Jesus el Cristo - Cumorah.org

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03.05.2015 Views

En la época de Cristo la tradición había ampliado extensamente muchas de las observancias prescritas. Por ejemplo, las "ramas con fruto del árbol hermoso" (Lev. 23:40), fueron convertidas en el fruto del citrón, y todo judío ortodoxo llevaba este fruto en una mano, y en la otra una rama hojosa, llamada "lulab", cuando iba al templo para el sacrificio matutino, así como en las gozosas procesiones del día. El ceremonial de llevar agua del manantial de Siloé hasta el altar del sacrificio figuraba prominentemente en los servicios. Se hacía una mezcla con esta agua y vino ante el altar, y entonces se vertía sobre el holocausto. Muchos eruditos afirman que se omitía este acto de llevar agua del estanque el último o grande día de la fiesta, y se infiere que Jesús estaba pensando en la circunstancia de la omisión cuando declaró en alta voz: "Si alguno tiene sed, venga a mí y beba." Mientras duraba la fiesta, se encendían grandes lámparas en la noche, las cuales permanecían ardiendo en los patios del templo, y Cristo pudo haber empleado este hecho como ilustración objetiva de su proclamación: "Yo soy la luz del mundo." Para una narración más completa, consúltese cualquier diccionario bíblico comprensivo y las "Antigüedades" de Josefo, viii, 4:1; xv, 3:3, etc. El siguiente extracto es de la obra de Edersheim, Life and Times o{ jesus the Messiah, tomo ii, páginas 158-160: "Cuando la procesión del templo llegaba al estanque de Siloé, el sacerdote llenaba en sus aguas su cántaro de oro. Entonces volvían al templo, midiéndose para llegar precisamente en el momento que se colocaban las porciones del sacrificio sobre el gran altar de los holocaustos, hacia el fin de los servicios ordinarios de las ofrendas matutinas. Tres sonidos de las trompetas de los sacerdotes anunciaban la llegada del sacerdote en el momento que entraba por la Puerta del Agua, nombre que tomó de esta ceremonia, y pasaba directamente al Patio de los Sacerdotes . . . Inmediatamente después del 'derrame del agua', se cantaba antifonal-mente, al acompañamiento de la flauta, el gran 'Halle!' que se componía de los Salmos 113 al 118 inclusive .... Para dar mayor simbolismo a esta Fiesta, como indicación del recogimiento de las naciones paganas, los servicios públicos concluían con una procesión de los sacerdotes alrededor del altar .... Pero en 'el último, el Gran Día de la Fiesta,' esta procesión de sacerdotes marchaba en torno al altar no una vez, sino siete, como si nuevamente estuviesen rodeando, pero con oración ahora, la Jericó gentílica que les estorbó el paso al tomar posesión de la tierra prometida." 2. La prueba de la doctrina de nuestro Señor.—Cualquier hombre puede saber por sí mismo si la doctrina de Cristo es de Dios o no, sencillamente cumpliendo con la voluntad del Padre (Juan 7:17). Ciertamente es un medio más convincente que el de confiar en la palabra de otro. El autor tuvo ocasión de hablar con un alumno incrédulo en el colegio, el cual le porfiaba que no podía aceptar como verdaderos los resultados publicados de cierto análisis químico, en vista de que las cantidades especificadas de algunos de los ingredientes eran tan infinitísimamente pequeñas, que él lo consideraba una imposibilidad determinar estas cantidades tan menudas. El alumno de referencia apenas comenzaba sus estudios de química, y con este conocimiento limitado había intentado juzgar las posibilidades de la ciencia. Le fue dicho que obedeciera las indicaciones de su instructor, y que algún día podría saber por sí mismo si los resultados eran verdaderos o falsos. En el último año de este curso le fue dada una porción de la misma substancia cuya composición él previamente había impugnado, para que hiciera un análisis de laboratorio. Con la habilidad adquirida por su fiel aplicación, completó el análisis con resultados semejantes a los que en otro tiempo, por su falta de experiencia, había conceptuado imposibles de obtener. Tuvo el valor para admitir que su escepticismo anterior carecía de fundamento, y se regocijó por el hecho de que había logrado demostrarse la verdad a sí mismo. 3. El Estanque de Siloé.—"El nombre 'Siloé' es el equivalente preciso de 'Silwan', nombre árabe moderno ('Ain Silwan') del estanque que se halla en la desembocadura de El-Wad. Todas las referencias antiguas concuerdan con esta identificación (compárese con Neh. 3:15; Wars of the Jews, por Josefo, v, 4:1, 2; 6:1; 9:4; 12:2; ii, 16:- 2; vi, 72 8:5). A pesar de su designación moderna de 'ain' (manantial), Siloé no es un manantial, sino que sus aguas provienen de la Fuente de Gihón, o de la Virgen, que recibe por medio de un túnel cabado en la roca."-—Standard Bible Dictionary, artículo "Jerusalén", por L. B. Patón. 226

4. ¿De dónde había de venir el Mesías?—Fueron muchos los que ahogaron o menospreciaron los dictados de su alma de aceptar a Jesús como el Mesías, insistiendo en que todas las profecías referentes a su venida indicaban que Belén sería el sitio de su nacimiento, mientras que Jesús era de Galilea. Otros lo rechazaron porque se les había enseñado que nadie sabría de donde vendría el Mesías, mientras que todos ellos sabían que Jesús era procedente de Galilea. La incongruencia aparente es explicada en esta manera: La ciudad de David, o Belén de Judea indudablemente era el sitio señalado de antemano donde habría de nacer el Mesías; pero los rabinos erróneamente enseñaban que poco después de su nacimiento el pequeño Cristo sería arrebatado, y que, pasado algún tiempo, se presentaría como hombre, y nadie sabría de dónde o cómo había vuelto. Geikie (ii, página 274), cita parte de las palabras de Lightfoot y narra en esta forma la crítica popular: "¿No nos enseñan los rabinos—decían algunos—que el Mesías nacerá en Belén, pero que los espíritus y tempestades lo arrebatarán poco después de su nacimiento, y que cuando vuelva la segunda vez nadie sabrá de donde vino? Pero sabemos que este hombre procede de Nazaret." 5. La relación concerniente a la mujer tomada en adulterio.— Algunos críticos modernos afirman que el versículo 53 del capítulo 7 de Juan y los versículos 1 a 11, inclusive, del capítulo 8 se hallan fuera de lugar en la versión que conocemos de la Biblia, fundándose en que el asunto a que se refieren estos versículos no aparece en ninguna de las antiguas copias manuscritas del evangelio de Juan, y que el estilo de la narración es diferente. En algunos manuscritos se encuentra cerca del fin del libro. Otros manuscritos contienen la relación tal como se halla en la Biblia. El ilustre canónigo Farrar pregunta, y con razón justificada (página 404, nota) ¿por qué—si el acontecimiento está fuera de su lugar, o Juan no fue su autor— son tantos los manuscritos importantes en que se encuentra tal como nosotros lo tenemos? 6. El Lugar de las Ofrendas y el Patio de las Mujeres.—"En cierta parte del espacio dentro de los patios interiores se admitía a los israelitas de ambos sexos, y era conocido distintivamente como el Patio de la Mujeres. Era un espacio rodeado de una columnata, y en el curso prescrito de su adoración pública constituía el sitio de las asambleas generales. Ocupaban las cuatro esquinas de este patio las salas que se empleaban para fines ceremoniales; y entre éstos y las habitaciones contiguas a las puertas había una serie de edificios. En uno de estos grupos se hallaba el Lugar de las Ofrendas donde estaban colocados los receptáculos en forma de trompeta, en los que se depositaban los donativos." (Véase Marc. 12:41-44)—The House of the Lord, por el autor, páginas 57, 58. 7. El redil.—Refiriéndose a Juan 10:2, el Commentary de Dumme-low dice: "Para entender la figura se debe tener presente que en el Oriente el redil es un vallado grande, al aire libre, dentro del cual son conducidos varios rebaños al acercarse la noche. No tiene más que una sola puerta, vigilada por uno de los pastores, mientras los otros se retiran a sus casas para descansar. Los pastores vuelven en la mañana y después de ser reconocidos por el que cuida la puerta, llaman a sus rebaños alrededor de sí y los conducen a sus pastos." 227

En la época de <strong>Cristo</strong> la tradición había ampliado extensamente muchas de las observancias<br />

prescritas. Por ejemplo, las "ramas con fruto d<strong>el</strong> árbol hermoso" (Lev. 23:40), fueron convertidas en <strong>el</strong><br />

fruto d<strong>el</strong> citrón, y todo judío ortodoxo llevaba este fruto en una mano, y en la otra una rama hojosa,<br />

llamada "lulab", cuando iba al templo para <strong>el</strong> sacrificio matutino, así como en las gozosas procesiones<br />

d<strong>el</strong> día. El ceremonial de llevar agua d<strong>el</strong> manantial de Siloé hasta <strong>el</strong> altar d<strong>el</strong> sacrificio figuraba<br />

prominentemente en los servicios. Se hacía una mezcla con esta agua y vino ante <strong>el</strong> altar, y entonces<br />

se vertía sobre <strong>el</strong> holocausto. Muchos eruditos afirman que se omitía este acto de llevar agua d<strong>el</strong><br />

estanque <strong>el</strong> último o grande día de la fiesta, y se infiere que Jesús estaba pensando en la circunstancia<br />

de la omisión cuando declaró en alta voz: "Si alguno tiene sed, venga a mí y beba." Mientras duraba la<br />

fiesta, se encendían grandes lámparas en la noche, las cuales permanecían ardiendo en los patios d<strong>el</strong><br />

templo, y <strong>Cristo</strong> pudo haber empleado este hecho como ilustración objetiva de su proclamación: "Yo<br />

soy la luz d<strong>el</strong> mundo."<br />

Para una narración más completa, consúltese cualquier diccionario bíblico comprensivo y las<br />

"Antigüedades" de Josefo, viii, 4:1; xv, 3:3, etc. El siguiente extracto es de la obra de Edersheim, Life<br />

and Times o{ jesus the Messiah, tomo ii, páginas 158-160: "Cuando la procesión d<strong>el</strong> templo llegaba al<br />

estanque de Siloé, <strong>el</strong> sacerdote llenaba en sus aguas su cántaro de oro. Entonces volvían al templo,<br />

midiéndose para llegar precisamente en <strong>el</strong> momento que se colocaban las porciones d<strong>el</strong> sacrificio<br />

sobre <strong>el</strong> gran altar de los holocaustos, hacia <strong>el</strong> fin de los servicios ordinarios de las ofrendas matutinas.<br />

Tres sonidos de las trompetas de los sacerdotes anunciaban la llegada d<strong>el</strong> sacerdote en <strong>el</strong> momento que<br />

entraba por la Puerta d<strong>el</strong> Agua, nombre que tomó de esta ceremonia, y pasaba directamente al Patio de<br />

los Sacerdotes . . . Inmediatamente después d<strong>el</strong> 'derrame d<strong>el</strong> agua', se cantaba antifonal-mente, al<br />

acompañamiento de la flauta, <strong>el</strong> gran 'Halle!' que se componía de los Salmos 113 al 118 inclusive ....<br />

Para dar mayor simbolismo a esta Fiesta, como indicación d<strong>el</strong> recogimiento de las naciones paganas,<br />

los servicios públicos concluían con una procesión de los sacerdotes alrededor d<strong>el</strong> altar .... Pero en '<strong>el</strong><br />

último, <strong>el</strong> Gran Día de la Fiesta,' esta procesión de sacerdotes marchaba en torno al altar no una vez,<br />

sino siete, como si nuevamente estuviesen rodeando, pero con oración ahora, la Jericó gentílica que les<br />

estorbó <strong>el</strong> paso al tomar posesión de la tierra prometida."<br />

2. La prueba de la doctrina de nuestro Señor.—Cualquier hombre puede saber por sí mismo si<br />

la doctrina de <strong>Cristo</strong> es de Dios o no, sencillamente cumpliendo con la voluntad d<strong>el</strong> Padre (Juan 7:17).<br />

Ciertamente es un medio más convincente que <strong>el</strong> de confiar en la palabra de otro. El autor tuvo<br />

ocasión de hablar con un alumno incrédulo en <strong>el</strong> colegio, <strong>el</strong> cual le porfiaba que no podía aceptar<br />

como verdaderos los resultados publicados de cierto análisis químico, en vista de que las cantidades<br />

especificadas de algunos de los ingredientes eran tan infinitísimamente pequeñas, que él lo<br />

consideraba una imposibilidad determinar estas cantidades tan menudas. El alumno de referencia<br />

apenas comenzaba sus estudios de química, y con este conocimiento limitado había intentado juzgar<br />

las posibilidades de la ciencia. Le fue dicho que obedeciera las indicaciones de su instructor, y que<br />

algún día podría saber por sí mismo si los resultados eran verdaderos o falsos. En <strong>el</strong> último año de este<br />

curso le fue dada una porción de la misma substancia cuya composición él previamente había<br />

impugnado, para que hiciera un análisis de laboratorio. Con la habilidad adquirida por su fi<strong>el</strong><br />

aplicación, completó <strong>el</strong> análisis con resultados semejantes a los que en otro tiempo, por su falta de<br />

experiencia, había conceptuado imposibles de obtener. Tuvo <strong>el</strong> valor para admitir que su escepticismo<br />

anterior carecía de fundamento, y se regocijó por <strong>el</strong> hecho de que había logrado demostrarse la verdad<br />

a sí mismo.<br />

3. El Estanque de Siloé.—"El nombre 'Siloé' es <strong>el</strong> equivalente preciso de 'Silwan', nombre<br />

árabe moderno ('Ain Silwan') d<strong>el</strong> estanque que se halla en la desembocadura de El-Wad. Todas las<br />

referencias antiguas concuerdan con esta identificación (compárese con Neh. 3:15; Wars of the Jews,<br />

por Josefo, v, 4:1, 2; 6:1; 9:4; 12:2; ii, 16:- 2; vi, 72 8:5). A pesar de su designación moderna de 'ain'<br />

(manantial), Siloé no es un manantial, sino que sus aguas provienen de la Fuente de Gihón, o de la<br />

Virgen, que recibe por medio de un tún<strong>el</strong> cabado en la roca."-—Standard Bible Dictionary, artículo<br />

"Jerusalén", por L. B. Patón.<br />

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