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Según las tradiciones, se fijó la duración de la fiesta en ocho días, en conmemoración de un milagro<br />
legendario mediante <strong>el</strong> cual <strong>el</strong> aceite consagrado de la única bot<strong>el</strong>la que encontraron indemne, y sobre<br />
la cual se hallaba <strong>el</strong> s<strong>el</strong>lo intacto d<strong>el</strong> sumo sacerdote, fue suficiente para las exigencias d<strong>el</strong> templo<br />
durante ocho días, o sea <strong>el</strong> tiempo requerido para la preparación ceremonial de un nuevo<br />
abastecimiento.<br />
2. El Pórtico de Salomón.-—Se había dado este nombre a la columnata o serie de galerías hacia<br />
<strong>el</strong> Este, dentro de los recintos d<strong>el</strong> templo, obedeciendo a una tradición de que <strong>el</strong> Pórtico cubría e<br />
incluía parte d<strong>el</strong> muro original d<strong>el</strong> Templo de Salomón. Véase The House of the Lord, págs. 55-57.<br />
3. La unidad de <strong>Cristo</strong> y d<strong>el</strong> Padre.—La versión revisada de la Biblia (1960) dice en Juan<br />
10:30: "Y yo y <strong>el</strong> Padre uno somos", en lugar de: "Yo y mi Padre una cosa somos." Los judíos<br />
entendían correctamente que "<strong>el</strong> Padre" significaba <strong>el</strong> Eterno Padre, Dios. En <strong>el</strong> original griego, la<br />
palabra "uno" se encuentra en <strong>el</strong> género neutro, así que expresa unidad de atributos, poder o<br />
propósito, y no de personalidades, que habría requerido la forma masculina. Para <strong>el</strong> tratado sobre<br />
la unidad de la Trinidad y de la personalidad separada de cada uno de sus miembros, véase Artículos<br />
de Fe, por <strong>el</strong> autor, págs. 43-46.<br />
4. Los jueces divinamente comisionados eran llamados "dioses". —En <strong>el</strong> Salmo 82:6 se<br />
llama "dioses" a los jueces investidos con una comisión divina. El Salvador se refirió a este pasaje en<br />
su respuesta a los judíos en <strong>el</strong> Pórtico de Salomón. Los jueces autorizados en esta forma obraban como<br />
representantes de Dios, y se les honraba con <strong>el</strong> título exaltado de "dioses". Compárese con la<br />
designación similar que se aplicó a Moisés (Éxodo 4:16; 7:1). Jesucristo poseía autorización divina, no<br />
por medio de la palabra de Dios transmitida a El por conducto d<strong>el</strong> hombre, sino como atributo<br />
inherente. Si no hubiera sido por sus pensamientos entenebrecidos por <strong>el</strong> pecado, los judíos podrían<br />
haber comprendido en <strong>el</strong> acto la incongruencia de llamar "dioses" a los jueces humanos, y de acusar de<br />
blasfemia al <strong>Cristo</strong> por llamarse <strong>el</strong> Hijo de Dios.<br />
5. El sitio d<strong>el</strong> retiro de nuestro Señor.—Jesús se apartó "al otro lado d<strong>el</strong> Jordán, al lugar donde<br />
primero había estado bautizando Juan" (Juan 10:40). Probablemente fue Betábara (1:28), que lleva <strong>el</strong><br />
nombre de Betania en algunos de los manuscritos más antiguos. Debe tenerse cuidado de no<br />
confundir esta Betania en Perea y la Betania en Judea, donde vivían Marta y María, y la cual se<br />
hallaba a unos tres kiló metros de Jerusalén.<br />
6. Lázaro había estado en la tamba cuatro días.— Basándonos en la suposición muy<br />
probable de que <strong>el</strong> viaje de Betania en Judea al sitio donde Jesús se hallaba en Perea requería un día,<br />
Lázaro debe haber muerto <strong>el</strong> mismo día en que partió <strong>el</strong> mensajero. Porque este día y los dos días que<br />
transcurrieron antes que Jesús se dirigiera a Judea, junto con <strong>el</strong> día necesario para volver, apenas<br />
sumarían los cuatro días especificados. En Palestina, así como en otros países orientales, era—y es<br />
aún—costumbre sepultar al difunto <strong>el</strong> día en que fallecía.<br />
Según la creencia popular, al cuarto día después de la muerte, <strong>el</strong> espíritu se apartaba<br />
definitivamente de la proximidad d<strong>el</strong> cuerpo, y pasado ese tiempo la descomposición procedía sin<br />
interrupción. Quizá esto explique la objeción de Marta, impulsiva pero cariñosa a la vez, a que se<br />
destapara la tumba de su hermano cuatro días después de su muerte. (Juan 11:39) Es posible que se<br />
necesitaba <strong>el</strong> consentimiento d<strong>el</strong> pariente más cercano para abrir legalmente una sepultura. No sólo<br />
Marta, sino también María se encontraba allí, y en presencia de muchos testigos permitieron que se<br />
abriera la tumba en la cual yacía su hermano.<br />
7. Jesús se estremeció en espíritu.—En Juan 11:33 leemos que Jesús, "se estremeció en<br />
espíritu", y en <strong>el</strong> versículo 38, que fue "profundamente conmovido". Todas las autoridades filológicas<br />
con-cuerdan en que las palabras en <strong>el</strong> griego original expresan una indignación llena de tristeza, o<br />
como algunos afirman, enojo, y no simplemente una emoción compasiva de pesar. Si acaso <strong>el</strong> Señor<br />
sintió indignación, como parece indicarlo <strong>el</strong> versículo 33, se puede atribuir a su desagrado por los<br />
plañidos acostumbrados cuando alguien moría, y que por la forma en que los judíos lo estaban<br />
haciendo en esta ocasión, profanaba <strong>el</strong> verdadero y hondo pesar de Marta y María; y la indignación,<br />
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