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Jesus el Cristo - Cumorah.org

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OTRAS MANIFESTACIONES DEL SEÑOR RESUCITADO EN GALILEA.<br />

Jesús había designado cierto monte en Galilea donde habría de reunirse con sus apóstoles, y allí se<br />

dirigieron los Once. Cuando lo vieron en <strong>el</strong> lugar señalado, lo adoraron. El evang<strong>el</strong>ista nos informa<br />

que "algunos dudaban", de lo cual se puede inferir que se hallaban presentes otros, además de los<br />

apóstoles, entre quienes había algunos que no estaban convencidos de la real corporeidad d<strong>el</strong> <strong>Cristo</strong><br />

resucitado. Esta pudo haber sido la ocasión acerca de la que <strong>el</strong> apóstol Pablo escribió unos veinticinco<br />

años después, en donde afirma que <strong>el</strong> Señor "apareció a más d!e quinientos hermanos a la vez", de los<br />

cuales, aunque algunos ya habían fallecido, la mayoría de <strong>el</strong>los todavía eran testigos vivientes d<strong>el</strong><br />

testimonio de Pablo en esa época."<br />

A los que estaban reunidos en <strong>el</strong> monte, Jesús declaró: "Toda potestad me es dada en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o y en<br />

la tierra." Esto no pudo entenderse o interpretarse como otra cosa sino la afirmación de su divinidad<br />

absoluta. Su autoridad era suprema, y aqu<strong>el</strong>los a quienes El comisionara obrarían en su nombre, y por<br />

un poder que nadie podría conferir o quitar.<br />

LA COMISIÓN FINAL Y LA ASCENSIÓN.<br />

Durante cuarenta días después de su resurrección, <strong>el</strong> Señor se manifestó periódicamente a los<br />

apóstoles—individualmente a algunos, y a todos <strong>el</strong>los como cuerpo—y les dio instrucciones "acerca<br />

d<strong>el</strong> reino de Dios". Los evang<strong>el</strong>ios no siempre precisan <strong>el</strong> tiempo y lugar de determinados<br />

acontecimientos, pero no hay razón para dudar d<strong>el</strong> objeto de las instrucciones d<strong>el</strong> Señor durante este<br />

período. Mucho de lo que dijo e hizo no está escrito. Pero las cosas que sí se escribieron, como nos lo<br />

asegura Juan, "se han escrito para que creáis que Jesús es <strong>el</strong> <strong>Cristo</strong>, <strong>el</strong> Hijo de Dios y que para que<br />

creyendo, tengáis vida en su nombre".<br />

Al acercarse <strong>el</strong> momento de su ascensión, <strong>el</strong> Señor dijo a los once apóstoles: "Id por todo <strong>el</strong> mundo<br />

y predicad <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo, mas <strong>el</strong> que no<br />

creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera<br />

demonios, hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no<br />

les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán." AI contrario de su comisión anterior,<br />

en virtud de la cual fueron enviados únicamente "a las ovejas perdidas de la casa de Isra<strong>el</strong>", 11 ahora<br />

debían ir a los judíos y gentiles, esclavos y libres: al género humano en general, sin consideración a su<br />

país, nación o lengua. La salvación—mediante la fe en Jesús <strong>el</strong> <strong>Cristo</strong>, acompañada d<strong>el</strong><br />

arrepentimiento y <strong>el</strong> bautismo—habría de ser ofrecida gratuitamente a todos; de allí en ad<strong>el</strong>ante <strong>el</strong><br />

menosprecio de esa oferta traería la condenación. Se prometió que "estas señales" y milagros "seguirán<br />

a los que creen", a fin de confirmar su fe en <strong>el</strong> poder divino; pero en ningún sentido quedó<br />

indicado que estas manifestaciones habrían de anteceder la fe, como señu<strong>el</strong>os para entrampar al<br />

crédulo buscador de señales.<br />

Asegurando a los apóstoles, una vez más, que se cumpliría la promesa d<strong>el</strong> Padre mediante la<br />

venida d<strong>el</strong> Espíritu Santo, <strong>el</strong> Señor les dio instrucciones de permanecer en Jerusalén, a donde habían<br />

vu<strong>el</strong>to de Galilea, hasta que fueran "investidos de poder desde lo alto"; y entonces añadió: "Porque<br />

Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con <strong>el</strong> Espíritu Santo dentro de no<br />

muchos días."<br />

En <strong>el</strong> curso de esa última y solemne entrevista, y probablemente mientras <strong>el</strong> Señor resucitado se<br />

alejaba de la ciudad con los Once hacia <strong>el</strong> familiar paraje sobre <strong>el</strong> Monte de los Olivos, los hermanos,<br />

imbuidos aún en <strong>el</strong> concepto de que <strong>el</strong> reino de Dios habría de ser una institución terrenal de poder y<br />

dominio, le preguntaron: "Señor, ¿restaurarás <strong>el</strong> reino a Isra<strong>el</strong> en este tiempo?" Jesús respondió: "No<br />

os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que <strong>el</strong> Padre puso en su sola potestad; pero<br />

recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros <strong>el</strong> Espíritu Santo, y me seréis testigos en<br />

Jerusalén, en toda Judea, en Samaría, y hasta lo último de la tierra." p Precisó y recalcó sus deberes en<br />

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