03.05.2015 Views

Jesus el Cristo - Cumorah.org

Jesus el Cristo - Cumorah.org

Jesus el Cristo - Cumorah.org

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

VUELVEN LOS DOCE.<br />

Carecemos de información precisa sobre la duración de la primera misión de los Apóstoles, así<br />

como de la extensión de sus viajes. Hubo muchos acontecimientos importantes en las obras<br />

individuales de Jesús que señalaron <strong>el</strong> período de su ausencia. Probablemente fue durante este tiempo<br />

que nuestro Señor visitó a Jerusalén, ocasión que Juan r<strong>el</strong>aciona con una de las fiestas de los judíos<br />

que deja sin nombrar. Como previamente hemos visto, los discípulos d<strong>el</strong> Bautista visitaron a Jesús<br />

mientras sus apóstoles se hallaban ausentes, y los Doce volvieron más o menos al tiempo de la la<br />

infame ejecución de Juan <strong>el</strong> Bautista en la cárc<strong>el</strong>.<br />

Las faenas misionales de los apóstoles grandemente ayudaron a la propagación de la nueva<br />

doctrina d<strong>el</strong> reino, y por todo <strong>el</strong> país se proclamaron <strong>el</strong> nombre y las obras de Jesús. En esa época los<br />

moradores de Galilea se hallaban en un estado de desconformidad, amenazando sublevarse<br />

manifiestamente contra <strong>el</strong> gobierno, y <strong>el</strong> asesinato d<strong>el</strong> Bautista había agravado su inquietud. Herodes<br />

Antipas, que había expedido la orden fatal, temblaba en su palacio. Lleno de un temor causado por una<br />

convicción interior de culpabilidad, había oído acerca de las obras maravillosas que Jesús efectuaba, y<br />

en su terror afirmaba que <strong>Cristo</strong> no podía ser otro sino Juan <strong>el</strong> Bautista levantado de la tumba. Sus<br />

lisonjeros cortesanos intentaron calmar sus temores, diciendo que Jesús era Elias o alguno de los otros<br />

profetas cuyo advenimiento se había predicho; pero Herodes, herido por su conciencia, decía: "Este es<br />

Juan, <strong>el</strong> que yo decapité, que ha resucitado de los muertos." El rey deseaba ver a Jesús, quizá<br />

impulsado, por la fascinación d<strong>el</strong> temor, o con la vaga esperanza de que viendo al renombrado Profeta<br />

de Nazaret se disiparía su terror supersticioso de que Juan, su vícitma, había revivido.<br />

Efectuada su gira misional, los apóstoles volvieron al Maestro y le informaron sobre lo que<br />

enseñaron e hicieron en su ministerio autorizado. Habían predicado <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io d<strong>el</strong> arrepentimiento<br />

en todas las ciudades, pueblos y aldeas que visitaron; habían ungido con aceite a un gran número de<br />

enfermos, y las sanidades consiguientes habían dado fe d<strong>el</strong> poder de su sacerdocio; aun los espíritus<br />

inmundos y los demonios se les habían sujetado. Hallaron a Jesús rodeado de grandes multitudes y<br />

tuvieron poca oportunidad de hablar privadamente con El, "porque eran muchos los que iban y venían,<br />

de manera que ni aun tenían tiempo para comer". Los apóstoles deben haber aceptado gozosos la<br />

invitación d<strong>el</strong> Señor: "Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco." Buscando un<br />

retiro donde pudieran estar a solas, Jesús y los Doce se alejaron de la multitud "y se fueron solos en<br />

una barca", en la cual cruzaron las aguas hasta un sitio rural contiguo a la ciudad deBetsaida. Sin<br />

embargo, su partida no pasó completamente inadvertida, y multitudes ansiosas anduvieron a pie, a lo<br />

largo de la playa, por <strong>el</strong> extremo norte d<strong>el</strong> lago, a fin de unirse al grupo en cuanto llegara. Según la<br />

narración de Juan, podemos suponer que antes de la llegada de las multitudes, Jesús y sus compañeros<br />

habían ascendido a un monte cerca de la playa, donde pudieron descansar brevemente. Al reunirse la<br />

gente en las faldas d<strong>el</strong> cerro, nuestro Señor los vio como ovejas sin pastor y, cediendo al deseo de<br />

<strong>el</strong>los, así como a sus propias emociones de compasión divina, les enseñó muchas cosas, sanó a sus<br />

afligidos y consoló sus corazones con ternura amorosa.<br />

ALIMENTACIÓN DE LOS CINCO MIL EN EL DESIERTO.<br />

Tan atenta estaba la gente escuchando las palabras d<strong>el</strong> Señor, y tan interesados en <strong>el</strong> alivio<br />

milagroso producido por su ministerio sanador, que permanecieron en <strong>el</strong> desierto sin darse cuenta d<strong>el</strong><br />

vu<strong>el</strong>o de las horas, hasta que se aproximó la noche. Era la época de la primavera, cerca d<strong>el</strong> tiempo de<br />

la fiesta anual de la Pascua, la temporada d<strong>el</strong> césped y las flores. Comprendiendo que la gente tenía<br />

hambre, Jesús preguntó a F<strong>el</strong>ipe, uno de los Doce: "¿De dónde compraremos pan para que coman<br />

éstos?" El objeto de la pregunta fue poner' a prueba la fe de su apóstol, porque <strong>el</strong> Señor ya había<br />

determinado lo que se debía hacer. La respuesta de F<strong>el</strong>ipe muestra que la pregunta lo sorprendió, e<br />

indica que para él era una empresa imposible: "Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada<br />

182

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!