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Jesus el Cristo - Cumorah.org

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imponer la sentencia de muerte a ninguno.'-—Talmud Bab. 'De la idolatría' 1:8. 'La sentencia de<br />

muerte puede pronunciarse sólo mientras <strong>el</strong> Sanedrín efectúe sus sesiones en <strong>el</strong> lugar señalado.'—<br />

Maimonides, 14. Véase además Lev. 21:10; también compárese con 10:6. 'Absu<strong>el</strong>van o condenen los<br />

jueces, cada cual por tumo.'—Misna, San. 15:5. 'Los miembros d<strong>el</strong> Sanedrín se sentaban en<br />

semicírculo, al extremo d<strong>el</strong> cual se colocaba un secretario cuyo deber consistía en llevar cuenta de los<br />

votos. Uno de estos secretarios contaba los votos a favor d<strong>el</strong> acusado, <strong>el</strong> otro los votos en contra de<br />

él.'—Misna, San. 4:3. 'En los casos ordinarios ios jueces votaban según su antigüedad, comenzando<br />

por los mayores: en una ofensa capital, se invertía <strong>el</strong> orden.'—Benny, pág. 73.<br />

"Punto undécimo: Los miembros d<strong>el</strong> Gran Sanedrín carecían de competencia legal para juzgar a<br />

Jesús. 'Tampoco debe haber en <strong>el</strong> asiento judicial ningún pariente, ni amigo particular, ni enemigo, d<strong>el</strong><br />

acusado o d<strong>el</strong> acusador.'—Mend<strong>el</strong>sohn, pág. 108. 'Por ninguna circunstancia se permitía que un<br />

hombre, de quien se supiera que sentía enemistad hacia <strong>el</strong> acusado, ocupara una posición entre los<br />

jueces.''— Benny, pág 37.<br />

"Punto duodécimo: La condenación de Jesús fue ilegal porque no se consideraron los méritos de<br />

la defensa. 'Tú inquirirás, y buscarás y preguntarás con diligencia.'—Deut. 13:14 'Los jueces<br />

considerarán <strong>el</strong> asunto con sinceridad de conciencia.'—Misna, San. 4:5. 'El principal objeto d<strong>el</strong><br />

sistema judicial hebreo consistía en impedir que una persona inocente fuese declarada culpable. Toda<br />

la ingeniosidad de los legistas judíos tenía como fin la consecución de este propósito.'Benny, pág. 56."<br />

Se recomiendan al investigador las eruditas declaraciones de los hechos y argumentos de Chandler<br />

sobre cada uno de los puntos anteriores. El autor de referencia declara sucintamente: "No hallamos en<br />

las páginas de la historia humana un ejemplo más palpable de asesinato judicial que <strong>el</strong> juicio y<br />

crucifixión de Jesús de Nazaret, por la sencilla razón de que se violó todo procedimiento legal y fue<br />

hollado bajo los pies en <strong>el</strong> enjuiciamiento que se instituyó contra El." (pág. 216)<br />

5. "Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos."-—Eder-sheim (tomo 2, pág. 578)<br />

comenta muy eficazmente en las siguientes palabras la admisión de responsabilidad por la muerte de<br />

<strong>Cristo</strong>: "La Misna nos dice que después d<strong>el</strong> solemne lavamiento de manos de los ancianos y su<br />

repudiación d<strong>el</strong> pecado, los sacerdotes contestaban con esta oración: 'Perdónalo entre tu pueblo Isra<strong>el</strong>,<br />

al cual Tú has redimido, oh Señor, y no imputes sangre inocente a tu pueblo Isra<strong>el</strong>.' Pero aquí,<br />

respondiendo a las palabras de Pilato, se oyó este fuerte y ronco grito: 'Su sangre sea sobre nosotros,<br />

y—¡Dios nos libre!— sobre nuestros hijos.' Unos treinta años después y precisamente en ese mismo<br />

sitio, se pronunció juicio contra algunos de los más distinguidos de Jerusalén; y entre las 3.600<br />

víctimas de la furia d<strong>el</strong> gobernador, de los cuales no pocos fueron azotados y crucificados a un lado<br />

d<strong>el</strong> pretorio, hubo muchos de los ciudadanos más nobles de Jerusalén. (Wars of the ]ews, por Josefo,<br />

xiv, cap. 8:9) Pocos años después los cuerpos quebrantados de los judíos colgaban de cientos de cruces<br />

erguidas, plenamente visibles desde Jerusalén. Y parece que este pueblo errante ha seguido<br />

soportando, de siglo en siglo y de tierra en tierra, esa carga de sangre, la cual todavía parece descansar<br />

pesadamente sobre nosotros y nuestros hijos.'"<br />

6. "No tenemos más rey que César."—Con tal afirmación, <strong>el</strong> judaismo, por boca de sus<br />

representantes, incurrió en <strong>el</strong> pecado de negar a Dios, blasfemar y apostatar. Cometió suicidio; y<br />

desde esa época y día, su cuerpo muerto ha sido llevado y exhibido de un país a otro, siglo tras siglo, y<br />

permanecerá muerto hasta que venga por segunda vez Aqu<strong>el</strong> que es la resurrección y la vida."—<br />

Edersheim, tomo 2, pág. 581.<br />

7. La causa fundamental de la transigencia de Pilato ante las demandas de los judíos.—Pilato<br />

sabía lo que debía hacer, pero le faltó la fuerza moral para llevarlo a efecto. Temía a los judíos, pero<br />

no tanto como las influencias hostiles en Roma. Su conciencia le infundía miedo, pero más lo<br />

atemorizaba la posibilidad de perder su posición oficial. La política de Roma consistía en tratar con<br />

tolerancia y consideración las r<strong>el</strong>igiones y costumbres sociales de las naciones conquistadas. Poncio<br />

Pilato había violado este régimen liberal desde los primeros días de su procuraduría. Despreciando en<br />

forma completa la antipatía de los hebreos hacia las imágenes e insignias paganas, mandó que los<br />

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