTO EN EL TEMPLO DE KIRTLAND. Debe entenderse que para los Santos de los Últimos Días un templo es más que una capilla, iglesia, tabernáculo, o catedral; no es un sitio para asambleas comunes, ni aun para adoración ordinaria, sino distintiva y esencialmente una Casa del Señor, un edificio consagrado para las ordenanzas del Santo Sacerdocio. El macizo y regio edificio del Templo de Kirtland aún existe; pero ya no pertenece al pueblo que lo edificó tras innumerables sacrificios de tiempo, recursos y esfuerzos durante algunos años de abnegación y padecimientos. Las piedras angulares se colocaron el 23 de julio de 1833, y la construcción terminada se dedicó el 27 de marzo de 1836. El servicio dedicatorio se convirtió en una ocasión para siempre memorable, debido a un derramamiento del Espíritu del Señor semejante al día de Pentecostés, acompañado de la presencia visible de ángeles. En la tarde del mismo día se reunieron los varios quórumes del sacerdocio en el edificio, y se presenció una manifestación mayor aún de divino poder y gloria. El día siguiente, domingo 3 de abril de 1836, después de un servicio de adoración solemne, en el cual se administró la Cena del Señor, el profeta José y su consejero, Oliverio Cowdery, se apartaron para orar detrás de los velos que cubrían la plataforma y pulpitos reservados para las autoridades presidentes del Sacerdocio de Melquisedec. Dan este testimonio solemne de la aparición del Señor Jesucristo en ese sitio y ocasión: "El velo desapareció de nuestras mentes, y los ojos de nuestro entendimiento fueron abiertos. Vimos al Señor sobre el barandal del pulpito, delante de nosotros; y debajo de sus pies había una obra pavimentada de oro puro del color del ámbar. Sus ojos eran como una llama de fuego; el cabello de su cabeza era blanco como la nieve pura; su semblante brillaba más que el resplandor del sol, y su voz era como el sonido de muchas aguas, sí, la voz de Jehová que decía: Soy el principio y el fin; soy el que vive, el que fue muerto; soy vuestro abogado con el Padre. He aquí, vuestros pecados os son perdonados; os halláis limpios delante de mí; por tanto, alzad la cabeza y regocijaos. Regocíjense los corazones de vuestros hermanos, así como los corazones de todos los de mi pueblo que con su fuerza han construido esta casa en mi nombre. Porque he aquí, he aceptado esta casa, y mi nombre estará aquí; y me manifestaré a mi pueblo en misericordia en esta casa. Sí, me revelaré a mis siervos y les hablaré por mi propia voz, si mi pueblo guarda mis mandamientos y no profana esta santa casa. Sí, los corazones de miles y decenas de miles se regocijarán en gran manera a causa de las bendiciones que han de derramarse y la investidura que mis siervos han recibido en esta casa. La fama de esta casa se extenderá hasta los países extranjeros; y éste es el principio de las bendiciones que se derramarán sobre la cabeza de los de mi pueblo. Así sea. Amén." 400

Después que el Salvador se retiró, visitaron a los dos profetas terrenales otros seres glorificados, cada uno de los cuales había ministrado sobre la tierra con carácter de siervo especialmente comisionado de Jehová, y ahora venía para conferir la autoridad de su nombramiento particular a José y Oliverio, y de este modo unir en la Iglesia restaurada de Cristo todos los poderes y autoridades de dispensaciones antiguas, lo cual señala la última y mayor dispensación de la historia. Leamos su testimonio: "Concluida esta visión, los cielos de nuevo nos fueron abiertos, y se nos manifestó Moisés, y nos entregó las llaves de la congregación de Israel de las cuatro partes de la tierra, y de la conducción de las diez tribus del país del norte. Después de esto, apareció Elias y entregó la dispensación del evangelio de Abraham, diciendo que en nosotros y en nuestra simiente todas las generaciones después de nosotros serían bendecidas. Terminada ésta, otra visión grande y gloriosa se desplegó ante nosotros; porque Elias el profeta, que fue llevado al cielo sin gustar la muerte, vino ante nosotros, y dijo: He aquí ha llegado el tiempo preciso anunciado por boca de Malaquías—el cual testificó que él (Elias) sería enviado antes que llegara el día grande y terrible del Señor, para convertir el corazón de los padres a los hijos, y de los hijos a los padres, para que el mundo entero no fuera herido con una maldición—Por tanto se entregan en vuestras manos las llaves de esta dispensación; y por esto podréis saber que el día grande y terrible del Señor está cerca, sí, a las puertas." Gloriosamente ha efectuado el Señor un cumplimiento de las promesas anunciadas por boca de sus santos profetas en edades pasadas. Se ha restaurado el evangelio con todas sus bendiciones y privilegios anteriores; conferido de nuevo el Santo Sacerdocio con la autoridad para obrar en el nombre de Dios; restablecido la Iglesia que lleva su nombre y está fundada sobre la roca de la revelación divina; y proclamado el mensaje de salvación a todas las naciones, familias, lenguas y pueblos. A pesar de la persecución, así de las turbas como la que ha sido sancionada judicialmente, no obstante los ataques, expulsiones y asesinatos, la Iglesia se ha desarrollado con maravillosa rapidez y fuerza desde el día de su organización. José y su hermano Hyrum, profeta y patriarca de la Iglesia, respectivamente, fueron cruelmente asesinados y murieron como mártires de la verdad en Carthage, Estado de Illinois, el 27 de julio de 1844. Sin embargo, el Señor levantó a otros para que los sucedieran; y el mundo aprendió en parte, y aún llegará a saber sin ninguna duda, que la Iglesia milagrosamente establecida en estos postreros días no es la Iglesia de José Smith ni de ningún otro hombre, sino verdadera y literalmente la Iglesia de Jesucristo. El Señor ha continuado revelando su voluntad por medio de profetas, videntes y reveladores que El sucesivamente ha escogido y nombrado para guiar a su pueblo; y la voz de revelación divina se escucha en la Iglesia hoy día. De acuerdo con lo estipulado en su revelado plan y constitución, la Iglesia es bendecida mediante el ministerio de profetas, apóstoles, sumos sacerdotes, patriarcas, setenas, élderes, obispos, presbíteros, maestros y diáconos. Nuevamente se disfrutan en gran abundancia los dones y bendiciones espirituales de lo pasado. Por conducto del sacerdocio restaurado se han dado al mundo nuevas Escrituras que se reiieren principalmente a üetaeres y act\\ñAaAe=, actuales relacionados con los fines de Dios, las cuales, sin embargo, iluminan y aclaran con sencillez las Escrituras antiguas; y además, en lo futuro han de conocerse otras Escrituras. Los miembros de la Iglesia unidamente proclaman: "Creemos todo lo que Dios ha revelado, todo lo que actualmente revela, y creemos que aún revelará muchos grandes e importantes asuntos pertenecientes al reino de Dios." El recogimiento predicho de Israel, de su larga dispersión, se está llevando a cabo de acuerdo con la comisión que el Señor ha dado por conducto de Moisés. El "monte de la casa de Jehová" ya se ha establecido como cabeza de montes "y correrán a él todas las naciones"; y mientras tanto los élderes de la Iglesia van entre los pueblos de la tierra proclamando: "Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová." Dentro de templos sagrados los vivos están obrando en forma vicaria en bien de los muertos; el corazón de los hijos vivientes se vuelve con tierno interés hacia sus antepasados fallecidos, mientras que las huestes de espíritus desincorporados oran a fin de que su posteridad, todavía en la carne, logre 401

Después que <strong>el</strong> Salvador se retiró, visitaron a los dos profetas terrenales otros seres glorificados,<br />

cada uno de los cuales había ministrado sobre la tierra con carácter de siervo especialmente<br />

comisionado de Jehová, y ahora venía para conferir la autoridad de su nombramiento particular a José<br />

y Oliverio, y de este modo unir en la Iglesia restaurada de <strong>Cristo</strong> todos los poderes y autoridades de<br />

dispensaciones antiguas, lo cual señala la última y mayor dispensación de la historia. Leamos su<br />

testimonio:<br />

"Concluida esta visión, los ci<strong>el</strong>os de nuevo nos fueron abiertos, y se nos manifestó Moisés, y nos<br />

entregó las llaves de la congregación de Isra<strong>el</strong> de las cuatro partes de la tierra, y de la conducción de<br />

las diez tribus d<strong>el</strong> país d<strong>el</strong> norte. Después de esto, apareció Elias y entregó la dispensación d<strong>el</strong><br />

evang<strong>el</strong>io de Abraham, diciendo que en nosotros y en nuestra simiente todas las generaciones después<br />

de nosotros serían bendecidas. Terminada ésta, otra visión grande y gloriosa se desplegó<br />

ante nosotros; porque Elias <strong>el</strong> profeta, que fue llevado al ci<strong>el</strong>o sin gustar la muerte, vino ante nosotros,<br />

y dijo: He aquí ha llegado <strong>el</strong> tiempo preciso anunciado por boca de Malaquías—<strong>el</strong> cual testificó que él<br />

(Elias) sería enviado antes que llegara <strong>el</strong> día grande y terrible d<strong>el</strong> Señor, para convertir <strong>el</strong> corazón de<br />

los padres a los hijos, y de los hijos a los padres, para que <strong>el</strong> mundo entero no fuera herido con una<br />

maldición—Por tanto se entregan en vuestras manos las llaves de esta dispensación; y por esto podréis<br />

saber que <strong>el</strong> día grande y terrible d<strong>el</strong> Señor está cerca, sí, a las puertas."<br />

Gloriosamente ha efectuado <strong>el</strong> Señor un cumplimiento de las promesas anunciadas por boca de sus<br />

santos profetas en edades pasadas. Se ha restaurado <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io con todas sus bendiciones y<br />

privilegios anteriores; conferido de nuevo <strong>el</strong> Santo Sacerdocio con la autoridad para obrar en <strong>el</strong><br />

nombre de Dios; restablecido la Iglesia que lleva su nombre y está fundada sobre la roca de la<br />

rev<strong>el</strong>ación divina; y proclamado <strong>el</strong> mensaje de salvación a todas las naciones, familias, lenguas y<br />

pueblos. A pesar de la persecución, así de las turbas como la que ha sido sancionada judicialmente, no<br />

obstante los ataques, expulsiones y asesinatos, la Iglesia se ha desarrollado con maravillosa rapidez y<br />

fuerza desde <strong>el</strong> día de su <strong>org</strong>anización. José y su hermano Hyrum, profeta y patriarca de la Iglesia,<br />

respectivamente, fueron cru<strong>el</strong>mente asesinados y murieron como mártires de la verdad en Carthage,<br />

Estado de Illinois, <strong>el</strong> 27 de julio de 1844. Sin embargo, <strong>el</strong> Señor levantó a otros para que los<br />

sucedieran; y <strong>el</strong> mundo aprendió en parte, y aún llegará a saber sin ninguna duda, que la Iglesia<br />

milagrosamente establecida en estos postreros días no es la Iglesia de José Smith ni de ningún otro<br />

hombre, sino verdadera y literalmente la Iglesia de Jesucristo. El Señor ha continuado rev<strong>el</strong>ando su<br />

voluntad por medio de profetas, videntes y rev<strong>el</strong>adores que El sucesivamente ha escogido y nombrado<br />

para guiar a su pueblo; y la voz de rev<strong>el</strong>ación divina se escucha en la Iglesia hoy día. De acuerdo con<br />

lo estipulado en su rev<strong>el</strong>ado plan y constitución, la Iglesia es bendecida mediante <strong>el</strong> ministerio de<br />

profetas, apóstoles, sumos sacerdotes, patriarcas, setenas, élderes, obispos, presbíteros, maestros y<br />

diáconos. Nuevamente se disfrutan en gran abundancia los dones y bendiciones espirituales de lo<br />

pasado. Por conducto d<strong>el</strong> sacerdocio restaurado se han dado al mundo nuevas Escrituras que se<br />

reiieren principalmente a üetaeres y act\\ñAaAe=, actuales r<strong>el</strong>acionados con los fines de Dios, las<br />

cuales, sin embargo, iluminan y aclaran con sencillez las Escrituras antiguas; y además, en lo futuro<br />

han de conocerse otras Escrituras. Los miembros de la Iglesia unidamente proclaman: "Creemos todo<br />

lo que Dios ha rev<strong>el</strong>ado, todo lo que actualmente rev<strong>el</strong>a, y creemos que aún rev<strong>el</strong>ará muchos grandes e<br />

importantes asuntos pertenecientes al reino de Dios."<br />

El recogimiento predicho de Isra<strong>el</strong>, de su larga dispersión, se está llevando a cabo de acuerdo con<br />

la comisión que <strong>el</strong> Señor ha dado por conducto de Moisés. El "monte de la casa de Jehová" ya se ha<br />

establecido como cabeza de montes "y correrán a él todas las naciones"; y mientras tanto los élderes de<br />

la Iglesia van entre los pueblos de la tierra proclamando: "Venid, y subamos al monte de Jehová, a la<br />

casa d<strong>el</strong> Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión<br />

saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová."<br />

Dentro de templos sagrados los vivos están obrando en forma vicaria en bien de los muertos; <strong>el</strong><br />

corazón de los hijos vivientes se vu<strong>el</strong>ve con tierno interés hacia sus antepasados fallecidos, mientras<br />

que las huestes de espíritus desincorporados oran a fin de que su posteridad, todavía en la carne, logre<br />

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