03.05.2015 Views

Jesus el Cristo - Cumorah.org

Jesus el Cristo - Cumorah.org

Jesus el Cristo - Cumorah.org

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

de su hermano que permaneció en casa, cumpliendo fi<strong>el</strong>mente sus deberes requeridos. El hijo devoto<br />

era <strong>el</strong> heredero; <strong>el</strong> padre no deslució sus méritos, ni le negó su parte. El desagrado que <strong>el</strong> mayor de los<br />

dos expresó por <strong>el</strong> gozo consiguiente al regreso de su hermano errante fue una manifestación de<br />

¡liberalidad y estrechez de pensamiento; pero era <strong>el</strong> más fi<strong>el</strong> de los dos, pese a los defectos menores<br />

que haya tenido. Sin embargo, <strong>el</strong> asunto particular que se pone de r<strong>el</strong>ieve en la lección d<strong>el</strong> Señor se<br />

r<strong>el</strong>aciona con sus debilidades desamorosas y egoístas.<br />

Los fariseos y escribas, a quienes fue dirigida esta obra maestra de incidentes ilustrativos, deben<br />

haber tomado para sí mismos su aplicación personal. Ellos eran la representación d<strong>el</strong> hijo mayor,<br />

empeñosamente atentos a la rutina, metódicamente afanándose de acuerdo con las reglas y la ley en<br />

las múltiples labores d<strong>el</strong> campo, sin más interés que en sí mismos, y completamente indispuestos a dar<br />

la bienvenida a un publicano arrepentido o a un pecador regenerado. Hacia todos éstos sentían<br />

desapego; tal persona podría ser "este tu hijo" a los ojos d<strong>el</strong> Padre indulgente y compasivo, pero jamás<br />

"mi hermano" para <strong>el</strong>los. Poco les importaba quiénes o cuántos se perdieran, en tanto que <strong>el</strong> regreso<br />

de los pródigos arrepentidos no alterara su posición como herederos y dueños. Sin embargo, la<br />

parábola no fue sólo para <strong>el</strong>los; es una inmarcesible planta viva que producirá <strong>el</strong> fruto de la sana<br />

doctrina y nutrición para <strong>el</strong> alma por todas las épocas. No aparece ni una sola palabra que condone o<br />

disculpe <strong>el</strong> pecado d<strong>el</strong> pródigo; esto era algo que <strong>el</strong> Padre no podía consentir ni con <strong>el</strong> mínimo grado<br />

de tolerancia; 11 pero Dios y las huestes c<strong>el</strong>estiales se regocijaron por motivo d<strong>el</strong> arrepentimiento, así<br />

como contrición d<strong>el</strong> alma d<strong>el</strong> joven pecador.<br />

Las tres parábolas, que aparecen en la narrativa bíblica como partes de un discurso continuo,<br />

representan unánimemente <strong>el</strong> gozo que abunda en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o por la salvación de un alma anteriormente<br />

considerada perdida, bien sea que la simbolice más adecuadamente la oveja extraviada, la moneda<br />

perdida a causa d<strong>el</strong> descuido de su dueño, o bien <strong>el</strong> hijo que intencionalmente se aparta de su hogar y<br />

d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o. No hay justificación para inferir que a un pecador arrepentido se le dará mayor precedencia<br />

que al alma justa que ha resistido <strong>el</strong> pecado; si así obrara Dios, entonces, en la estimación d<strong>el</strong> Padre,<br />

los pecadores regenerados sobrepujarían a <strong>Cristo</strong>, <strong>el</strong> único Hombre sin pecado. No obstante la<br />

naturaleza incondicional-mente ofensiva d<strong>el</strong> pecado, <strong>el</strong> pecador retiene su aprecio ante <strong>el</strong> Padre por<br />

motivo de la posibilidad de su arrepentimiento y regreso a la justicia. El extravío de un alma representa<br />

una pérdida muy real y muy seria para Dios; lo aflige y le causa dolor, porque su voluntad es que<br />

ninguno de sus hijos perezca.<br />

INSTRUCCIONES A LOS DISCÍPULOS POR MEDIO DE PARÁBOLAS.<br />

Dirigiéndose más particularmente a los discípulos presentes, entre los cuales probablemente se<br />

hallaban en esta ocasión, además de los apóstoles, muchos creyentes, incluso algunos de los<br />

publícanos, Jesús narró la Parábola d<strong>el</strong> Mayordomo Infi<strong>el</strong>.<br />

"Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste fue acusado<br />

ante él como disipador de sus bienes. Entonces le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti?<br />

Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo. Entonces <strong>el</strong> mayordomo dijo<br />

para sí: ¿qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da<br />

vergüenza. Ya sé lo que haré para que cuando se me quite de la mayordomía, me reciban en sus casas.<br />

Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo? El dijo:<br />

Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y escribe cincuenta. Después dijo a<br />

otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y <strong>el</strong> dijo: Cien medidas de trigo. El le dijo: Toma tu cuenta, y escribe<br />

ochenta. Y alabó <strong>el</strong> amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este<br />

siglo son más sagaces en <strong>el</strong> trato con sus semejantes que los hijos de luz."<br />

Las tres parábolas anteriores pusieron de manifiesto, por medio de una estrecha analogía y<br />

similaridades íntimas, las lecciones que contenían; la presente enseña más bien por su contraste de<br />

situaciones. El mayordomo de la historia era <strong>el</strong> agente debidamente autorizado de su señor, y tenía lo<br />

246

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!