03.05.2015 Views

Jesus el Cristo - Cumorah.org

Jesus el Cristo - Cumorah.org

Jesus el Cristo - Cumorah.org

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

por la singularidad de sus doctrinas o plan de administración, como la metodista, presbiteriana,<br />

bautista, congregacional; pero hasta la tercera década d<strong>el</strong> siglo diecinueve no existía sobre la tierra<br />

una iglesia que afirmara llevar <strong>el</strong> nombre o título de la Iglesia de Jesucristo. La única <strong>org</strong>anización<br />

con <strong>el</strong> nombre de iglesia que en esa época existía y afirmaba tener <strong>el</strong> derecho de autoridad por<br />

sucesión era la iglesia católica, y ésta por siglos se había encontrado en una condición apóstata y<br />

completamente despojada de autoridad o aceptación divinas.<br />

Si la "madre iglesia" carece de un sacerdocio válido y se halla privada de fuerza espiritual, ¿cómo<br />

pueden sus hijas recibir de <strong>el</strong>la <strong>el</strong> derecho de oficiar en las cosas de Dios? ¿Quién osará afirmar que <strong>el</strong><br />

hombre puede originar un sacerdocio que Dios tiene la obligación de honrar y reconocer? Damos por<br />

supuesto <strong>el</strong> hecho de que los hombres pueden instituir, y por cierto instituyen entre sí sociedades,<br />

asociaciones, sectas y aun "iglesias", si así desean llamar sus <strong>org</strong>anizaciones, aceptamos que pueden<br />

prescribir reglas, redactar leyes y formular planes de operación, disciplina y gobierno, y que todas<br />

estas leyes, reglamentos y sistemas de administración surten sus efectos en aqu<strong>el</strong>los que se hacen<br />

miembros. Pero aun reconociéndoles todos estos derechos y facultades, ¿de dónde pueden obtener la<br />

autoridad d<strong>el</strong> santo sacerdocio, sin <strong>el</strong> cual no puede haber Iglesia de <strong>Cristo</strong>?<br />

Muchos eminentes y concienzudos representantes de las varias iglesias, y aun las propias iglesias,<br />

en calidad de instituciones, han admitido la condición apóstata de la cristiandad. Hasta la Iglesia<br />

Anglicana reconoce este lamentable hecho en su declaración oficial de degeneración, que en su<br />

Homilía contra los p<strong>el</strong>igros de la idolatría, expresa en los siguientes términos:<br />

"De manera que, legos y clero, doctos e indoctos, todas las edades, sectas y clases de hombres,<br />

mujeres y niños de toda la cristiandad—cosa terrible y horrorosa en qué pensar—se han hundido a un<br />

mismo tiempo en una idolatría abominable, de todos los vicios <strong>el</strong> más detestable ante Dios y <strong>el</strong> más<br />

reprensible para <strong>el</strong> hombre; y esto tiene más de ochocientos años de estar así."<br />

No lleguemos a la conclusión de que durante esta noche de apostasía universal, aun cuando larga y<br />

tenebrosa, Dios se olvidó d<strong>el</strong> mundo. El género humano nunca ha quedado enteramente abandonado a<br />

su propia cuenta. El Espíritu de Dios estuvo obrando hasta <strong>el</strong> grado que se lo permitió la incredulidad<br />

d<strong>el</strong> hombre. Juan <strong>el</strong> apóstol y los tres discípulos nefitas 1 estuvieron ejerciendo su ministerio entre los<br />

hombres, aunque sin ser conocidos. Sin embargo, durante los siglos de tinieblas espirituales los<br />

hombres vivieron y murieron sin <strong>el</strong> ministerio de un apóstol, profeta, élder, obispo, presbítero, maestro<br />

o diácono contemporáneo. La forma de piedad que existía en las iglesias establecidas por manos<br />

humanas carecía de poder divino. Plenamente había llegado <strong>el</strong> tiempo previsto por <strong>el</strong> apóstol<br />

inspirado—de que <strong>el</strong> género humano en general se negaría a escuchar la sana doctrina, antes teniendo<br />

comezón de oír, se amontonaría maestros conforme a sus propias concupiscencias—y verdaderamente<br />

la humanidad había apartado sus oídos de la verdad para seguir en pos de las fábulas." En la primera<br />

parte d<strong>el</strong> siglo diecinueve se vio <strong>el</strong> cumplimiento total de las condiciones predichas por boca d<strong>el</strong><br />

profeta Amos: "He aquí vienen días, dice Jehová <strong>el</strong> Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no<br />

hambre de pan, ni sed de agua, sino de oir la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde <strong>el</strong><br />

norte hasta <strong>el</strong> oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán."<br />

Durante <strong>el</strong> período de la apostasía fueron cerradas las ventanas de los ci<strong>el</strong>os que daban hacia <strong>el</strong><br />

mundo, y con <strong>el</strong>lo quedó interrumpida toda rev<strong>el</strong>ación directa de Dios, y particularmente cualquier<br />

manifestación personal o teofanía de <strong>Cristo</strong>. El género humano había cesado de conocer a Dios, y<br />

tapado con un manto de misterio y fantasía las palabras de los profetas y apóstoles que lo conocieron<br />

en la antigüedad, por lo que se dejó de creer en la existencia d<strong>el</strong> Dios verdadero y viviente; y en su<br />

lugar los sectarios intentaron concebir un ser incomprensible, desprovisto de "cuerpo, partes o<br />

pasiones", en una palabra, una nada inmaterial.<br />

Se había decretado en los concilios c<strong>el</strong>estiales, sin embargo, que después de muchos siglos de<br />

tenebrosa ignorancia, <strong>el</strong> mundo nuevamente habría de ser iluminado por la luz de la verdad. Mediante<br />

la operación d<strong>el</strong> genio de la int<strong>el</strong>igencia, que es <strong>el</strong> Espíritu de Verdad, <strong>el</strong> alma de la raza humana había<br />

estado pasando por una preparación, semejante al campo que es arado profundamente, para que de<br />

389

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!