03.05.2015 Views

Jesus el Cristo - Cumorah.org

Jesus el Cristo - Cumorah.org

Jesus el Cristo - Cumorah.org

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

LA ORDENANZA DEL LAVAMIENTO DE LOS PIES.<br />

Levantándose de la mesa, <strong>el</strong> Señor se quitó la ropa exterior y se ciñó con una toalla que usó como<br />

d<strong>el</strong>antal; entonces, habiendo puesto agua en un lebrillo, se arrodilló d<strong>el</strong>ante de cada uno de los Doce<br />

por turno, le lavó los pies y los secó con la toalla. Cuando llegó a Pedro, este impulsivo apóstol<br />

protestó, diciendo: "Señor, ¿tú me lavas los pies?" Las palabras d<strong>el</strong> Señor a Pedro manifiestan que <strong>el</strong><br />

acto representaba algo más que simplemente un servicio de comodidad personal, más que una lección<br />

objetiva sobre la humildad: "Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después."<br />

Insensible al significado, Pedro se opuso con más vehemencia y dijo: "No me lavarás los pies jamás."<br />

Jesús le respondió: "Si no te lavare, no tendrás parte conmigo." Entonces, con mayor impetuosidad<br />

aún, Pedro imploró, extendiéndole ambos pies y manos: "Señor, no sólo mi pies, sino también las<br />

manos y la cabeza." De un extremo había pasado al otro, insistiendo, aunque ignorante e<br />

irreflexivamente, en que aqu<strong>el</strong>lo se hiciera según su manera, sin comprender todavía que la ordenanza<br />

debía administrarse en la forma en que <strong>el</strong> Señor lo dispusiera. Corrigiendo nuevamente las buenas pero<br />

voluntariosas intenciones de su siervo, Jesús le dijo: "El que está lavado, no necesita sino lavarse los<br />

pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos." Cada uno de <strong>el</strong>los había sido<br />

sumergido en las aguas d<strong>el</strong> bautismo; <strong>el</strong> lavamiento de los pies era una de las ordenanzas<br />

correspondientes al Santo Sacerdocio, cuyo significado completo todavía les faltaba aprender.<br />

Habiendo repuesto su ropa y vu<strong>el</strong>to a su lugar en la mesa, Jesús recalcó <strong>el</strong> significado de lo que<br />

había hecho, diciendo: "Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien porque lo soy. Pues si yo,<br />

<strong>el</strong> Señor y Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los<br />

otros Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto<br />

de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni <strong>el</strong> enviado es mayor que <strong>el</strong> que le envió. Si<br />

sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis."<br />

EL SACRAMENTO DE LA CENA DEL SEÑOR.<br />

Estando Jesús sentado todavía en la mesa con los Doce, tomó una pieza de pan y, habiendo<br />

reverentemente dado gracias, la santificó con una bendición y dio una porción a cada uno de<br />

los apóstoles, diciendo: "Tomad, comed; esto es mi cuerpo"; o como leemos en S. Lucas: "Esto es mi<br />

cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí." Entonces, tomando un a copa de<br />

vino, dio gracias, lo bendijo y dio a <strong>el</strong>los con este mandamiento: "Bebed de <strong>el</strong>la todos; porque esto es<br />

mi sangre d<strong>el</strong> nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Y os digo que<br />

desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aqu<strong>el</strong> día en que lo beba de nuevo con<br />

vosotros en <strong>el</strong> reino de mi Padre." En esta manera, sencilla pero impresionante, se instituyó la<br />

ordenanza que desde entonces se conoce como <strong>el</strong> Sacramento de la Cena d<strong>el</strong> Señor. El pan y <strong>el</strong> vino,<br />

debidamente consagrados mediante la oración, llegan a ser los emblemas d<strong>el</strong> cuerpo y la sangre d<strong>el</strong><br />

Señor, los cuales se han de comer y beber reverentemente, y en memoria de El.<br />

Más tarde se rev<strong>el</strong>aron al apóstol Pablo los hechos r<strong>el</strong>acionados con la institución de este rito<br />

sagrado, cuyo testimonio respecto de su establecimiento y santidad concuerda con la narración de los<br />

escritores evangélicos. 11 Como se verá más ad<strong>el</strong>ante, <strong>el</strong> Señor instituyó la ordenanza entre los nefitas<br />

sobre <strong>el</strong> continente occidental, y también se ha restablecido en la dispensación actual/ Durante los<br />

siglos en que las tinieblas de la apostasía cubrieron la tierra, se introdujeron cambios desautorizados<br />

en la administración de este sacramento, y se promulgaron muchas falsas doctrinas respecto de su<br />

significado y efectos.<br />

314

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!