You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
y sin embargo, afirmó su disposición, sin amedrentarse, de andar aun por esa tenebrosa vía, más bien<br />
que separarse de su Señor. No podemos dudar la sinceridad d<strong>el</strong> propósito de Pedro ni la determinación<br />
de su deseo en ese momento. En su intrépida declaración, sin embargo, había contado únicamente con<br />
la voluntad de su espíritu, y no había considerado en forma completa la debilidad de su carne. Jesús,<br />
que conocía a Pedro mejor que éste se conocía a sí mismo, tiernamente reprobó su desmedida<br />
confianza en sí mismo, y le dijo: "Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como<br />
a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vu<strong>el</strong>to, confirma a tus hermanos." El<br />
principal de los apóstoles, <strong>el</strong> hombre de piedra todavía tenía que ser convertido, o como más<br />
precisamente lo dice la Escritura "vu<strong>el</strong>to"; 0 porque tal como <strong>el</strong> Señor lo previo, Pedro iba a ser<br />
vencido en breve, aun al grado de negar que conocía a <strong>Cristo</strong>. Cuando aquél firmemente declaró su<br />
disposición de seguir a Jesús hasta la cárc<strong>el</strong> o la muerte, <strong>el</strong> Señor lo hizo callar, diciéndole: "Pedro, te<br />
digo que <strong>el</strong> gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces."<br />
Era necesario preparar a los apóstoles para hacer frente a un nuevo régimen, nuevas condiciones y<br />
nuevas exigencias; los esperaban persecuciones, y en breve iban a ser privados de la presencia<br />
alentadora d<strong>el</strong> Maestro. Jesús les preguntó: "Cuando os envié sin bolsa, sin alforja, y sin calzado, ¿os<br />
faltó algo? Ellos dijeron: Nada. Y les dijo: Pues ahora, <strong>el</strong> que tiene bolsa, tóm<strong>el</strong>a, y también la alforja;<br />
y <strong>el</strong> que no tiene espada, venda su capa y compre una. Porque os digo que es necesario que se cumpla<br />
todavía en mí aqu<strong>el</strong>lo que está escrito: Y fue contado con los inicuos; porque lo que está escrito de mí,<br />
tiene cumplimiento." De acuerdo con esta profecía, Jesús pronto iba a ser contado con los transgresores,<br />
d y sus discípulos serían conocidos como partidarios de un criminal ejecutado. Al oír hablar de<br />
bolsa, alforja, zapatos y espada, algunos de los hermanos lo tomaron en forma literal, y declararon:<br />
"Señor, aquí hay dos espadas." Con abrupta finalidad Jesús respondió: "Basta." Ninguna necesidad<br />
inmediata de armas les había indicado, y ciertamente no las necesitaba para su propia defensa. Una<br />
vez más les había sido imposible sondar su significado, pero más tarde aprenderían por medio de la<br />
experiencia.<br />
Únicamente Juan, de todos los escritores evangélicos, nos proporciona la información que tenemos<br />
concerniente al último discurso que Jesús comunicó a los apóstoles antes de su crucifixión; y<br />
aconsejaríamos que todo lector estudiara cuidadosamente los tres capítulos en que se preservan estas<br />
sublimes palabras para <strong>el</strong> alumbramiento d<strong>el</strong> género humano.' Notando la tristeza de los Once, <strong>el</strong><br />
Maestro les dijo que se animaran, que fundaran su aliento y esperanza en la fe en El. "No se turbe<br />
vuestro corazón—les dijo—creéis en Dios, creed también en mí." Entonces, como si estuviera<br />
descorriendo <strong>el</strong> v<strong>el</strong>o entre lo terrenal y lo c<strong>el</strong>estial, permitiendo que sus fi<strong>el</strong>es siervos vislumbraran las<br />
futuras condiciones, continuó: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo<br />
hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré<br />
otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde<br />
voy, y sabéis <strong>el</strong> camino."" Así fue como en lenguaje sencillo y claro <strong>el</strong> Señor rev<strong>el</strong>ó la existencia de<br />
condiciones graduadas en la otra vida, y la variedad de ocupaciones y grados de gloria, lugar y<br />
categoría en los mundos eternos. 11 Había afirmado su propia Divinidad inherente, y por medio de la<br />
confianza que manifestaran en El y la obediencia a sus requerimientos, <strong>el</strong>los encontrarían la manera de<br />
seguirlo al lugar donde iba a precederlos. Tomás, <strong>el</strong> amoroso, valiente, aunque algo incrédulo<br />
discípulo, deseando información más precisa, optó por preguntar: "Señor, no sabemos a dónde vas;<br />
¿cómo, pues, podemos saber <strong>el</strong> camino?" La respuesta de Jesús fue una reafirmación de su Divinidad:<br />
"Yo soy <strong>el</strong> camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis,<br />
también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto."<br />
Aquí lo interrumpió F<strong>el</strong>ipe con esta solicitud: "Señor, muéstranos <strong>el</strong> Padre, y nos basta." Jesús<br />
contestó con una sentimental y subentendida reprensión: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros,<br />
y no me has conocido, F<strong>el</strong>ipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú:<br />
Muéstranos <strong>el</strong> Padre?" Lo afligía pensar que sus amigos más íntimos y queridos sobre la tierra,<br />
aqu<strong>el</strong>los a quienes había conferido la autoridad d<strong>el</strong> Santo Sacerdocio, todavía no entendieran su<br />
unidad absoluta con <strong>el</strong> Padre, en cuanto a propósitos y hechos. Si <strong>el</strong> Padre Eterno hubiera estado entre<br />
316