03.05.2015 Views

Jesus el Cristo - Cumorah.org

Jesus el Cristo - Cumorah.org

Jesus el Cristo - Cumorah.org

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ZAQUEO, ¡EFE DE LOS PUBLÍCANOS.<br />

Jericó era una ciudad de importancia considerable y contaba, entre sus oficiales residentes, a un<br />

cuerpo de publícanos o cobradores de impuestos, cuyo jefe, Zaqueo, 5 se había hecho rico con los<br />

ingresos que percibía en su puesto. Indudablemente había oído d<strong>el</strong> gran Galileo que no ponía reparo a<br />

asociarse con los publícanos, a pesar de que éstos eran tan despreciados por los judíos en general;<br />

quizá también estaba enterado de que Jesús había colocado a un publicano entre los discípulos más<br />

prominentes. El propio nombre de Zaqueo indica que era judío, pues Zaqueo es un derivado de<br />

"Zacarías", con terminación griega o latina; y su propio pueblo debe haber sentido particular antipatía<br />

hacia él por motivo de su <strong>el</strong>evada posición entre los publícanos, todos los cuales eran empleados de<br />

los romanos. Este hombre tenía un fuerte deseo de ver a Jesús, no simplemente por curiosidad, pues<br />

las cosas que había oído acerca de este Maestro de Nazaret lo habían impresionado y puesto a pensar.<br />

Sin embargo, Zaqueo, siendo de estatura pequeña, ordinariamente no podía ver sobre la cabeza de los<br />

demás; de modo que corrió ad<strong>el</strong>ante de la compañía y subió a un árbol al lado d<strong>el</strong> camino. Cuando<br />

Jesús llegó al sitio, asombró en gran manera al hombre subido en <strong>el</strong> árbol. Miró hacia donde estaba, y<br />

le dijo: "Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa." Este<br />

inmediatamente se bajó, y lleno de gozo recibió al Señor en calidad de huésped. La multitud que<br />

acompañaba a Jesús parece haber sido generalmente amistosa hacia El, pero al ver lo anterior, la gente<br />

murmuró y criticó, diciendo que <strong>el</strong> Maestro "había entrado a posar con un hombre pecador"; porque a<br />

los ojos de los judíos todos los publícanos eran pecadores, y Zaqueo admitía que <strong>el</strong> oprobio que<br />

sentían hacia él probablemente era merecido.<br />

Habiendo visto a Jesús y conversado con El, este jefe de los publícanos creyó y se convirtió. Como<br />

prueba d<strong>el</strong> cambio que había ocurrido en su corazón, Zaqueo allí mismo prometió voluntariamente al<br />

Señor que haría cualquier reintegro o restitución necesarios. "He aquí, Señor, la mitad de mis bienes<br />

doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devu<strong>el</strong>vo cuadruplicado." Estas eran obras<br />

dignas de arrepentimiento. El hombre comprendía que no podía remediar su pasado, pero sabía que<br />

podía expiar en parte algunos de sus malos hechos. Su promesa de restaurar por cuadruplicado lo que<br />

_ hubiese adquirido ilegalmente concordaba con la ley mosaica sobre la restitución, pero sobrepujaba<br />

la recompensa requerida. k Jesús aceptó la confesión de arrepentimiento de Zaqueo, y dijo: "Hoy ha<br />

venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham." Otra oveja perdida había<br />

vu<strong>el</strong>to al redil; se había recuperado otro tesoro perdido; había regresado a la casa d<strong>el</strong> Padre otro hijo<br />

reb<strong>el</strong>de. 1 "Porque <strong>el</strong> Hijo d<strong>el</strong> Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido."<br />

"A TODO AQUEL QUE TIENE SE LE DARÁ.<br />

Al acercarse la multitud a Jerusalén, Jesús entre <strong>el</strong>los, empezaron a aumentar las conjeturas acerca<br />

de lo que <strong>el</strong> Señor haría cuando llegara a la capital de la nación. Muchos de los que lo acompañaban<br />

esperaban una proclamación de su autoridad real, y "pensaban que <strong>el</strong> reino de Dios se manifestaría<br />

inmediatamente". Jesús entonces les r<strong>el</strong>ató lo que conocemos como la Parábola de las Diez Minas:<br />

"Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. Y llamando a diez siervos<br />

suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo. Pero sus conciudadanos le<br />

aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros.<br />

Aconteció que vu<strong>el</strong>to él, después de recibir <strong>el</strong> reino, mandó llamar ante él a aqu<strong>el</strong>los siervos a los<br />

cuales había dado <strong>el</strong> dinero, para saber lo que había negociado cada uno. Vino <strong>el</strong> primero, diciendo:<br />

Señor, tu mina ha ganado diez minas. El le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido<br />

fi<strong>el</strong>, tendrás autoridad sobre diez ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco<br />

minas. Y también a este dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, aquí<br />

está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañu<strong>el</strong>o; porque tuve miedo de ti, por cuanto eres<br />

hombre severo, que tomas lo que no pusiste y siegas lo que no sembraste. Entonces él le dijo: Mal<br />

269

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!