03.05.2015 Views

Jesus el Cristo - Cumorah.org

Jesus el Cristo - Cumorah.org

Jesus el Cristo - Cumorah.org

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

esta ocasión. Si hubiera obrado en forma contraria, probablemente se habría visto envu<strong>el</strong>to en una<br />

disputa inútil, y posiblemente dado apoyo a la imputación de que estaba arrogándose las funciones de<br />

los debidamente establecidos tribunales. Sin embargo, la súplica d<strong>el</strong> hombre sirvió de núcleo a varias<br />

instrucciones útiles; su demanda de que se le diera parte de la herencia de la familia causó que Jesús<br />

dijera: "Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida d<strong>el</strong> hombre no consiste en la abundancia de<br />

los bienes que posee." Esta amonestación, que es al mismo tiempo una profunda declaración de<br />

verdad, se destaca en la Parábola d<strong>el</strong> Rico Insensato. La narración es la siguiente:<br />

"La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué<br />

haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los<br />

edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos<br />

bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio,<br />

esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es <strong>el</strong> que hace para si<br />

tesoro, y no es rico para con Dios.<br />

Este hombre había acumulado su abundancia por medio d<strong>el</strong> trabajo y la frugalidad; los campos<br />

abandonados o indebidamente cultivados no producen copiosamente. La narración no lo representa<br />

como dueño de riquezas que no eran legalmente suyas. Sus planes para almacenar debidamente sus<br />

cosechas y bienes no eran malos en sí, aunque pudo haber considerado mejores maneras de distribuir<br />

su hacienda socorriendo a los necesitados. Fueron dos sus pecados: En primer lugar, veía su gran<br />

abundancia principalmente como <strong>el</strong> medio de lograr su comodidad personal y satisfacciones<br />

sensorias; en segundo, engreído con su prosperidad material, no sólo había hecho caso omiso de<br />

reconocer la mano de Dios, sino que aun contaba los años como propios. En <strong>el</strong> momento de su<br />

holganza egoísta fue herido. No se nos informa si la voz de Dios le llegó en forma de un temible<br />

presentimiento de su muerte inminente, o si fue por conducto de un mensajero angélico o de alguna<br />

otra manera; como quiera que sea, la voz decretó su destino: "Necio, esta noche vienen a pedirte tu<br />

alma."<br />

Había utilizado su tiempo y las facultades de su cuerpo y meníe para sembrar, segar y almacenar .<br />

. . todo para él. ¿Y qué fue de todo aqu<strong>el</strong>lo? ¿Para quién fueron las riquezas por las cuales puso en<br />

p<strong>el</strong>igro su alma, empeñado en acumularlas? Si no hubiera sido tan necio, tal vez habría llegado a<br />

comprender, como Salomón antes de él, la vanidad de acumular riquezas para otro, quizá incapaz de<br />

manejarlas.<br />

Volviéndose a los discípulos, Jesús reiteró algunas de las gloriosas verdades que había proclamado<br />

al predicar sobre <strong>el</strong> monte, y citó las aves d<strong>el</strong> aire, los lirios y la hierba d<strong>el</strong> campo como ejemplos d<strong>el</strong><br />

solícito cuidado d<strong>el</strong> Padre. Amonestó a sus oyentes a que buscaran <strong>el</strong> reino de Dios, pues haciéndolo<br />

verían que todas las cosas necesarias les serían añadidas. "No temáis, manada pequeña—continuó con<br />

tono cariñoso y de consideración paternal—porque a vuestro Padre le ha placido daros <strong>el</strong> reino." Les<br />

fue instado a que guardaran sus tesoros en bolsas que no se envejecen, 8 - en receptáculos dignos d<strong>el</strong><br />

tesoro c<strong>el</strong>estial, los cuales, a distinción de los bienes d<strong>el</strong> rico necio, <strong>el</strong> alma no dejará atrás cuando<br />

fuere llamada. El hombre cuyo tesoro es terrenal lo deja todo al morir; aqu<strong>el</strong> cuya riqueza se halla en<br />

los ci<strong>el</strong>os va a lo que es suyo, y la muerte no es sino la puerta que lo conduce a su caudal.<br />

Se amonestó a los discípulos a que siempre estuviesen preparados, esperando la vu<strong>el</strong>ta de su Señor<br />

como los siervos que v<strong>el</strong>an durante la noche con la luz encendida; y en vista de que <strong>el</strong> señor de la casa<br />

viene cuando a él le place, en las primeras o postreras v<strong>el</strong>as de la noche, si al llegar encuentra a sus<br />

fi<strong>el</strong>es siervos listos para abrir inmediatamente en cuanto toque, serán honrados como lo merecen. Así<br />

también ha de venir <strong>el</strong> Hijo d<strong>el</strong> Hombre, quizá cuando menos lo esperen. A la pregunta de Pedro, que<br />

si "esta parábola" era para los Doce solamente o para todos, Jesús no contestó directamente; sin<br />

embargo, la respuesta quedó comprendida en la continuación de la alegoría contrastante de los siervos<br />

fi<strong>el</strong>es y malvados. 6 "¿Quién es <strong>el</strong> mayordomo fi<strong>el</strong> y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa,<br />

para que a tiempo les dé su ración?" El mayordomo fi<strong>el</strong> sirve de tipo adecuado de los apóstoles,<br />

individualmente o en conjunto. En su categoría de mayordomos tenían la responsabilidad de vigilar a<br />

los demás siervos así como la casa; y en vista de que a <strong>el</strong>los les fue dado más que a los otros, en igual<br />

235

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!