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subdivisión más diminuta. Ahora llegaba este fariseo para preguntar cuál de todos estos requisitos era<br />
<strong>el</strong> mayor. q Amar a Dios con todo <strong>el</strong> corazón, alma y mente significa servirlo y guardar todos sus<br />
mandamientos. Amar al prójimo como a uno mismo significa ser su hermano en la acepción más<br />
extensa, y a la vez más exacta, de la palabra. Por tanto <strong>el</strong> mandamiento de amar a Dios y al hombre es<br />
mayor que todos, por motivo de la sencilla y matemática verdad de que <strong>el</strong> todo es mayor que<br />
cualquiera de sus partes. ¿Qué necesidad habría d<strong>el</strong> decálogo si <strong>el</strong> género humano obedeciera este<br />
primero y grande mandamiento que todo lo comprende? La respuesta d<strong>el</strong> Señor a la pregunta fue<br />
convincente aun al erudito escriba que había hablado por sus compañeros farisaicos. El hombre tuvo la<br />
honradez suficiente para admitir la justicia y prudencia en que se basó la contestación, e<br />
impulsivamente manifestó su aprobación, diciendo: "Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es<br />
Dios, y no hay otro fuera de él; y <strong>el</strong> amarle con todo <strong>el</strong> corazón, con todo <strong>el</strong> entendimiento, con toda <strong>el</strong><br />
alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos<br />
y sacrificios." Jesús obró con igual prontitud que <strong>el</strong> bien intencionado escriba, reconociendo <strong>el</strong> mérito<br />
en la declaración de un contrario, y comunicó al hombre estas palabras alentadoras: "No estás lejos d<strong>el</strong><br />
reino de Dios." Al respecto de que si <strong>el</strong> escriba permaneció firme en su propósito y finalmente logró la<br />
entrada en esa morada bendita, la narración bíblica nada dice.<br />
JESÚS SE TORNA INQUISIDOR.<br />
Saduceos, herodianos, fariseos, intérpretes de la ley y escribas, todos a su vez fueron<br />
desconcertados y derrotados en sus esfuerzos de confundir a Jesús en asuntos de doctrina o práctica, y<br />
fracasaron por completo en provocarlo a decir o hacer cosa alguna de que pudieran acusarlo<br />
legalmente. Habiendo dejado callados en forma tan eficaz a todos los que habían entablado un debate<br />
con El, bien con intenciones ocultas o manifiestas, y a tal grado que "ya ninguno osaba preguntarle",<br />
Jesús a su vez se convirtió en agresivo interrogante. Volviéndose a los fariseos que se habían juntado a<br />
fin de poder consultar más fácilmente entre sí, Jesús inició <strong>el</strong> siguiente coloquio: "¿Qué pensáis d<strong>el</strong><br />
<strong>Cristo</strong>? ¿De quién es hijo? Le dijeron: De David. El les dijo: ¿Pues cómo David en <strong>el</strong> Espíritu le llama<br />
Señor, diciendo: Dijo <strong>el</strong> Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por<br />
estrado de tus pies? Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo." El jubiloso y ensalzador himno<br />
de alabanza citado por <strong>el</strong> Señor—cuya letra, como lo afirma S. Marcos, Jesús dijo haber sido inspirada<br />
por <strong>el</strong> Espíritu Santo— se refería al salmo mesiánico 8 en <strong>el</strong> cual <strong>el</strong> real cantor reiteró su propio<br />
homenaje reverente y alabó <strong>el</strong> glorioso reinado d<strong>el</strong> prometido Rey de reyes, categóricamente llamado<br />
en <strong>el</strong> cántico "sacerdote para siempre según <strong>el</strong> orden de M<strong>el</strong>quisedec". 1 Aun cuando la pregunta<br />
inesperada confundió a los eruditos judíos, no vemos en <strong>el</strong>la ninguna dificultad inexplicable, ya que<br />
para nosotros—sin <strong>el</strong> prejuicio de éstos que vivían esperando a un Mesías que habría de ser hijo de<br />
David sólo en cuestión de descendencia familiar y sucesión real en <strong>el</strong> esplendor d<strong>el</strong> gobierno<br />
temporal—la eterna divinidad d<strong>el</strong> Mesías es un hecho demostrado e incontrovertible. Jesús <strong>el</strong> <strong>Cristo</strong> es<br />
Hijo de David según <strong>el</strong> linaje físico a través d<strong>el</strong> cual Jesús, así como David, son hijos de Jacob,<br />
Abraham y Adán. Pero si bien es cierto que Jesús nació en la carne en un época posterior conocida<br />
como "<strong>el</strong> meridiano de los tiempos", El ya era Jehová, Señor y Dios, antes que David Abraham y<br />
Adán fueran conocidos en la tierra.<br />
LOS IMPÍOS ESCRIBAS Y FARISEOS SON DENUNCIADOS.<br />
La censura final d<strong>el</strong> sistema farisaico, por parte d<strong>el</strong> Señor, junto con la reprobación de sus<br />
indignos representantes hizo más memorable y amarga la humillante derrota de los fariseos.<br />
Dirigiéndose principalmente a los discípulos, pero hablando a oídos de la multitud, llamó la atención<br />
de todos a los escribas y fariseos, quienes, como El lo indicó, ocupaban la cátedra de Moisés en<br />
calidad de expositores doctrinales y administradores oficiales de la ley, motivo por <strong>el</strong> cual sus<br />
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